El verano es una época de cambios. Es el momento perfecto para cambiar, por lo menos, por unos pocos días o semanas, nuestras creencias, nuestros hábitos, para limpiar y hacer orden. Crear un vacío en nuestros hogares de todo lo que no necesitamos y a lo que estamos apegados. ¿Por qué no lo hacemos también con todos los pensamientos que estorban?
Todos sabemos que nuestros pensamientos influyen, no solo en nosotros, sino también en nuestras familias, nuestro entorno, nuestro planeta y más allá...
Los medios oficiales no nos dicen nada, cuentan historias de cintura para abajo y olvidan voluntariamente otras noticias importantes.
Algunos de nosotros estamos abrumados de trabajo mientras que otros no tienen un hogar.
Con tantos cambios, muchos se preguntan si están en el lugar correcto o si logran hacer aquello que han venido a hacer...
Si esta vez nos decidimos a limpiar todas estas preguntas que nos contaminan, contaminan nuestro medio ambiente y evitan que sigamos avanzando y nos decimimos a ser felices!
Que el viejo mundo se muere, es un hecho, pero ¿Por que ayudar a que esto se extienda, prestando demasiada atención y temerosos al cambio? Por supuesto, todo cambia y esta vez lo vemos más pero, ¿por qué nos aferramos a nuestras preocupaciones impulsados por nuestra mente inferior? Si nos aclaramos nosotros, aclaramos al mundo.
Esto no quiere decir que esperemos con aire de suficiencia a que el cambio suceda, por el contrario, seamos plenamente concientes de que, nosotros somos el mundo y contribuimos a lo que está pasando.
Informarse es esencial para ser más concientes, a pesar de que no es recomendable escuchar o ver las noticias más de una vez al día, bajo el riesgo de colapso de nuestra inmunidad por el peso de "las malas noticias".
Cuando digo ser más ligero es, tener plena confianza en el camino de la vida que hemos elegido, tomar deciciones con conciencia, sin miedo, sabiendo que somos los autores de lo que nos pasa y no rehusar aquello que tenemos que vivir. Cuando nos encontramos con la persona adecuada en el momento correcto, no es producto del azar. Se trata de mirar el mundo que se está muriendo sin sentir pesar, saber que ha hecho lo que tenía que hacer.
Recuerdo mi primera experiencia de viaje astral, fuera del cuerpo, esa vez me encontré en un vacío donde, todo lo que había hecho, no tenía importancia: mi trabajo (cuando era estudiante), mi conocimiento, era inconciente, como pompas de jabón. El único criterio que parecía importante era, cómo había vivido hasta ahora y cual era la medida del amor que yo había sido capáz de ofrecer (tanto a mi alrededor como a mí).
Así que, este verano te sugiero, practicar "una nueva mirada".
Mira a tu alrededor, a cada persona, cada objeto y descubrelo como si lo vieras por primera vez, dale la oportunidad de ser diferente a lo que siempre has creido que era y, verás las sorpresas que te esperan.
Entrégate al amor, suave y ligero y, acepta que tu vida es lo que es, lo que tu alma ha elegido.
Esta será tu mejor contribución a la nueva tierra.
Simplemente UN SER VIVO.
Anne Givaudan.
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