16 de noviembre de 2015

Encontrar el sonido que nos ayude a experimentar a Dios

Entrevista a Mark Pulido, artista polifacético y licenciado en Bellas Artes. En un viaje a la India conoce el sonido de las Bilas, unas campanas planas de alta frecuencia vibratoria, e inicia la búsqueda de su inventor, un monje ruso llamado Alexander Zhikarev.
Su vida da un giro en ese momento y pasa a dedicarse exclusivamente a expandir la vibración de este peculiar instrumento, descubriendo que a través de su sonido se hace algo más que música.
"Mi intención es conseguir alcanzar un sonido que sea lo más parecido a lo que puede ser “experimentar a Dios”, que sea como era para los egipcios y otras tradiciones y culturas antiguas, que consideraban la música como una manifestación física de la armonía que envuelve al cosmos"
¿Cómo empezaste a interesarte por el sonido?
Tuve un accidente de coche a los 19 años que me llevó a una experiencia cercana a la muerte; al regresar empecé a dirigir mi vida hacia la búsqueda interior. Experimenté que, en cualquier momento, en un solo minuto, la vida se podía acabar y las preguntas sin respuesta que vinieron para llenar de sentido ese vacío, golpearon con tanta fuerza mi conciencia que marcaron un antes y un después. Cuando regresé a la conciencia en el hospital parecía que había estado dormido durante toda mi vida hasta ese momento. ¿Qué sentido tiene la vida? ¿Para qué estoy aquí? ¿Qué he venido a hacer?…
Estas preguntas transformaron mi motivación, y justo fue mi cumpleaños, cuando aún estaba en el hospital y mi hermana me regaló un didgeridoo, que me ayudó a recuperar mis pulmones y mi caja torácica que estaban dañados por el accidente. Fue una experiencia del sonido curativo en mi propio cuerpo en los siguientes meses. Los médicos no entendían cómo había ido tan rápido y cómo en las radiografías todo se veía tan bien en poco tiempo. Desde entonces, siempre usé el sonido y los instrumentos como una herramienta terapéutica para mí mismo.
La primera vez que las escuché estaba en la India y acababa de salir de un retiro de silencio, me encontraba en un estado de conciencia muy abierto y receptivo, y pude sentir con mucha claridad cómo mi energía reaccionaba y cómo el sonido de las Bilas trabajaba en mi cuerpo energético. Después de sentir en mí mismo esa extraordinaria experiencia, entendí que era necesario que lo escuchase más gente y que valdría el esfuerzo llevar este instrumento a España. Nació en mí una fuerza de contribuir con el mundo y aportar algo, un granito de arena para el bienestar y una herramienta para ayudar a la transformación de la tierra y la humanidad.
Fue entonces cuando empecé a tener un sueño que se repetía y que me mostraba de diferentes maneras que tenía que construir un artilugio sonoro para llevar a la gente a estados de despertar. Me dediqué durante 2 años a buscar a su inventor para conseguir construir un juego de Bilas aquí y acercarme a la imagen que vi en mi sueño. Sabía que podía costar una vida entera lograrlo, aunque ya hoy en día, después de 6 años de trabajo, viendo todo lo que se ha manifestado, se puede valorar que vamos por buen camino. 
Mi intención es conseguir alcanzar un sonido que sea lo más parecido a lo que puede ser “experimentar a Dios”, que sea como era para los egipcios y otras tradiciones y culturas antiguas, que consideraban la música como una manifestación física de la armonía que envuelve al cosmos. Este sueño es posible y el sonido de las Bilas es el más parecido a esta experiencia que haya escuchado hasta ahora. Creo que estamos recuperando algo que ya conocían algunas culturas evolucionadas que desaparecieron y que no sólo hay que redescubrir el sonido, sino también la forma de usarlo.
Háblanos de este proyecto.
El proyecto se llama Khyma, que viene de la palabra Cimática y quiere decir onda de vibración en griego. Actualmente trabajo de dos maneras: la realización de conciertos de sanación y meditación grupales, y las sesiones de terapia individuales.
Estoy abriendo un camino de investigación que nadie ha explorado antes, y el proyecto está en un momento nuevo también para el mismo inventor de las Bilas. Para él, Khyma se ha convertido en la construcción más interesante de su obra, donde estamos empezando a crear y experimentar afinaciones que nunca se habían probado antes. Después de sus visitas en mi estudio, en Barcelona, en 2011 y por segunda vez a finales del 2013, el instrumento se ha convertido en el juego más grande del mundo con 58 Bilas de frecuencias diferentes. 
La oportunidad de escuchar frecuencias concretas mezclándose, es lo que crea espacios mágicos; por eso, lo importante es la combinación de unas Bilas con otras, y es en esto en lo que estamos poniendo dedicación. Es maravilloso poder crear acústicamente experiencias que hasta ahora sólo las maquinas y los programas informáticos podían reproducir, como las llamadas frecuencias binaurales, pero con los vivos y naturales sonidos del metal de las Bilas.
Dinos para los que no conocemos tu instrumento, ¿Qué son las Bilas?
Las Bilas son un instrumento de nueva creación descubierto en Rusia en 1989, que contiene una larga duración y un amplio abanico de armónicos. Tiene una forma plana y simple, y son de un metal especial laminado. Las Bilas grandes del juego pesan 43 kilos y emiten infrasonidos y ultrasonidos, y con un solo golpe pueden durar hasta 5 minutos sonando.

¿Qué nos puedes decir sobre las propiedades del sonido de las Bilas?
La forma en que yo veo las Bilas es como algo más que un instrumento, es una increíble herramienta para poder hacer sanaciones y transmitir la experiencia de una conciencia superior.



¿Qué tiene este sonido para que pueda hacer esto? 
El secreto de las Bilas está en la afinación, en cada Bila, desde su creación, hay 5 sonidos armónicamente entrelazados entre sí que producen una gran eufonía cuando se hace sonar. Cuando se mezcla el sonido de una Bila junto al de otra, los sonidos se multiplican y empiezan a crearse mundos sonoros, sorprendentes, que son como otras dimensiones, que dan la perfecta sensación de que otras realidades coexisten, permitiendo hacer trabajos energéticos muy especiales y profundos.
Puede ser que la principal fuerza del poder sanador de su sonido, no resida solamente en las capacidades de las características del instrumento. Para que el instrumento funcione se tiene que usar de una manera concreta. Nosotros somos multidimensionales y podemos mover nuestra conciencia mas allá de nuestros límites corpóreos, podemos usar el sonido como vehículo, para dirigir ambas cosas hacia una dirección concreta con una intención clara y usarlo como un instrumento por el cual el sonido puede actuar entonces como un bisturí que va trabajando, disolviendo, liberando o transmitiendo el amor o la luz allí donde es necesario y producir una sanación.
¿Esto sucede también en los conciertos?
Empecé a hacer conciertos porque me di cuenta que se podía hacer una transmisión y una transformación a nivel global a todos los presentes, la potencia sonora es tanta que sin amplificar, se llega a transformar el estado de muchas personas a la vez. La vibración de todos los presentes se eleva, y eso hace que el nivel de conciencia también cambie.
El cerebro tiene 5 tipos diferentes de ondas y todas están asociadas a estados mentales diferentes. El efecto binaural tiene un impacto directo en la conciencia y se produce dentro del cerebro al recibir dos ondas de sonido con unos hercios determinados, que al llegar de forma alterna a un oído y otro, genera un cambio en las ondas cerebrales. Este cambio, lleva a la persona a estados de meditación profunda, estados de relajación, curación, regeneración, reprogramación, visualización y conexión con la conciencia más elevada. Estas ondas de frecuencia más bajas, son las llamadas Theta y Delta, y son las que nos permiten sanar más profundo y cuánticamente, ya que en estos estados se producen liberaciones a nivel inconsciente y subconsciente.
En una sesión individual es fácil testar con un test de kinesiología el cambio después de aplicar el sonido al tema que se está trabajando y comprobar las mejoras. El sonido se puede dirigir allí donde se quiera, y deshacer y armonizar las memorias y sanar la información que allí haya guardada.
¿Hay pruebas científicas de la capacidad de sanar de las Bilas?
Con este mismo metal se puede construir armamento militar o hacer un artefacto como las Bilas. Las frecuencias sonoras se pueden usar para dispersar una manifestación o destruir un edificio, o bien para destruir una célula cancerígena o deshacer un tumor. Muchos investigadores han demostrado cómo las ondas sonoras y diferentes frecuencias, pueden usarse para afectar a la materia, y de aquí viene el nombre del proyecto, de la ciencia Cimática. Está probado científicamente y muchos investigadores han descubierto que la música o dispositivos sonoros con frecuencias concretas, sanan las células enfermas. La ciencia del sonido es algo muy antiguo y de la que civilizaciones evolucionadas que han desaparecido de la tierra ya dejaron indicios de su uso como medicina. He podido traducir un estudio científico del Centro de Investigación de Energía de TVER, donde a través de un aparato que mide los campos electromagnéticos, se ha demostrado que el sonido de las Bilas emite una gran cantidad de radiación de resonancia ultrasónica que, en un sentido espiritual y físico, purifica el espacio. Entre muchas otras de las cosas que habla este estudio, su sonido limpia el aura, elimina los atascos en los meridianos energéticos, fortalece el sistema inmune y mejora el estado en general.

¿Quieres compartir algo más para finalizar?
Siempre he creído en el poder del arte y la capacidad de decir sin decir lo que con palabras no se podía llegar a expresar. El arte puede llegar a transformar la conciencia de mucha gente sin que se den cuenta, y ésa es la herramienta en la que yo he creído. Hacer sentir más amor, más conexión, más verdad, más humanidad, este sonido nos lleva a experimentar eso dentro de nosotros y es como si de una onda expansiva se tratase, porque luego crece la posibilidad de transmitir esto a todos nuestros círculos, para así ir transformando este mundo hacia una creación más bella. Todos somos creadores de nuestro universo, hay que seguir fieles a nuestras verdades a pesar de las dificultades y obstáculos de la vida y no perder la esperanza por nuestros sueños. 
Tikún

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