Varios colectivos se han dado cuenta que la sociedad debe ser la primera en concienciarse sobre los malos hábitos medioambientales que todavía tenemos, y por eso proponen, mediante sus obras artísticas, la necesidad de cambiar y ver con otros ojos el planeta en el que todos vivimos.
Ya no más pintadas en las paredes, con aerosoles de pintura contaminante y mensajes groseros o provocativos.
Éste es el caso de un colectivo neoyorkino denominado Mosstika, que agrupa a artistas callejeros que
hacen una llamada de atención a los humanos para que vuelvan a la naturaleza y a lo natural.
Creadores que se transforman a si mismos e invitan a una transformación. Construyen un paisaje diferente en las paredes de las ciudades, del metro y los barrios; una atmósfera que contrasta e invita a la
interacción con quien lo contempla. Pueden ser tocados, olidos, respirados;
involucrando a todos los sentidos en esta llamada a la acción.
Imposible quedarse mirando sin preguntarse “¿Por qué no?”. Apetece acariciar
las obras y reflexionar sobre su significado. Son símbolos de libertad, de cambio, mientras que algunos continúan encerrados en los límites que se han impuesto sin darse cuenta
que existe otra realidad muy diferente que nos invita constantemente a participar.Éste retrato simboliza una ventana de la que va emergiendo y naciendo una nueva vida, un nuevo ser con nuevas ideas y proyectos. ¡Algo nuevo y fresco se está gestando!
Semillas Solares.
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