26 de octubre de 2011

LA MASA CRÍTICA. EJEMPLOS COTIDIANOS.

Es un tema en boga, la masa crítica. Con el estudio de las dinámicas de la conciencia colectiva, estamos empezando a entender la naturaleza de la gran red de información en la que se procesan nuestras decisiones individuales.
Estamos hablando de un cambio de conciencia global que nos lleve a un mundo mejor, más justo, donde se respeten los derechos humanos y el derecho a la libertad y a la felicidad.
Algo que le huele a utopía a muchos escépticos que tildan la idea de otra locura de la “New Age”, ignorando que en la naturaleza, el efecto de la masa crítica se da todos los días, las 24 horas. Es un fenómeno natural.
Compartir las decisiones en una esfera de mente no local, es un hecho cotidiano, tan natural como alimentarse o dormir, la conciencia colectiva es una práctica cotidiana de los organismos que habitamos la biota.

(En su uso más habitual, el término biota designa al conjunto de especies de plantas, animales y otros organismos que ocupan un área determinada).
Así que un cambio de conciencia global que afecte a toda la humanidad no es un proceso utópico, porque en realidad está ocurriendo todo el tiempo.
Aquí les mostraré algunos ejemplos en la naturaleza:
Empecemos por algo pequeño, por las colonias de bacterias, que son las que forman los cuerpos de animales y plantas en todo el planeta.
Pero es poco conocido el proceso de conciencia colectiva que en forma democrática realizan las bacterias encargadas de prestar luminiscencia a las criaturas que habitan las profundidades oceánicas.
De pronto una medusa se enciende en el fondo del mar.
La luz es producida por colonias de bacterias que viven en la medusa. Cada una de ellas (son millones) decide en forma INDIVIDUAL encenderse o no según las circunstancias.
Si las que deciden encenderse son más de la mitad, entonces se encienden todas.
Si son una minoría, el animal entero se apaga.
Este es un claro ejemplo de masa crítica y conciencia colectiva que se produce todos los días en los fondos oceánicos.
Vamos a otro ejemplo: las sardinas.
Los cardúmenes de sardinas nadan sin un líder. Frente a determinada situación, todas toman la misma dirección sincrónicamente.
Absolutamente todo el cardumen toma la misma decisión al mismo tiempo. ¿Cómo se produce este fenómeno de sincronicidad?

No hay ninguna de ellas que mande una señal alfa a las demás, no hay un estímulo que sea por todas percibido para alterar su conducta al mismo tiempo.
Los científicos se han dado cuenta de que el fenómeno del nado sincrónico es la suma de las decisiones individuales de cada sardina.
Cuando la mayoría decide ir hacia una misma dirección, el total del cardumen acata la decisión de la mayoría.
El campo en el que se transmite la información entre ellas es un campo no local, una mente colectiva y compartida tal y como experimentamos nosotros nuestra conciencia de especie humana.
Voy a seguir con otros ejemplos. El canto de las ballenas.
Las manadas de ballenas francas del Atlántico Sur y del Atlántico Norte, no están conectadas físicamente. Si bien sus sonidos de alta frecuencia llegan a varios kilómetros en el medio oceánico, una manada con la otra no puede escucharse.
Sin embargo, una vez al año, la manada del Atlántico Sur cambia las melodías más comunes, y exactamente al mismo tiempo, las manadas del otro hemisferio comienzan a cantar la misma canción.
La conexión es mental, en un campo no local de transmisión de la información, el mismo que ha sido comprobado por la física cuántica. Una transmisión de información más allá de la distancia.
Delfines en estado salvaje están comenzando a hacer las piruetas que les hemos enseñado a los delfines en los delfinarios y parques acuáticos.
Les hemos enseñado a tantos delfines a hacer piruetas, que esta cultura ya se está transmitiendo a la conciencia de especie.
Aunque los delfines salvajes lo hacen sólo por diversión, y no les reporta ningún beneficio para su supervivencia, el aprendizaje se hizo a través de la trasmisión cultural de la masa crítica, que tiene un objetivo de mejorar la interacción con el medioambiente.
La masa crítica tiene una función muy específica y es que toda la especie pueda tener acceso a lo que una mayoría de individuos han aprendido como nuevo.En los humanos, la masa crítica funciona exactamente igual, sólo que ésta función nos es censurada e impedida por la contaminación cultural que tiene el objetivo de que unos pocos dominen a toda la especie.
La estrategia para impedir que se produzca la masa crítica en la humanidad está entretejida utilizando el recurso de división.
Se nos divide en clases sociales, razas, países, nacionalidades, equipos de fútbol, religiones, y en toda posibilidad de evitar que experimentemos nuestro verdadero estado natural que es el de la unidad.
Esta estrategia utilizada desde la antigüedad, fue muy bien descrita por Maquiavelo, el famoso “divide y vencerás”.
Mientras en cada uno de nosotros exista la ilusión de la división, nos será imposible ejercer el derecho natural a la práctica de la conciencia colectiva, algo que la naturaleza puso allí para nuestra supervivencia pero especialmente para nuestra evolución.
Ahora que conocemos su verdadero funcionamiento, los partidos políticos y distintas organizaciones militantes cuyo objetivo es imponer ideas, dejan de tener una función positiva para lograr la masa crítica, pues conllevan justamente a lo contrario, al gobierno de las minorías.
Por ello y como la masa critica sólo se manifiesta por la suma de decisiones individuales, es hora ya de que cada individuo se ocupe de sí mismo.
No se verá un cambio global en el mundo hasta que una gran cantidad de INDIVIDUOS realice su trabajo de cambio interior.
Es la acción individual la que lleva a la acción colectiva. Individual significa de uno mismo.
Salir a la calle con pancartas jamás tendrá resultados en la mayoría, si los individuos que salen a la calle con ellas no han tomado conciencia cada uno de ellos, de la unidad en la que viven, más allá de banderas, naciones, razas, ideologías o religiones.
Mientras sigas pensando que el extranjero es diferente, que el que profesa otra religión es diferente, que el que tiene otro color de piel o vive en otro sitio es diferente, no podremos llegar a la masa crítica.
Debemos derribar las barreras que nos imponen en la división, unificar nuestros seres en una sola especie con un origen y un objetivo común: la humanidad.
Mientras sigamos en la ilusión de la división, seguiremos siendo manipulados y esclavizados por unos pocos. Esta es nuestra realidad actual.
La Masa Crítica es un proceso natural cuya práctica nos está siendo impedida y lo estamos aceptando pasivamente cada vez que pensamos en términos de “nosotros y ellos”.
Bianca Atwell

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