En California, una tigresa dio a luz a 4 cachorros.
Debido a que el embarazo fue complicado, los cachorros nacieron prematuramente y por su pequeño tamaño, murieron poco después del nacimiento.
Luego de recuperarse del parto, la tigresa comenzó a no sentirse muy bien, aunque físicamente si lo estaba. Lo suyo no era un problema físico, sino emocional.
Los veterinarios creían que la pérdida de su camada había causado la depresión.
Estaba triste, sin apetito y no se relacionaba.
Así que decidieron poner junto a ella a los bebés de otra pareja de tigres, tal vez esto mejorara su situación emocional.
Pero resultó imposible conseguir otros bebés.
Desesperados, los veterinarios pensaron en algo que nunca se había probado antes: la única camada disponible, de la edad apropiada, era una camada de cerditos, que habían quedado huérfanos.
No sabían cómo reaccionaria la tigresa, así que se pusieron a coser una especie de chalecos para los cerditos, hechos de piel de tigre, los vistieron y colocaron junto a la nueva mamá.
La sorpresa fue maravillosa, recuperó la alegría, los besaba, alimentaba y cuidaba como a sus hijos.
La tigresa volvía ser madre y los cerditos ya no se sentían huérfanos.
¡Cuando lo que hay para dar es Amor, no hay que mirar a quién, sólo hay que darlo!
Semillas Solares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Quieres comentar sobre el Blog?