27 de mayo de 2015

LAS CARICIAS SON TAN NECESARIAS COMO LA COMIDA.

Claude Steiner, defiende la importancia de identificar y gestionar las emociones para obtener efectos positivos de ellas. 

Anima a las personas a acariciarse, con el tacto y con las palabras, y a expresar sus sentimientos sin miedo.


Ha estudiado en profundidad las emociones, y cómo éstas influyen en la vida de las personas. 
En sus conferencias, es capaz de conseguir que el público intercambie "caricias" en forma de halagos.
¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional está basada en la capacidad de entender nuestras propias emociones y las de otros. 
Eso significa no sólo identificar qué emoción sentimos en cada momento -rabia, amor, tristeza, miedo, alegría-, sino además conocer su intensidad y su causa, porque las emociones no son caprichosas, siempre tienen una razón. Una vez capaces de entender las emociones propias y también las ajenas a través de la empatía, es importante aprender a gestionarlas de forma que tengan efectos positivos, incluso si son emociones negativas, para que nos beneficien no solo a nosotros sino también a las personas del entorno.
Caricias y nuevas tecnologías
Usted dice que todas las personas vivimos en un estado continuo de hambre de caricias. ¿Puede ocurrir que los mensajes de móvil y las redes sociales acaben sustituyendo a las caricias reales y recurramos a ese tipo de comunicación para saciar ese apetito de estímulos?

El apetito de caricias es igual que el de la comida, lo tenemos. Si no comes, vas a morir de hambre. Las caricias son tan necesarias como la comida y la bebida. Qué va a pasar con toda la gente que esta sustituyendo caricias reales por virtuales, es una pregunta importante y no sé la respuesta. Da miedo. 
Si no aprendes a comunicarte personalmente, cuando llegue el momento de casarte o tener hijos, no sabrás como manejar relaciones reales en lugar de virtuales. Podemos anticipar problemas debidos a este cambio, aunque no sé cuáles serán.
Igual que tenemos hambre de caricias, dice usted que tenemos hambre de información. ¿Deberíamos marcarnos algunos límites para no consumir toda la que hay disponible hoy en día?

Está claro que uno necesita aprender a filtrar la información de Internet porque existe tal cantidad que podríamos pasarnos toda la vida viendo vídeos de Youtube y nunca terminaríamos de verlos todos. 
Además hay que tener cuidado, porque incluso he descubierto que algunas de las cosas que Wikipedia dice sobre mí no son ciertas. Aunque la verdad es que es imposible corregir todo lo que pueda haber mal...
Emociones universales
¿Cree que las emociones son diferentes según el lugar en el que viva cada persona?

Las emociones son universales. Todo el mundo tiene emociones y son las mismas, pero es cierto que ciertas culturas enfatizan unas sobre otras. 
Hay países donde la gente es más amorosa, otros donde la gente tiene más miedo, donde la gente odia más… Son preferencias que pasan de generación en generación. Pero las emociones son las mismas. Otra cosa es la forma de expresarlas, y eso sí que puede variar mucho.
En sus libros define a las mujeres como eternas guardianas de las emociones. En el siglo XXI, ¿los hombres ya dicen “te quiero”?

Más que antes pero no tanto. El problema clásico entre hombres y mujeres es que ellas dan más amor y ellos reciben más. Así que todavía queda mucho camino por recorrer, pero estamos en ello.
Cuando hablamos de educación emocional, ¿nos referimos a algo que se puede enseñar en el colegio?

Los maestros pueden tener mucha influencia de la buena, en el sentido de que pueden enfatizar las emociones que tienen los niños y animarles a expresarlas. El problema es que si en casa reciben la educación contraria, no sirve de nada. Por eso hay que educar emocionalmente a los niños, pero también a los adultos.
¿Cómo ve el futuro?

Cada vez hay un entorno más acogedor para permitir a las personas que expresen sus emociones, aunque sean difíciles, como la tristeza o el miedo. Se va incrementando la facilidad y el permiso que damos a las personas para compartir emociones; estos es un síntoma muy positivo y creo que seguiremos por este camino.
Patricia de Blas.


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