Soy un niño de 65 años. Nací en un pueblecito de Groenlandia y vivo por el mundo. Soy chamán, sanador tradicional y portavoz de mi pueblo. Tengo cuatro hijos y cinco nietos. Los políticos no escuchan. Demasiada gente muere en nombre de la religión.
Le llaman “anciano” desde joven: recogió el legado familiar de la sabiduría de su clan. Su abuela fue su primera maestra, le enseñó “a sonreír, caminar erguido y lleno de fuerza”. Es un chamán inuit (esquimal), y su pueblo le envió a la ONU a contar algo hace ya 33 años: el mundo está calentándose, los hielos bajarán, los mares subirán y la sequía asolará países como España. Los ancianos de su pueblo “lo saben desde que en 1963 vieron deshacerse un glaciar”. Lleva años explicándolo: “Todos escuchan y dicen que harán algo..., ¡pero nadie hace nada!”. Y sentencia que no habrá cambio mientras no seas tú quien cambies en tu corazón. Lo cuenta por el mundo y en su libro: Escucha la voz del hielo (Urano).
¿A qué ha venido?
A deshelar corazones.
¿Lo tengo congelado?
Sí, mientras no veas tu belleza interior y la belleza del mundo.
¿Usted las ve?
He aprendido de mi madre, de mi abuela... Tiene 86 años y nunca fue a la escuela, pero comprende la vida mejor que nadie.
¿Qué hay que comprender?
El equilibrio del mundo. Os veo muy preocupados por el oso polar, por las focas, pero... ¿y por los seres humanos?
¿Qué nos pasa?
Por cada grado centígrado de incremento de la temperatura, los mares subirán cuatro metros… ¡Cuidemos el equilibrio natural!
¿Lo hacen los esquimales?
Lo habíamos hecho siempre. Ahora estoy preocupado...
¿Por qué?
Las leyes del hombre blanco prohíben cazar focas, pescar ballenas, delfines... ¿Qué comeremos? ¿Carne de vaca? ¡Es horrible!
Hombre...
La carne de foca es excelente, riquísima, la mejor y más sana del mundo. Pero la de vaca esta bulada, la de cerdo criado sobre mierda..., ¡puaj!, eso no es sano para nosotros.
Pruébeme usted el jamón de bellota...
Antes todo estaba en equilibrio, y ahora… Ahora el hombre blanco quiere toda la pesca. Pero no hay pesca para tantas focas y hombres, y está terminándose.
Tenemos buena intención, queremos proteger focas, ballenas, osos...
Sólo porque las focas tienen los ojos bonitos y a Brigitte Bardot le duele. Y sepa que el oso polar es capaz de sobrevivir desde -77ºC hasta +40ºC. ¡Mucho más que el hombre!
Ese hueso que lleva al cuello...
Es un hueso de la cola de una ballena azul que cazó mi bisabuelo hace 150 años, y que medía 45 metros. Pulido por un lado, rugoso por otro: lo heredé yo, y significa que soy tan fuerte como la cola de una ballena.
¿A qué se dedica usted?
Soy hombre medicina, practico la sanación tradicional de mi pueblo, aprendida de mi abuela, de mi madre, de muchos otros ancianos durante toda mi vida...
¿Qué cura?
Todo. Porque todo se origina en el alma, en el corazón, en que olvidamos nuestra belleza... La distancia más inmensa no está entre aquí y allí: está entre mente y corazón, y hemos de conquistar ese terreno.
¿Cómo?
Nos ayuda mucho la cabaña de sudación.
¿Qué es eso?
Tradicionalmente, entramos allí a sudar: eso nos limpia por dentro y por fuera. Las hacíamos con costillas de ballena, ramas, piel de foca... Dentro, fuego, agua, vapor...
¿Y qué pasa ahí?
El alma se eleva y se depura. Es una ceremonia muy bonita. Como la vida. ¡La vida entera es en sí misma una bella ceremonia que merece ser celebrada!
¿Ese tambor ayuda?
Póngase delante de mí.
¿Así?
Ouuuuuuu...
…
Ouuuuuuu...
Qué vibración...
Esto es orar. Es una oración. El tambor está hecho con piel de blanco...
¿Perdón?
¡Es broma! Es tela sintética. Antiguamente, los hacíamos con piel de foca, pero, como ahora el hombre blanco nos lo ha prohibido, tenemos que hacerlos con sus tejidos...
¿Es verdad que los esquimales tienen decenas de palabras para decir nieve?
Y sólo una para decir árbol, porque allí no hay especies diversas de árboles. Pero, en cambio, hay tantos tipos de nieve..., que cada uno tiene su palabra.
Por ejemplo.
Masannartop es un tipo de nieve húmeda. Isugutasoq es una nieve como la que tenéis aquí. Nittaalaq es un tipo de nieve que te mata si la comes. Queisoq es la nieve idónea para construir iglús...
¿Pasan ustedes mucho frío?
El mundo es una nevera, ja, ja... Pero en invierno, se siente más frío en el Pirineo que en Groenlandia, a causa de la menor humedad que hay allí.
¿Dónde viven hoy esquimales?
En Groenlandia, Canadá, Alaska, la península Chukotka de Siberia: ¡nuestro pueblo ha llegado a ocupar 16 millones de kilómetros! Hoy somos sólo un millón de personas. El contacto con el hombre blanco nos diezmó, por las epidemias… ¡Nunca hubo guerras entre nosotros, los esquimales! Somos el pueblo más pacífico de la humanidad.
¿Es cierta su fama de hospitalarios?
Sí.
¿Llegan las mujeres esquimales a ofrecerse sexualmente al huésped?
¡A nosotros no nos repugna el contacto físico! Pero los blancos no os tocáis. Y la mayor necesidad del ser humano es la de ser tocado. Nosotros nos tocamos mucho. No tenemos tabúes sexuales ni celos. Somos personas civilizadas.
¿Y qué mensaje nos trae desde el hielo?
Que el mundo es bello. Que si deshielas tu corazón y aprecias tu propia belleza, disfrutarás de la belleza del mundo. ¡Dejemos ya de maltratarlo! No hay nada más difícil para una persona que cambiar, eso lo sé: pero si no cambias tú, tus hijos y nietos seguirán haciendo lo mismo...
Víctor M. Amela.
La voz del hielo.
Le llaman “anciano” desde joven: recogió el legado familiar de la sabiduría de su clan. Su abuela fue su primera maestra, le enseñó “a sonreír, caminar erguido y lleno de fuerza”. Es un chamán inuit (esquimal), y su pueblo le envió a la ONU a contar algo hace ya 33 años: el mundo está calentándose, los hielos bajarán, los mares subirán y la sequía asolará países como España. Los ancianos de su pueblo “lo saben desde que en 1963 vieron deshacerse un glaciar”. Lleva años explicándolo: “Todos escuchan y dicen que harán algo..., ¡pero nadie hace nada!”. Y sentencia que no habrá cambio mientras no seas tú quien cambies en tu corazón. Lo cuenta por el mundo y en su libro: Escucha la voz del hielo (Urano).
¿A qué ha venido?
A deshelar corazones.
¿Lo tengo congelado?
Sí, mientras no veas tu belleza interior y la belleza del mundo.
¿Usted las ve?
He aprendido de mi madre, de mi abuela... Tiene 86 años y nunca fue a la escuela, pero comprende la vida mejor que nadie.
¿Qué hay que comprender?
El equilibrio del mundo. Os veo muy preocupados por el oso polar, por las focas, pero... ¿y por los seres humanos?
¿Qué nos pasa?
Por cada grado centígrado de incremento de la temperatura, los mares subirán cuatro metros… ¡Cuidemos el equilibrio natural!
¿Lo hacen los esquimales?
Lo habíamos hecho siempre. Ahora estoy preocupado...
¿Por qué?
Las leyes del hombre blanco prohíben cazar focas, pescar ballenas, delfines... ¿Qué comeremos? ¿Carne de vaca? ¡Es horrible!
Hombre...
La carne de foca es excelente, riquísima, la mejor y más sana del mundo. Pero la de vaca esta bulada, la de cerdo criado sobre mierda..., ¡puaj!, eso no es sano para nosotros.
Pruébeme usted el jamón de bellota...
Antes todo estaba en equilibrio, y ahora… Ahora el hombre blanco quiere toda la pesca. Pero no hay pesca para tantas focas y hombres, y está terminándose.
Tenemos buena intención, queremos proteger focas, ballenas, osos...
Sólo porque las focas tienen los ojos bonitos y a Brigitte Bardot le duele. Y sepa que el oso polar es capaz de sobrevivir desde -77ºC hasta +40ºC. ¡Mucho más que el hombre!
Ese hueso que lleva al cuello...
Es un hueso de la cola de una ballena azul que cazó mi bisabuelo hace 150 años, y que medía 45 metros. Pulido por un lado, rugoso por otro: lo heredé yo, y significa que soy tan fuerte como la cola de una ballena.
¿A qué se dedica usted?
Soy hombre medicina, practico la sanación tradicional de mi pueblo, aprendida de mi abuela, de mi madre, de muchos otros ancianos durante toda mi vida...
¿Qué cura?
Todo. Porque todo se origina en el alma, en el corazón, en que olvidamos nuestra belleza... La distancia más inmensa no está entre aquí y allí: está entre mente y corazón, y hemos de conquistar ese terreno.
¿Cómo?
Nos ayuda mucho la cabaña de sudación.
¿Qué es eso?
Tradicionalmente, entramos allí a sudar: eso nos limpia por dentro y por fuera. Las hacíamos con costillas de ballena, ramas, piel de foca... Dentro, fuego, agua, vapor...
¿Y qué pasa ahí?
El alma se eleva y se depura. Es una ceremonia muy bonita. Como la vida. ¡La vida entera es en sí misma una bella ceremonia que merece ser celebrada!
¿Ese tambor ayuda?
Póngase delante de mí.
¿Así?
Ouuuuuuu...
…
Ouuuuuuu...
Qué vibración...
Esto es orar. Es una oración. El tambor está hecho con piel de blanco...
¿Perdón?
¡Es broma! Es tela sintética. Antiguamente, los hacíamos con piel de foca, pero, como ahora el hombre blanco nos lo ha prohibido, tenemos que hacerlos con sus tejidos...
¿Es verdad que los esquimales tienen decenas de palabras para decir nieve?
Y sólo una para decir árbol, porque allí no hay especies diversas de árboles. Pero, en cambio, hay tantos tipos de nieve..., que cada uno tiene su palabra.
Por ejemplo.
Masannartop es un tipo de nieve húmeda. Isugutasoq es una nieve como la que tenéis aquí. Nittaalaq es un tipo de nieve que te mata si la comes. Queisoq es la nieve idónea para construir iglús...
¿Pasan ustedes mucho frío?
El mundo es una nevera, ja, ja... Pero en invierno, se siente más frío en el Pirineo que en Groenlandia, a causa de la menor humedad que hay allí.
¿Dónde viven hoy esquimales?
En Groenlandia, Canadá, Alaska, la península Chukotka de Siberia: ¡nuestro pueblo ha llegado a ocupar 16 millones de kilómetros! Hoy somos sólo un millón de personas. El contacto con el hombre blanco nos diezmó, por las epidemias… ¡Nunca hubo guerras entre nosotros, los esquimales! Somos el pueblo más pacífico de la humanidad.
¿Es cierta su fama de hospitalarios?
Sí.
¿Llegan las mujeres esquimales a ofrecerse sexualmente al huésped?
¡A nosotros no nos repugna el contacto físico! Pero los blancos no os tocáis. Y la mayor necesidad del ser humano es la de ser tocado. Nosotros nos tocamos mucho. No tenemos tabúes sexuales ni celos. Somos personas civilizadas.
¿Y qué mensaje nos trae desde el hielo?
Que el mundo es bello. Que si deshielas tu corazón y aprecias tu propia belleza, disfrutarás de la belleza del mundo. ¡Dejemos ya de maltratarlo! No hay nada más difícil para una persona que cambiar, eso lo sé: pero si no cambias tú, tus hijos y nietos seguirán haciendo lo mismo...
Víctor M. Amela.
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