Se acerca la fecha de la Navidad y ya comienzo a escuchar un poco más de lo mismo.
Cada año los mismos comentarios: ¡Que pocas ganas tengo de festejar!, ¡No me apetece nada tener que reunirme con mi familia o con algunos de ellos!, ¡Tengo que pasarme horas cocinando y no quiero!...
Es seguro que muchas personas y familias sí disfrutan de estas fiestas, si les hace ilusión reunirse y festejar pero, cada vez se van sumando más y más a los que les encantaría borrar del calendario estos días.
Me pregunto y les pregunto: ¿Por qué no dices que NO? ¿Por qué te sientes obligado?
Porque sigue dando miedo decir NO.
Piensan que la familia se va a enfadar, que no está bien decir que no irán, prefieren hacer un sacrificio a buscarse problemas, ...
¡Excusas!
Excusas para continuar postergando una decisión.
Una de las cualidades del Amor es la honestidad y si somos honestos con nosotros, lo seremos con todo.
¿Qué sentido tiene mentir, ir a rastras y a desgano? ¿Crees que nadie se dará cuenta?
Y aunque otros no lo noten, tú no estarás bien.
¿Cuál es el sentido de mantener relaciones basadas en la mentira y la obligación?
Una relación así no es beneficiosa para nadie.
Estoy segura que el resto del año, habrás dicho más de una vez que NO a algún miembro de tu familia por diferentes motivos, entonces ¿Por qué, en este día en concreto, no te atreves a hacer lo mismo?
¿Qué diferencia este día a los otros días del año?
¿Por tradición? Las tradiciones se van disolviendo en el tiempo.
¿Por costumbre? Las costumbres y los hábitos se pueden cambiar.
¿Por obligación? Nadie está obligado a nada.
¿Por miedo? El miedo está para ser trascendido.
Somos libres y es necesario y saludable ir abandonando las obligaciones, las condiciones y todo aquello que nos han inculcado y no está basado en decisiones propias.
Da más miedo atreverse a decir NO que escuchar la respuesta que nos darán.
La mayoría de las veces nos sorprendemos al constatar que no ha pasado nada, que no se han enfadado, ni dejan de hablarnos ni nos retiran el saludo, todo ha transcurrido más fácil de lo que habíamos imaginado.
Si no te sientes a gusto con la forma tradicional de celebrar estas fiestas, deja de hacerlo y elige la mejor forma de celebrarlas para ti.
Es más, también existe la opción de no festejar nada.
Si continúas con la idea de celebrarlo puedes hacer un viaje, celebrarlas a solas, en compañía de quien tú elijas, en el mar, en la montaña, en un monasterio, de acampada, preparándote un banquete especial para tí, ¿Por qué no?
Estas fiestas pueden ser un toque de atención que te muestre algún aspecto que necesitas observar o vivirlas como un trampolín hacia la superación de esos miedos a los que se les ha dado la espalda hasta ahora.
Sea cual sea la forma que has elegido, te deseo ¡Feliz Navidad!
Semillas Solares. Así me lo han dicho.
Una vez más pones el dedo ahí donde necesitamos ver. Estoy totalmente de acuerdo con lo que planteas otra cosa es que me anime a dar el paso, ya veremos.
ResponderEliminarGracias por lo que escribes, me ayuda mucho. María
No se me había ocurrido verlo de la forma en que lo dices y tienes razón, seguimos haciendo muchas cosas por obligación y por mi parte ya estoy cansada, me armaré de coraje y voy a decir NO.
ResponderEliminarBendiciones por tu labor. Sofía.
Gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarYa sabéis que son reflexiones en voz alta y que cada uno decide qué hacer y si ha servido para mostrar otro aspecto donde necesitamos cambiar, es suficiente. Abrazos