Una estudiante de la facultad de Agronomía ideó la página "La ciudad nos regala sabores", en la que detalla la ubicación exacta de más de 400 árboles frutales en la capital de Argentina, Bs.As.
Se pueden conseguir naranjas, mandarinas, limones, pomelos, duraznos, damascos, ciruelas, bananas, moras, aguacates, olivos, higos, nueces y hasta tilo y ginkgo biloba sin pagar.
"Creé la página porque me frustraba ver toda la fruta que hay en la calle y nadie consume", dice Ludmila.
Su proyecto nació por una coincidencia. Estaba estudiando producción vegetal orgánica, hace tres años, cuando una empresa privada llegó a su universidad buscando gente para trabajar en un censo de árboles que organizaba el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Fue así que se enteró de que su ciudad está llena de árboles frutales.
Trabajo de hormiga
Al año siguiente, en 2011, fue contratada como inspectora del arbolado público y decidió aprovechar la oportunidad para lanzar su proyecto.
"Cada vez que me llamaban para ver un árbol llevaba lápiz y papel y anotaba la dirección de todos los árboles frutales que veía en el camino", contó la joven emprendedora.
"Buenos Aires está llena de nísperos, tiene un sabormuy rico pero muy poca gente sabe que se come", ejemplificó.
"También hay pimienta rosa. Para usarlo hay que secarlo y molerlo, pero nadie la conoce, a pesar de que es nativa de Buenos Aires", relató.
"2.700 seguidores que, gracias a la página, descubrieron que su barrio tiene una riqueza hasta entonces desconocida.celebró Marina Romanello, una de las participantes en los foros que se organizan en el sitio.Es genial este proyecto, yo no sólo descubrí árboles que nos dan frutas en nuestro día a día mientras atravesamos nuestra rutina, sino que creo que se contacta con algo muy primitivo y natural del hombre que es la recolección y es una interrelación con la naturaleza muy linda que se puede tener, aún, en la ciudad", opinó, por su parte, Tomás González Angulo.Para ayudar a los inexpertos a identificar los frutales, publica en
"La fruta de los árboles en la calle no está lustrosa o perfecta como la que venden en la frutería y muchos desconfían de ella sólo por su aspecto", señaló la ecologista.
"Al no contener pesticidas son más saludables incluso que mucha de la fruta que se compra", destacó.
Sin embargo, esta amante de los árboles confiesa que aún no ha logrado realizar estudios para determinar qué efecto podría tener sobre la fruta la contaminación ambiental, en especial los gases dañinos que emiten los coches.
Peligros
Las dudas sobre la salubridad de la fruta que crece en los espacios públicos es, justamente, una de las cosas que limita a las autoridades públicas a la hora de fomentar su consumo.
Según investigaciones que realizó, la mayoría de los árboles frutales que hoy tiene Buenos Aires fueron plantados por los inmigrantes europeos que llegaron en siglo XIX y XX.
En su página, la joven recomienda a quienes quieran consumir fruta de un árbol público que primero pidan permiso al vecino más cercano.
La idea es mantener el espíritu comunitario y fomentar las relaciones entre vecinos.
El próximo desafío de esta activista verde es crear un mapa virtual que muestre dónde están todos los árboles frutales de la ciudad.
Según pudo averiguar, Buenos Aires tendría un total de 5.600 frutales (los datos oficiales del censo de árboles no se han publicado aún), por lo que su tarea recién comenzó.
BBC Mundo.
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