Querrás que le hable a tu familia sobre el funcionamiento y transformación de la energía, así entenderán que tu energía, no ha muerto.
Querrás que el físico le recuerde a tu madre la primera ley de la termodinámica: Que la energía ni se crea ni se destruye.
Querrás que el físico le recuerde a tu madre la primera ley de la termodinámica: Que la energía ni se crea ni se destruye.
Querrás que tu madre sepa que toda tu energía, vibración, cada unidad de calor, las hondas producida por todas y cada una de las partículas que formaron lo que fue su hijo o hija, permanecerá con ella en este mundo.
Querrás que le diga a tu padre que, entre todas las energías del Cosmos, tu desprendiste infinidad de cosas buenas como has recibido de ellos.
Y en algún momento, te gustaría que el físico se acercara a tu pareja y le dijera que todos los fotones que alguna vez rebotaron de tu cara, todas las partículas cuyas trayectorias se vieron interrumpidas por tu sonrisa, por tu pelo, cientos de trillones de partículas, han partido de ti a velocidades increíbles y han hecho que cambiaras para siempre.
Y mientras tu pareja se estremece, quizá el físico podría aclararle, que todos los fotones que rebotaron en ti y fueron recogidos por los detectores de partículas que son sus ojos, y recreados en esas constelaciones de cargas electromagnéticas que son sus neuronas y cuya energía continuará existiendo para siempre en su corazón.
Y le recordará a quienes están en tu funeral, cuánta de nuestra energía es “radiada” en forma de calor hacia todas las direcciones. Puede que haya algún que otro distraído mientras el físico habla, entonces les dirá que el calor que fluyó a través de ti en vida, todavía sigue aquí, sigue siendo parte de todo lo que somos.
Y, estés donde estés, querrás que les explique a aquellos que te amaron, que aunque no tengan fe, todo lo que explica, se puede medir.
Que los científicos, han medido con precisión, la conservación y transformación de la energía a lo largo del tiempo y el espacio.
Les consolará saber que tu energía sigue alrededor de todos ellos.
Según la ley de conservación de energía, ni un poquito de tí se ha extinguido. Simplemente estás menos “organizado”. Lo único que ha ocurrido, es que te has transformado.
Marcos Ostos.
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