9 de enero de 2015

DIFICULTADES, ALEGRÍA Y SERENIDAD. DANIEL MEUROIS

Daniel Meurois responde a preguntas sobre diferentes temas.

Frente a algunas dificultades, ¿Es posible mantener la alegría y la serenidad? ¿Para ti, cuál es la verdadera alegría interior y cómo contactar con ese estado?

Para mi, la verdadera alegría es generada por la consciencia y nos permite ganar altura rápidamente frente a una dificultad que surge en nuestro camino.
No se trata de tomarnos todo a la ligera o bromear con demasiada facilidad, sino más bien de la capacidad de poder desactivar rápidamente esa situación, aprendiendo a mirar más allá del dolor. Es aprender a vivir con esperanza.

Lo primero que tengo que hacer para ponerme en contacto con mi alegría interior es preguntarme: ¿Qué haría el Cristo en mi lugar en tales condiciones?
La respuesta llega automáticamente y nos reorienta rápidamente.
Es la reacción la que nos desvía y nos lleva al desaliento, igual que nuestra rutina mental y emocional.

En cuanto a la cantidad de noticias que hablan de muertes, enfermedades, tragedias, ¿Se siente impotente, deprimido o sigue manteniendo su alegría interior?

Para mi, siempre, todo tiene su razón de ser en este mundo, tanto las cosas dramáticas como las felices.
Mi faro interior es creer intima e infinitamente en la Sabiduría Divina que mantiene un orden que nos trasciende por completo.
La frase "Que sea la voluntad del Padre" para mi es de una ayuda poderosa e innegable.
A priori se puede pensar que es un tanto fatalista pero es similar a la frase: "Ayúdate y el Cielo te ayudará".
De hecho, estoy convencido de que cuando hacemos todo lo posible para generar felicidad y aún sigue habiendo dolor en nuestras vidas o en la vida de los demás, es porque todavía no se ha  llegado al equilibrio cuya meta final se escapa a nuestro entendimiento. Me he dado cuenta que hay muchos tipos de dolor que son como semillas de una futura felicidad.

Las dificultades forman parte de la vida pero ¿Cómo pasar de la teoría a la práctica y cultivar la serenidad cuando las circunstancias son difíciles?

Cuando cultivamos la serenidad, todo comienza a encajar. La felicidad superficial, esa que todo el mundo puede experimentar, a menudo se confunde con un estado de serenidad.
Si seguimos buscando un poco de confort interior creyendo que somos felices, estamos equivocados.
Estamos contemplándonos el ombligo. En realidad, sólo dormimos.
En otras palabras, "Si no te reúnes con tu Ser interior cuando todo va bien, ¿Por qué crees que lo encontrarás en los momentos difíciles?"
Por eso me aseguro de no seguir "dormido" cuando todo va bien. Cultivo un sentimiento diario de gratitud hacia lo Divino. Sólo le pido continuar ofreciéndole lo mejor de mí sin esperar nada de Él.
Esta actitud alimenta un constante movimiento en el que encuentro mucha fuerza y es una fuente de serenidad que va en aumento.
Cuando las cosas van bien, no me olvido de la Luz, ni doy por hecho que tiene que ser así, sino que lo agradezco.
Este intercambio sagrado es mi combustible. Es muy simple.
La felicidad y la serenidad son el resultado de un nivel de consciencia cuyo sentido de unidad es la clave.
El sentimiento de unidad no puede ser cultivado sólo con reflexionar, meditar u orar.
En mi caso, en cada acción cotidiana, por pequeña que sea, estoy en actitud de servicio.

Algunas personas con enfermedades graves siguen siendo positivas mientras que otras, pierden la fe y el optimismo. ¿cómo ayudarles a recuperar las ganas de vivir?

Si somos profundamente sinceros con nosotros mismos, en el fondo sabemos que somos nosotros quienes creamos las condiciones y las circunstancias en las que nos encontramos.
Cuando esto se hace consciente, entendemos que hay una gran diferencia entre lo justo y la equidad.
Quienes se enfrentan ante una gran prueba, por ejemplo una enfermedad, están conectados a un sentido de justicia. Si le preguntas a esa persona si desea cambiar su situación por otra persona que goza de buena salud, su respuesta será: "¡Oh no! Esta es mi vida" y muchas veces, en ese momento se dan cuenta, aunque sea brevemente, que no sería coherente quitarle esa experiencia.
El error es participar con un discurso tipo "Pobre, pobrecito, que terrible lo que le pasa...", un discurso que aparenta compasión pero, que no genera ningún movimiento en la vida.
La alegría que podemos mostrar es contagiosa y hace a todos más conscientes cuando hay poca fortaleza. Expresar el gozo genera belleza y en consecuencia, ganas de vivir.
Así que, trato de ser contagioso a ese nivel también, sin grandes discursos ni lecciones.
Buenos pensamientos hacia todo y para todos, llevándolo a cabo cada día.
Extracto de Tierra de Luz.
Traducción: Semillas Solares.



2 comentarios:

  1. Precioso. ¿Qué haría el Cristo en mi lugar en tales condiciones? o soy ni remotamente parecida a Cristo... pero practicaré ;-)

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  2. María, sólo prueba a hacerte esa pregunta cada vez que lo necesites, verás que la respuesta llega alto y claro. Esto es algo que Daniel siempre nos dice e invita a que hagamos para no perdernos en laberintos mentales. ¡Prueba!
    Abrazos. Semillas Solares

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