Una de las claves de nuestra felicidad está en la gestión adecuada de nuestras emociones.
Llamamos inteligencia emocional al conjunto de habilidades psicológicas que nos permiten conocer y procesar nuestras emociones.
Un compendio de herramientas para potenciar nuestra felicidad puede ser:
Potenciar nuestra estima, gestionar conflictos, el control de las emociones o la superación de lo que llamamos "fracaso".
1. Reconocer nuestra identidad
¿Quiénes somos realmente? El primer paso para saberlo es descubrir todas las personas que hay dentro de nosotros.
Somos lo que decimos y creemos ser. También somos como nos ven los demás, pero estas opiniones no pueden ser lo que nos defina. “Ser uno mismo no es necesariamente manifestar siempre una única manera de ver y entender la vida. Es saber cómo interpretar la obra de nuestra cotidianidad”.
2. Potenciar la voluntad
Hay que ir cambiando todo lo que nos desmotive. Busca en tu interior y, si eres sincero, sabrás qué es lo que te motiva y quieres hacer. De esta manera, parte de tu vida estará basada por acciones, acciones que te llevan hacia lo que te gusta hacer y lo que quieres conseguir.
3. Buscar la integridad
Ser íntegro significa ser coherente, tener la capacidad de llevar a la acción nuestras ideas, afrontando los desacuerdos que puedan aparecer. Esto no significa que hagamos lo primero que se nos pase por la cabeza sin reflexionar.
4. Disponernos a aprender
En la vida podemos fallar muchas veces. Los fallos son oportunidades para crecer y dejar aquello que no queremos repetir.
5. Practicar el respeto
La empatía es una de las piezas esenciales de la inteligencia emocional. Cuando interactuamos con otras personas, no sacar a relucir emociones como la ira, la soberbia, la falta de respeto. Cada uno vive su proceso particular y todos estamos aprendiendo.
6. Tomar perspectiva
Todas las situaciones de la vida se ven diferentes dependiendo del punto de vista. Si ante las circunstancias que vivimos no somos capaces de verlas desde otro prisma, es relativamente fácil que emitamos juicios de valor.
7. Atrevernos a cambiar
Rectificar es de sabios. Hemos sido capaces de darnos cuenta de que hay más opciones que también son correctas con respecto a lo que pensábamos anteriormente.
9. Cuestionar y reflexionar
No hay que tener miedo a pensar diferente. Expresa lo que piensas. Además de explicar tu punto de vista, es posible que se abran ante ti otras alternativas que antes, no habías visto.
10. Practicar la adaptación
Mantenerse rígidos y poco flexibles ante los cambios, no ayudará. Adaptarnos a lo nuevo, permitirnos fluir sin perder nuestro centro, nos hará abrirnos a nuevas alternativas.
Mente Saludable.
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