Un pueblo que no conoce ni las enfermedades ni la vejez.
El valle del río Hunza, en la frontera entre India y Pakistán, es conocido como el "Oasis de la juventud", y no en vano: los habitantes de esta zona viven hasta 110-120 años, casi nunca se enferman y tienen una apariencia muy joven.
Los habitantes de Hunza destacan en muchos aspectos con las naciones vecinas: físicamente se parecen mucho a los europeos, hablan su propio idioma -el Burushaski- que no se parece a ningún otro en el mundo, y profesan un islam diferente: el Ismaelita.
Sin embargo, lo más sorprendente de este pequeño lugar escondido entre los macizos montañosos de la región, es su capacidad extraordinaria de mantener su juventud y su salud: se bañan en agua helada incluso a 15 grados bajo cero, juegan y hacen deportes incluso hasta los 100 años, las mujeres de 40 años parecen adolescentes y a los 65 años dan a luz.
En verano comen frutas y verduras crudas; en invierno, albaricoques secos, granos germinados y queso de oveja.
En verano comen frutas y verduras crudas; en invierno, albaricoques secos, granos germinados y queso de oveja.
El médico escocés Robert McCarrison, que describió por primera vez el "Valle de la Felicidad", hizo hincapié en que casi no consumen proteínas. Al día, comen un promedio 1.933 calorías, en las que se incluyen muy pocas proteínas, apenas algo de grasa y la mayoría son carbohidratos.
Según las conclusiones de McCarrison, precisamente la dieta es el factor principal de su longevidad.
Por ejemplo las naciones vecinas, que viven en las mismas condiciones climáticas pero el tipo de alimentación es diferente, padecen una variedad de enfermedades y tienen una esperanza de vida 2 veces menor que la de sus vecinos los Hunza.
Actualidad RT
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