En todo momento puede visitarnos la inspiración o encontrar una mayor comprensión de la vida a través de actos cotidianos.
Así fue que hace poco, conducía por la carretera y tenía que estar atenta a los carteles indicadores, no tenía muy claro cómo llegar al sitio que iba, era la primera vez que hacía ese camino.
Sin venir a cuento me sorprendo diciendo: "¡Eso es, la vida es una gran carretera!".
Comenzó una reflexión en la que encontraba similitud con casi todo.
Me explico:
La vida es un constante movimiento y podemos transitar muchos caminos.
Siempre estamos en movimiento.
Podemos ir rápido o lento, elegimos a la velocidad que queremos ir sabiendo que nuestra decisión puede ponernos en riesgo a nosotros y a quienes circulan a nuestro lado.
Si en algún momento aceleramos, no nos preguntemos luego porque otras personas no pueden seguir nuestro ritmo o, porque perdemos de vista a algunos que han elegido quedarse atrás.
Podemos elegir ir por una vía rápida o un camino secundario, ambos nos llevarán al mismo lugar pero las experiencias que se presentan en uno y otro, no son iguales.
Hay momentos en la vida en que nos atascamos, no avanzamos o es necesario parar y darnos un tiempo, es como encontrarnos de pronto en un atasco de tráfico, todos los coches parados, esperando y aunque quieras, no puedes continuar, es necesario que todo vuelva a fluir para ponerte en marcha otra vez.
En los momentos en que parece que no vemos la salida, que el camino se ha estrechado y a nuestro alrededor todo se ha vuelto oscuro es igual que cuando entramos en un túnel, de pronto parece que atravesamos la noche oscura del Alma, el escenario ha cambiado completamente y, aunque parezca que nos llevará tiempo salir de ahí, de pronto, siempre está la Luz al final del túnel y aparece la salida delante nuestro.
Cuando nuestra mente se atasca en una historia y da mil vueltas sobre un mismo tema es como encontrarnos en una rotonda y ponernos a girar sin saber que salida escoger.
Conducir por la carretera es conducir por la vida.
Verás gente que hace el camino solo, otros acompañados, hay quien disfruta del camino, otros tienen el rostro serio, algunos te acompañan durante un tramo del camino y luego se van, otros pocos te acompañan hasta el final, hay quien te adelanta y quien se queda atrás, hay quien te cede el paso y quien invade tu camino.
Están los que te meten prisa y los que te sonríen.
Hay quienes se salen del camino principal y toman un desvío.
Si te has pasado la salida o te has perdido, no pasa nada, vuelves al punto donde te has equivocado y continúas, lo peor que te puede pasar, es tardar un poco más en llegar pero, al final, siempre llegas.
Puede ocurrir que no tengas muy claro cómo ir hasta donde tú quieres pero, si prestas atención a los carteles que te van indicando qué camino debes seguir, seguro que llegarás. En el día a día ocurre lo mismo, la vida constantemente nos da pistas de por dónde ir, no nos pone carteles luminosos pero si estamos atentos, sus pistas no dejan lugar a dudas.
Puedes experimentar nuevas rutas, caminos más concurridos o más solitarios, incluso puedes trazar un nuevo camino, quizá más gente se anime a caminar por él.
No siempre podemos avanzar, los semáforos en rojo son como indicadores de que necesitamos parar un poco, ya volverá a ponerse en verde no sin antes avisarnos de que estemos atentos porque, volvemos a ponernos en marcha.
Es como si al nacer, nos dieran a cada uno, nuestro particular mapa de carreteras y al mirarlo vemos que está marcado el punto de salida y el de llegada.
Tenemos por delante nuestro propio camino, cada uno el suyo, sabemos hacia dónde tenemos que ir y nuestro libre albedrío consiste en cómo queremos hacerlo.
¿Elegimos caminar solos, acompañados, vamos despacio, queremos llegar rápido, elegimos caminos fáciles, con más dificultad, algún tramo cuesta arriba o por un camino llano o de todo un poco?
Ya sabemos de dónde venimos y hacia dónde vamos.
El secreto es regular nuestra velocidad, estar atentos a las señales y disfrutar de todo lo que el camino nos ofrece. Antes o después... Todos llegamos y parece ser que, Todos vamos hacia el mismo lugar.
Semillas Solares.
Así me lo han dicho.
¡Vaya! como siempre sencillo y precioso...
ResponderEliminarGracias.
Abrazos.
Gracias por el comentario. Abrazos
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