3 de junio de 2014

LOS CÓDIGOS DEL DESPERTAR.



A través de muchas claves geométricas, numéricas y sonoras, hemos ido preparando nuestro ADN para recibir los impulsos galácticos desde el sol central de la galaxia. 
Por eso este periodo es enormemente intenso en diferentes cambios a todos los niveles humanos. 
Antes, las innovaciones se realizaban dependiendo de las tormentas solares y, ahora que nuestro sol está más tranquilo, seguimos sintiendo vuelcos energéticos tremendos llegados desde el sol central y sin pasar por nuestro sol físico. 
Es como si ya fuéramos capaces de recibir directamente las instrucciones y los códigos del cambio sin necesitar la intermediación del sol, porque nuestro cuerpo luminoso es un sol en sí mismo.
Los niños cristal y los niños esmeralda han ayudado en este proceso porque aportan su conciencia cósmica y ella resuena con los códigos encerrados en nuestro cuerpo de luz.
La frecuencia de la tierra ha aumentado y con ello hemos dado otro paso evolutivo importante, aunque hay quienes lo sienten desde el estrés, la falta de energías y la depresión. Es el momento de estar centrados a pesar de la crisis económica, el cuerpo tiene que estar en paz para recalibrar sus constantes, y eso no puede hacerse si estamos cabreados o estresados.
La tierra franquea una zona específica de altísima energía fotónica, como si atravesáramos un agujero de gusano en nuestro camino por las pléyades. 
Al pasar esta barrera se producirán grandes cambios celulares, con algunos problemas en la zona cardíaca que hay que vigilar. 
Se trata de buscar el grial y de servir a la luz mientras se está en la búsqueda o, dicho de otra manera, cuando el grial nos transforma, nuestra naturaleza de servicio despierta sin remedio, creando amor, paz y alegría en el ser. 
Se trata de servir a las necesidades de los demás. Y por eso el viejo sistema económico se derrumba, porque no sirve a los demás ni al bien más elevado, sólo sirve a los ambiciosos del dólar. 
Todas las decisiones que tomamos, que no sirven a la luz ni a nosotros mismos, tienen que ser abandonadas. La sangre del grial fluye en nuestros meridianos, creando el cuerpo de luz cósmico.
Emilio Fiel.

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