De vez en cuando recuerdo en las clases de
meditación, aquello de "después del éxtasis, la colada" o lo que es lo mismo: Bajar a tierra. Porque muchas
veces nos extraviamos en toda clase de elucubraciones, especulaciones o
fantasías metafísicas, y nos perdemos la realidad contundente de lo que es aquí.
Por mucho que se nos
diga que todo es ilusión, lo cierto es que una migraña hace daño y duele y uno no se queda impasible ante un severo dolor de cabeza. Hay que
moverse en los dos planos, el que podríamos denominar suprasensorial,
pero también en el cotidiano. Hay una historia muy significativa:
Un maestro
durante años, le repite a sus discipulos que todo es ilusorio. Un día muere
su hijo y comienza a llorar desconsoladamente. Los discípulos se lo echan en
cara y él dice: "¡Es que es tan doloroso perder a un hijo ilusorio en un
mundo ilusorio!".
Por eso hay que aprender a desenvolverse en los dos planos. En una ocasión le pregunté a un mentor espiritual qué definía a una persona sabia, y contestó: "Que sabe navegar en los dos océanos: el de la vida exterior y el de la vida interior". La vida de cada día está aquí, siempre presente, pero podemos impregnarla de espiritualidad.
Por eso hay que aprender a desenvolverse en los dos planos. En una ocasión le pregunté a un mentor espiritual qué definía a una persona sabia, y contestó: "Que sabe navegar en los dos océanos: el de la vida exterior y el de la vida interior". La vida de cada día está aquí, siempre presente, pero podemos impregnarla de espiritualidad.
Hoy en día se están
dando una serie de movimientos pseudoespirituales que a menudo nos hacen vivir
de espaldas a la auténtica espiritualidad. Se han puesto de moda los advenedizos del yoga que nada tienen de yoga y demasiadas veces se distorsiona la enseñanza.
Se han puesto de moda autores de best-sellers "espirituales" que aseguran haberse iluminado con total naturalidad. Esto es peligroso.
Buda dijo: "No conozco nada tan poderoso como el esfuerzo para combatir la pereza y la apatía" , "Los grandes del espíritu señalan la Ruta, pero uno mismo tiene que recorrerla".
Y esa ruta se recorre con motivación, un firme propósito y la práctica diaria.
Se han puesto de moda autores de best-sellers "espirituales" que aseguran haberse iluminado con total naturalidad. Esto es peligroso.
Buda dijo: "No conozco nada tan poderoso como el esfuerzo para combatir la pereza y la apatía" , "Los grandes del espíritu señalan la Ruta, pero uno mismo tiene que recorrerla".
Y esa ruta se recorre con motivación, un firme propósito y la práctica diaria.
Las enseñanzas deben
ser validadas mediante la experiencia personal. Las enseñanzas no se mueven por
creencias, sino por experiencias. Lo que tenemos que entender es que lo que verdaderamente nos
va a transformar es la práctica y ésta, va a modificar nuestros pensamientos de tal
modo que luego, podamos mantener una actitud de armonía en la vida de cada día,
a pesar de sus vicisitudes.
Pues de otro modo, uno se pierde en ideas e incluso cree que
está despertando y cada día, está más dormido. La vida es la
gran maestra y es un reto que nos permite ver en qué grado de verdad estamos
madurando emocionalmente y avanzando espiritualmente.
No podemos acceder a un plano de consciencia más elevado si no llevamos a cabo el trabajo interior. Es más fácil hacer metafísica barata, pero eso no transforma; es más sencillo perderse en ideas espirituales, pero eso no modifica.
Lo que realmente nos va mutando es incorporar las experiencias a nuestra vida diaria y persistir en la práctica. La voluntad es necesaria. La gracia solo surge dentro de nosotros cuando ponemos los medios y condiciones para ello.
No podemos acceder a un plano de consciencia más elevado si no llevamos a cabo el trabajo interior. Es más fácil hacer metafísica barata, pero eso no transforma; es más sencillo perderse en ideas espirituales, pero eso no modifica.
Lo que realmente nos va mutando es incorporar las experiencias a nuestra vida diaria y persistir en la práctica. La voluntad es necesaria. La gracia solo surge dentro de nosotros cuando ponemos los medios y condiciones para ello.
Los advenedizos espirituales prometen mucho, pero no dan nada. Son un analgésico
espiritual o un placebo, pero nada más. La iluminación está en nosotros, pero
hay que despertarla. Si avanzamos o no, si nos estamos engañando o no, eso lo
podemos constatar en la vida cotidiana, de acuerdo a cómo y con qué actitud
vivimos cada día y para eso, no hace falta nadie más que uno mismo.
Ramiro Calle
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Quieres comentar sobre el Blog?