Lo que llega a nuestra vida y nos produce malestar, llega para recordarnos aquello que aún no hemos terminado de comprender y aceptar, pero también trae consigo las llaves de aquellas puertas que no hemos podido o no hemos querido abrir, de momento.
Todo es un reflejo de nosotros mismos. Son los lienzos en los que proyectamos nuestro interior. Las pantallas en las que se reflejan nuestras decisiones.
Son los actores de nuestra propia obra, aquella que hemos escrito, cada uno la suya, y se prestan a interpretar cada uno su papel, igual que nosotros interpretamos el nuestro del mejor modo que sabemos hacerlo.
Todo lo externo es y será el espejo en el que se refleja nuestra parte más intima, por eso es necesario dejar de culpar, culpar a los demás, a las circunstancias, a lo que sea, si lo hacemos, nos estamos culpando a nosotros mismos, culpamos a nuestro propio reflejo.
Nadie tiene poder sobre nosotros, sólo si nosotros se lo damos. Si alguien o algo consigue derrumbarnos es porque en algún momento, hemos decidido dejarnos caer.
El corazón no conoce el sufrimiento, el que sufre es el ego. Él es el que se siente abandonado, engañado y vencido, pero si conseguimos escuchar más allá del silencio, descubriremos que hasta el ego está interpretando su personaje, y entonces, comprendemos que no hay víctimas ni héroes, sólo hay aprendizaje.
En el mismo momento que adquirimos lucidez, comprensión y apertura, el corazón se expande y el ego se debilita.
Hay tres pasos para cambiar de actitud: Ver, aceptar y cambiar. Lo primero es Ver que en verdad hay un bloqueo, un malestar, es darse cuenta de que algo nos impide avanzar. Una vez que lo vemos, lo Aceptamos, sin más, nos hacemos concientes de que existe. El último paso suele ser el que más cuesta, sólo hay que tener la decisión de hacer el cambio, dejar partir.
Ya es hora de salir de la trampa de que necesitamos sufrir para avanzar, esta es una de las tantas máscaras que se han quedado en el camino, recordemos que: "Lo que se aprende por discernimiento, no se aprende por sufrimiento".
La resistencia, la lucha, la reacción, ya no tiene cabida en el nuevo paradigma, es necesario soltar lastre, al igual que los globos aeroestáticos, también nosotros necesitamos soltar para poder elevarnos.
Se trata de darle la vuelta, centrarnos en lo que queremos, agradecer lo que tenemos, enfocarnos en cómo diseñamos nuestra vida, para nosotros y para toda la humanidad.
La diferencia es muy sutil. No es igual repetir todos los días: "No tengo esto, me falta aquello, si tuviera...", a enfocar nuestra energía en: "Nunca tengo carencias, siempre tengo todo lo que necesito, lo que deseo llega a mi vida sin esfuerzo".
El futuro es Ahora, cada momento es un futuro próximo.
Dejemos de engordar con nuestros pensamientos aquello que creemos que nos falta, que no tenemos, poque no es verdad, a cada instante tomamos decisiones y sólo nosotros tenemos el poder de decidir cómo queremos vivir nuestra vida.
Cada uno tiene su verdad y encontrarla es parte del juego y convertirla en realidad es una decisión personal.
Semillas Solares.
ASÍ ME LO HAN DICHO.
Todo es un reflejo de nosotros mismos. Son los lienzos en los que proyectamos nuestro interior. Las pantallas en las que se reflejan nuestras decisiones.
Son los actores de nuestra propia obra, aquella que hemos escrito, cada uno la suya, y se prestan a interpretar cada uno su papel, igual que nosotros interpretamos el nuestro del mejor modo que sabemos hacerlo.
Todo lo externo es y será el espejo en el que se refleja nuestra parte más intima, por eso es necesario dejar de culpar, culpar a los demás, a las circunstancias, a lo que sea, si lo hacemos, nos estamos culpando a nosotros mismos, culpamos a nuestro propio reflejo.
Nadie tiene poder sobre nosotros, sólo si nosotros se lo damos. Si alguien o algo consigue derrumbarnos es porque en algún momento, hemos decidido dejarnos caer.
El corazón no conoce el sufrimiento, el que sufre es el ego. Él es el que se siente abandonado, engañado y vencido, pero si conseguimos escuchar más allá del silencio, descubriremos que hasta el ego está interpretando su personaje, y entonces, comprendemos que no hay víctimas ni héroes, sólo hay aprendizaje.
En el mismo momento que adquirimos lucidez, comprensión y apertura, el corazón se expande y el ego se debilita.
Hay tres pasos para cambiar de actitud: Ver, aceptar y cambiar. Lo primero es Ver que en verdad hay un bloqueo, un malestar, es darse cuenta de que algo nos impide avanzar. Una vez que lo vemos, lo Aceptamos, sin más, nos hacemos concientes de que existe. El último paso suele ser el que más cuesta, sólo hay que tener la decisión de hacer el cambio, dejar partir.
Ya es hora de salir de la trampa de que necesitamos sufrir para avanzar, esta es una de las tantas máscaras que se han quedado en el camino, recordemos que: "Lo que se aprende por discernimiento, no se aprende por sufrimiento".
La resistencia, la lucha, la reacción, ya no tiene cabida en el nuevo paradigma, es necesario soltar lastre, al igual que los globos aeroestáticos, también nosotros necesitamos soltar para poder elevarnos.
Se trata de darle la vuelta, centrarnos en lo que queremos, agradecer lo que tenemos, enfocarnos en cómo diseñamos nuestra vida, para nosotros y para toda la humanidad.
La diferencia es muy sutil. No es igual repetir todos los días: "No tengo esto, me falta aquello, si tuviera...", a enfocar nuestra energía en: "Nunca tengo carencias, siempre tengo todo lo que necesito, lo que deseo llega a mi vida sin esfuerzo".
El futuro es Ahora, cada momento es un futuro próximo.
Dejemos de engordar con nuestros pensamientos aquello que creemos que nos falta, que no tenemos, poque no es verdad, a cada instante tomamos decisiones y sólo nosotros tenemos el poder de decidir cómo queremos vivir nuestra vida.
Cada uno tiene su verdad y encontrarla es parte del juego y convertirla en realidad es una decisión personal.
Semillas Solares.
ASÍ ME LO HAN DICHO.
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