DANIEL MEUROIS. A PROPÓSITO DEL AMOR.

Hay palabras que son mágicas... La palabra Amor, por ejemplo. Podría decirse incluso que es más mágica que la magia. Uno tiene la impresión de que contiene en ella los misterios que todo lo cura y por lo tanto, es el mejor bálsamo para todas las divisiones humanas y todas las heridas del alma. Su aura es tan universal que, incluso las personas que, en nuestra opinión, se encuentran entre los más oscuros de nuestra especie, no vacilan en usarla.
Pensando sobre esto, he llegado a preguntarme por qué es tan real esta magia. La respuesta no es tan obvia como se cree. De hecho, me parece que puede variar considerablemente de una persona a otra, dependiendo del nivel de conciencia, de la percepción de la vida y de ella misma en el corazón de esta vida.

Cuanto más lo pienso, más cierto me parece que el amor no significa lo mismo para todos.
Algunos diccionarios lo definen como un estado emocional y, es ahí precisamente, donde comienza el "desenfoque".
¿Es justo? Seguramente no... Todas las guerras son el resultado de un desacuerdo sobre lo que se pide y es injusto. ¿En las cruzadas les parecía bien sacrificar en nombre de Cristo? ¿Ciertas civilizaciones precolombinas creian en los sacrificios humanos para obtener favores celestiales y así demostrar su amor a las deidades? Si, la "divinidad" siempre ha tenido buena parte en todo esto.
Todo el mundo sabe que, la lista de este tipo de acciones se podría estirar hasta el infinito...
Volviendo al pasado, es fácil percibir lo que es bueno o a que se le llama amor, pero... ¿Qué pasa con lo que está ocurriendo hoy?
No es muy diferente. Se sigue queriendo ser bueno, hablando del amor pero, se sigue haciendo la guerra por los mismos motivos.
Como "joven sesentañero" que soy, tengo la esperanza, como muchos de que, el movimiento "paz y amor" se extienda por toda la galaxia y nos lleve al re descubrimiento del amor o de una expresión más amplia de su significado.
Sobre el amor, en nuestras mentes todavía no ha abandonado su rango de gran sanador. Sigue siendo el mago que esperamos pero, no se identifica claramente.
¿Por qué? No pretendo tener las respuestas a tales preguntas pero, me pregunto si no es porque hay en este planeta más de seis mil millones de personas jugando un papel que raramente es el suyo. Más de seis mil millones de personas que son incapaces de dejar atrás sus máscaras. Son innumerables los roles y pretextos que se inventan para terminar creyéndolos, cada vez más complejos y exigentes. Es por esto que, nuestra humanidad todavía tiene un concepto mágico del amor que aún no es capaz de encarnar.
Por supuesto, hay por todos lados mensajes de que "todo el mundo es bueno y hermoso". No, no lo creo y es precisamente por esta razón por la que estamos aqui, en este gran crisol que es la Tierra.
El amor, no es el resultado de un estado de gracia que esperamos nos lancen con un paracaidas desde el cielo. Creo que es el  hijo de la incansable voluntad de vivir y de su inteligencia mirando a través de nosotros. También creo que seguirá siendo vago y escurridizo hasta que nosotros, no hallamos agotado nuestras máscaras.
El paso del atolladero de este fin de ciclo hacia un nuevo orden en todas las cosas, es decididamente individual, antes que colectivo.
La primera necesidad es el deseo, es desear realmente salir de los patrones antiguos y admitir que hemos construido un absurdo. Tal voluntad, os lo aseguro, se decide, no se recibe como un regalo.
Por lo demás, dejar que la vida Sea, dejar actuar a la vida sin bloquear su desarrollo, ella es inteligente, la vida sabe a dónde va a través de nosotros. No es "para nosotros", sino que, nosotros pertenecemos a ella.
Por otra parte, algo me dice que no es un objetivo... sino el principio.
Así que, pongámonos a ello en lugar de continuar con pretextos.
Daniel Meurois.
Traducción: Semillas Solares.