La física cuántica ha demostrado sobradamente que somos el reflejo de lo que pensamos y que podemos crear nuestra
vida en base a nuestros pensamientos.
Por tanto, la paz o el conflicto que sientes en estos momentos, es la consecuencia de lo que has pensado previamente. Como ya sabrás, los
pensamientos crean emociones y éstas son las responsables de tu manera de
actuar y de cómo te comportas.
Así es que si no te gusta cómo te sientes
cambia tus pensamientos, cambia el diálogo interior que mantienes contigo mismo.
A estas alturas ya sabrás que todo cambio se inicia con un
simple pensamiento. Es decir, para que nuestra vida cambie, primero tenemos que
cambiar lo que pensamos. Estos nuevos pensamientos generarán una nueva
emoción que nos hará sentir de una determinada manera (diferente a la anterior).
Y esta nueva actitud nos proporcionará una nueva experiencia, la cual nos
provocará un nuevo sentimiento que si lo memorizamos y pasamos a nuestro disco
duro, se convertirá en un nuevo programa actualizado de mi nuevo yo biológico.
Y
te habrás convertido en tu yo ideal. Si
creamos en base a experiencias pasadas sólo obtendremos experiencias repetidas,
por lo tanto hay que enfocarse en lo que nos gusta y queremos que entre en nuestra
vida, en vez de en lo que no nos gusta y no funciona.
El pensamiento creativo
no debe centrarse en la ausencia, sino en una realidad potencial. Es decir, pensar
en lo que se echa de menos impide conseguirlo porque incluye la presunción de una carencia y tus
pensamientos de carencia, sólo atraerán más carencia a tu vida.
Este
es el secreto de la creación cuántica: pasar de pensar en la persona ideal que
deseas ser a serlo. Ahora somos observadores cuánticos de una nueva realidad
porque el que puede cambiar sus pensamientos puede también cambiar su destino.
¡Qué gran poder!
De esta manera, adquirimos toda la responsabilidad cuando tomamos conciencia de que somos nosotros, con nuestros pensamientos, los que creamos día a día nuestra vida.
Ya no podrás culpar a nadie de lo que te ocurre. Y nadie te podrá culpar a ti. ¿No es maravilloso?
De esta manera, adquirimos toda la responsabilidad cuando tomamos conciencia de que somos nosotros, con nuestros pensamientos, los que creamos día a día nuestra vida.
Ya no podrás culpar a nadie de lo que te ocurre. Y nadie te podrá culpar a ti. ¿No es maravilloso?
Silvia Gelices.
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