Entrevista a Claude Imbert.
Algunos
traumas quedan inscritos en la memoria prenatal inconsciente y hay momentos en los que pueden condicionar nuestra vida. Pero es posible encontrarlos y
liberarlos.
Para la
doctora Claude Imbert, es en el vientre materno donde se decide si la vida
futura del bebé, le llevará hacia el amor o la soledad, el éxito o las dificultades,
la salud o la enfermedad.
La certeza de la existencia de una memoria embrionaria, alimentada por percepciones
sensoriales muy tempranas, llevó a esta oncóloga francesa a crear las bases de
una terapia con la que se pueda explorar nuestra memoria inconsciente prenatal.
Encontrar y liberar las huellas emocionales de ese periodo, nos
lleva a una transformación profunda y duradera de nuestra percepción de la vida
como adultos.
El mensaje que lanza es que, todo es
reversible y que aquello que se decide ‘in utero’ puede transformarse
ulteriormente de forma positiva.
¿Qué le
impulsó a cambiar la bata blanca por las terapias alternativas?
Por mi
profesión me encontré multitud de veces frente al dolor, el miedo y la
desesperanza. Cuando hablaba con los pacientes y sus familiares, sentía que
había un vacío entre ellos y yo, y que la medicina no podía llenar. Tras una
experiencia personal que me ayudó a comprender mejor el origen del sufrimiento humano, decidí que había
otras vías para transformarlo y, sobre todo, para prevenirlo.
Terapia
que afirma que en el vientre materno, se ‘programa’ al adulto futuro…
Sí. Un
gran número de problemas psicológicos, afectivos y somáticos tienen su origen
en la vida intrauterina. Poco tiempo después de la concepción, el embrión y
luego el feto perciben el ambiente que les rodea con una gran precisión. Tengo
la convicción de la existencia de una memoria embrionaria inicial donde queda grabado e inscrito el bienestar o el sufrimiento de su vida
antes de nacer. Estas huellas afectan al desarrollo de la personalidad del
individuo y de su salud física.
¿De qué
forma ocurre esto?
Surgen
de situaciones emocionalmente traumáticas vividas durante los meses de
gestación y afectan a las células y sus funciones. Persisten después de nacer y
nos acompañan toda la vida. Son responsables de múltiples conflictos en las
funciones vitales y secreciones hormonales e enmunitarias. Constituyen un
terreno ideal en el que, en situaciones de estrés, se desarrolla un profundo
malestar, depresiones, se crean inseguridades, miedos, fobias… También
propician el desarrollo de enfermedades como la hipertensión, la sinusitis
crónica, alergias respiratorias y enfermedades crónicas y
degenerativas como la esclerosis mútiple, diabetes, reumas, lupus…
¿Y cómo
un individuo ya adulto puede liberarse de estas huellas?
Reencontrando
esta memoria prenatal. El fin es encontrar
estos recuerdos para transformarlos. Este nuevo estado de consciencia originado
desde el dolor produce un efecto de liberación de emociones cristalizadas que
puede cambiar la historia de un individuo y reimprimir una nueva.
¿Cuáles
son las heridas más frecuentes, esas que son siempre consecuencia de sucesos
ocurridos durante el periodo prenatal?
Muy a
menudo, las huellas más importantes se sitúan en el periodo que va desde la
concepción a los dos meses de gestación. Por ejemplo, ser un bebé no deseado,
la preferencia de los padres por otro sexo, las concepciones programadas que
buscan cimentar la pareja para superar la culpabilidad después de algún aborto
espontáneo o deliberado, la ausencia o la pérdida de comunicación con la madre
en un momento determinado, duelos durante el embarazo. Pero considero la huella de ‘pérdida de un gemelo’ como la más
esencial. Entre los centenares de pacientes que manifiestan un estado de
inquietud, de depresión o de enfermedades físicas, del 80 al 90% son portadores
de esta huella.
¿Podría
explicarnos más explícitamente en qué consiste?
Tras
años de estudio, he constatado la enorme frecuencia de concepciones de gemelos,
que son precozmente interrumpidas de forma espontánea e involuntaria y que
pasan desapercibidas por la madre y el médico. Hay pacientes en los que se
aprecia más rápidamente, son aquellos que sin darse cuenta compran doble de
todo o son muy repetitivos, reminiscencias de aquel recuerdo traumático por el
embrión gemelo. Desarrollan sin saberlo un sentimiento de culpabilidad por
haber sobrevivido, también de hiperresponsabilidad hacia todo lo que hacen y en
sus relaciones. Ser consciente libera la culpabilidad, los miedos, los
sentimientos de soledad, la frustración, la injusticia y el vacío.
¿De
dónde viene la cura, la liberación de estas huellas?
Del
descubrimiento del amor. Despertar estas heridas no tendría ningún sentido si
no hubiese este descubrimiento que tiene su origen en la fusión de dos células,
de un amor incondicional destinado a este ser particular. Las preguntas ayudan
a disociar aquello que los padres han sentido o dicho,
de aquello que realmente ha ocurrido en sus células, en su alma.
¿Habla
desde la esperiencia personal? Al principio mencionó que vivió una experiencia que le influyó.
Sí, de
forma extraordinaria y definitiva. Hace unos 15 años, mientras participaba en
un curso sobre visualización, el monitor nos pidió visualizar un momento agradable
de nuestra adolescencia. Fue entonces, y de una forma espontánea, cuando me vi
de vuelta al principio de mi vida prenatal. Estaba dentro de un vestido negro y
escuchaba a mi madre decir que no quería ese bebé… Sentí entonces un frío
glacial, me retraía diciéndome “no debería estar aquí, estorbo, soy culpable”.
Al mismo tiempo empecé a ‘escuchar una voz’, que no era la del terapeuta, que
me acompañaba y animaba a decir a mi madre aquello que sentía, mis penas y
temores. La ‘voz’ continuaba, “voy a llevarte afuera, verás lo que ocurre”. Fue
entonces cuando vi el vestido negro que me arropaba desde en el interior, era
el que llevaba mi propia madre que estaba de luto por la muerte de su padre, al
que estaba muy unida. Mi madre estaba embarazada de dos meses y medio, algo que
yo ignoraba en el momento en que tuve esta experiencia. La voz me volvió a
hablar: “Mira en el interior del vientre de tu madre, ¿de verdad crees que ella
puede verte mientras habla?”. De pronto comprendí que no era yo a quien mi madre
cuestionaba y que era el dolor del duelo el que le hacía hablar así. Entonces
sentí cómo el enorme peso, que me acompañaba desde hacía mucho tiempo y me
hacía sentir tan desdichada, desaparecía. Comprender, conlleva perdonar. Y el
perdón, libera.
¿Qué
consejos da para seguir durante el embarazo?
¡Comunicarse
con el bebé! Constantemente hacerle partícipe de lo que ocurre en el entorno. Si no hay diálogo, por el cordón umbilical va a recibir descargas
eléctricas, de adrenalina, de hormonas, de sustancias diversas que le
confundirán. El bebé capta también la presencia de las personas del entorno
habitual de la madre, en especial la del padre o hermanos a través de la piel,
su envoltura bañada de líquido amniótico que crea una caja de resonancia,
transmitiéndole así el sonido. Hay que tranquilizarlo siempre, hacerle sentirse
seguro y querido.
Usted
incide en la importancia de establecer un vínculo comunicativo entre la madre y
el bebé, pero ¿qué papel juega el padre?
El
descubrimiento de la energía paterna es muy reveladora. En la fisiología del
padre hay una intención enorme a hacer que el embrión sobreviva y se
desarrolle. Vivimos porque somos deseados. El padre también ha de esforzarse
por comunicarse con el bebé, darle seguridad. Seguro que su voz va a ser la
primera que escuche tras el parto y durante los primeros días la que le guiará
hasta que tome consciencia de su nacimiento.
Debe de
ser muy traumático salir de ese entorno cálido, el vientre materno, y verse
inmerso en un universo desconocido.
Por eso
es tan importante comunicarse y mantener informado al futuro bebé, explicar
constantemente lo que ocurre, ya sea en partos naturales o en aquellos que
presentan alguna dificultad, como son las cesáreas, los partos bajo anestesia
total, la utilización de forceps, los nacimientos prematuros que hacen
necesario que el niño pase un tiempo en la incubadora… No sabe usted qué poder
tienen las palabras sencillas.
Rev. UH
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Quieres comentar sobre el Blog?