Las antiguas tradiciones de los indios americanos, mantienen hacia los 4 elementos fundamentales: la Tierra, el Agua, el Fuego y el Aire, un gran respeto.
Son conscientes de la estrecha relación que todo, en este mundo, tiene con los elementos.
Tierra
La Tierra es lo que confiere solidez, da estabilidad, tanto en lo físico, lo psíquico como en lo espiritual.
A semejanza de la Tierra, las madres (humanas y animales) tienen la capacidad de convertir su propio cuerpo en alimento y hogar para sus hijos. En la tierra yacen los huesos y la carne de nuestros antepasados, y como estamos hechos de Tierra, nuestros antepasados viven también en nosotros. La tierra es dadora de conocimiento, pues ha estado aquí mucho antes de aparecer el alma humana. El hombre también está compuesto de minerales.
El elemento tierra es el de la nutrición, la seguridad, la protección y la estabilidad. Estar en contacto con la tierra implica tener paciencia para esperar tranquilamente el momento adecuado para que las cosas surjan. Los bosques, las selvas, las playas o los desiertos no se formaron en un día; el crecimiento requiere de tiempo, constancia y perseverancia.
Cuando armonizamos el elemento tierra en nuestro interior estamos creando un espacio fértil, pacífico, seguro y que nutre nuestra alma. Es un oasis en medio de la confusión, la rapidez y las exigencias de la vida actual; un lugar al cual poder acudir cada vez que necesitemos seguridad, alimento y estabilidad.
Tierra mi cuerpo. Mis raíces. Conexión con mi linaje, con lo terreno. Lo que hago, lo que tengo, lo que materializo, lo que concreto.
Agua
El Agua tiene el poder de unir, amalgamar y también de disolver. Enseña fluidez y adaptabilidad, la capacidad de adaptarse a cualquier forma . El Agua nos enseña a ser transparentes, es símbolo de vida y regeneración, limpia y purifica. Todavía hoy en día, muchas ceremonias indígenas, comienzan con un ritual de limpieza, una bella tradición donde se puede apreciar la vital presencia de este elemento para estos pueblos:
“Todos los días, el indio piel roja descendía a las riberas del río que estaba muy cerca de su poblado o campamento. En él se purificaba bañándose, acto con que higienizaba tanto su cuerpo como su alma. Después, una vez cumplido este rito. quedaba en paz, en silencio, apartado del bullicio de la tribu, meditando. Normalmente acudía sólo al río. Y si le acompañaba alguno de su clan o de su propia familia, jamás debían llegar juntos a las aguas, porque cada alma debía permanecer sola en su comunión matinal con el sol y la tierra, perfumada y regenerada el alma por el gran silencio de la noche.”
Es el elemento de las emociones, el amor, los sueños, el inconsciente y el poder de la intuición. Habla del corazón mismo del ser humano; de los deseos y temores ocultos en el fondo del lago. Trabajar con el agua es atreverse a sumergirnos y descubrir lo que hay en el fondo de nuestro corazón. Es dejarnos llevar por la intuición y percibir los sutiles cambios de la naturaleza.
El elemento agua está relacionado con la inspiración espiritual, con la meditación, los estados de trance y la imaginación creativa.
Agua mi sangre. Mis emociones, mis aguas de vida. Fluidos, hormonas, sexualidad, creatividad.
Aire
Es el elemento que expande, difunde y relaciona. Está presente en el aliento del hombre y del animal, ese aliento por el cual – relatan muchas de las tradiciones de la Tierra – el Creador infunde vida en sus criaturas. El Aire es, por tanto, señal inequívoca de la presencia de la vida en el hombre, y cuando la vida lo abandona, se extingue también a través de su último aliento. Además, el Aire es el vehículo de la luz.
El aire se relaciona esencialmente con tres factores: el hálito vital creador (la palabra) , el viento de la tempestad, que muchas mitologías vinculan a la idea de creación y el espacio o Éter, como ámbito de movimiento y de producción de procesos vitales.
En el simbolismo elemental se asocian al aire: la luz, el vuelo, la ligereza, el perfume, los aromas…
Rige el pensamiento y la palabra; nos inspira, aconseja y agudiza nuestra mente. Evoca en nosotros recuerdos ancestrales y nos lleva a encontrar nuevas realidades. Todo cuanto existe tuvo que ser pensado primero para cobrar vida posteriormente en el plano físico.
El aire es el elemento de las ideas, la elocuencia, el movimiento dirigido hacia metas claras, la comunicación verbal y escrita. Cuando despertamos a los seres elementales del aire en nuestro interior, estamos creando un espacio para escuchar y ser escuchados; es el eco en la cima de una montaña que nos revitaliza e inspira con su aire fresco.
Aire mi aliento. Mis ideas, pensamientos, palabras y proyectos.
Fuego
El Fuego es lo que dinamiza, transforma y libera. El fuego que está siempre relacionado con el concepto de purificación, energía primaria, vida, calor, civilización (en el sentido más amplio de Conocimiento Superior).
El Fuego representa al Sol y preside muchos de los círculos ceremoniales y rituales de todas las tradiciones. El Fuego tiene el poder de reunir a las personas.
El fuego va asociado a la idea de calor corporal como signo de salud y vida. En la mayoría de los pueblos primitivos, el fuego es el hijo del sol y su representante en la Tierra.
Nos aporta fuerza, valentía, coraje y pasión por la vida. Es la energía en acción que nos motiva. El fuego interior nos impulsa a buscar nuevos caminos, a resolver nuevos retos y confiar.
Cuando interactuamos con el fuego nos sentimos vigorosos, entusiastas, optimistas y creativos. La danza activa el elemento fuego, nos conecta con la alegría de vivir y con la fuerza interna.
El fuego modifica el estado de la materia, lo transmuta. Se expresa mediante el movimiento, la actividad, pero también se refiere a la facultad espiritual, “La chispa divina”, el “calor humano”, vitalidad y entusiasmo.
La naturaleza inesperada del fuego nos impulsa a guiarnos por nuestros instintos, actuar desde el corazón y lanzarnos a la a ventura confiados en la vida.
El fuego interior se convierte en una antorcha que nos guía y nos llena de valor y alegria cuando nos sentimos temerosos y confundidos.
Un Mundo Conciente.Fuego mi espíritu. Mi Fuerza. Voluntad. Pasión. Intención.
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