Más de 800 científicos de
82 países firmaron una carta que ha sido enviada a todos los gobiernos del
mundo diciendo ¡Basta Ya! de productos transgénicos.
“Nosotros, los científicos abajo
firmantes, pedimos la suspensión inmediata de todas las emisiones
ambientales de cultivos transgénicos y productos derivados de los mismos, tanto
comercialmente como en pruebas a campo abierto".
"Patentes sobre organismos vivos, los procesos, las semillas,
las líneas de células y genes deben ser revocadas y prohibidas; y se pide una
investigación pública exhaustiva sobre el futuro de la agricultura y la
seguridad alimentaria para todos”.
El Instituto ISIS publicó un estudio que aporta más evidencias sobre
el hecho de que los productos transgénicos liberan al suelo, aire y agua, genes sintéticos que están causando problemas de resistencia a enfermedades en los seres humanos.
“Las patentes sobre formas de vida y procesos vivos deberían
prohibirse, amenazan la seguridad alimentaria, promueven la biopiratería
de los conocimientos indígenas y los recursos genéticos, violan los derechos
humanos básicos y la dignidad, el compromiso de la salud, impiden la
investigación médica y científica, y están en contra del bienestar de los
animales”.
A los agricultores y consumidores, los científicos advierten que
“los cultivos transgénicos no ofrecen beneficios”.
"Traen consigo muchos problemas que han sido identificados,
incluyendo fricción de la producción, el aumento del uso de herbicidas, el
desempeño errático, y pobres rendimientos económicos para los agricultores. Estos cultivos también intensifican el monopolio corporativo sobre los
alimentos, que está llevando a los agricultores a la miseria, e
impidiendo el cambio esencial hacia una agricultura sostenible que garantice la
seguridad alimentaria y la salud en el mundo.
En Montreal, en enero de 2000, más de 130 gobiernos se
comprometieron a aplicar el principio de precaución y garantizar que las
legislaciones de bioseguridad a nivel nacional e internacional tienen prioridad sobre los acuerdos
comerciales y financieros de la Organización Mundial del Comercio.
A su vez los investigadores sostienen que la agricultura ecológica
y familiar, tiene bajos costos y es completamente sostenible.
Ofrecen la única forma para restaurar las tierras agrícolas
degradadas por las prácticas transgénicas y posibilita la
autonomía de los pequeños agricultores.
Anastasia Gubin.
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