Ayer, 3 de Abril, el planeta Venus se unió a las Pléyades.
Una conjunción amorosa, de gran simbolismo, recordando y restableciendo la divinidad femenina.
Foto: Tavi Greiner.
Una conjunción amorosa, de gran simbolismo, recordando y restableciendo la divinidad femenina.
Un espectáculo visible de gran bellleza. Venus, la luz más brillante del firmamento después de la Luna, entró en conjunción con la constelación de las Pléyades, conocidas como Las Siete Hermanas.
Más allá de lo visual, de observar al lucero del atardecer sobre las Pléyades, como un diamante sobre un collar de luces , el acontecimiento tiene connotaciones simbólicas.
Tanto Venus como las Pléyades, han sido asociadas con la energía femenina por múltiples culturas. Venus, la diosa del amor, es parte de la divinidad femenina que se convierte en la Virgen.
Las siete hermanas de las Pléyades se relacionan a Venus como diosa del amor en el sentido de que eran ninfas –guardianas de la divinidad. Las siete hermanas tuvieron numerosos amoríos con los dioses del Olimpo.
Maia engendró a Hermes, el dios mensajero, padre de las artes ocultas. Maia, la primogénita de las Pléyades, evoca tanto a Maria -se le identifica con la Tierra, con la diosa Madre– como a Maya, la madre de Buda y a Maia, la ilusión.
El ocultista británico Aleister Crowley dijo: “María es simplemente Maia con la R solar en el vientre”.
Tanto Venus como las Pléyades, han sido asociadas con la energía femenina por múltiples culturas. Venus, la diosa del amor, es parte de la divinidad femenina que se convierte en la Virgen.
Las siete hermanas de las Pléyades se relacionan a Venus como diosa del amor en el sentido de que eran ninfas –guardianas de la divinidad. Las siete hermanas tuvieron numerosos amoríos con los dioses del Olimpo.
Maia engendró a Hermes, el dios mensajero, padre de las artes ocultas. Maia, la primogénita de las Pléyades, evoca tanto a Maria -se le identifica con la Tierra, con la diosa Madre– como a Maya, la madre de Buda y a Maia, la ilusión.
El ocultista británico Aleister Crowley dijo: “María es simplemente Maia con la R solar en el vientre”.
Venus, al igual que la Virgen María y también las Pléyades, han sido representadas como palomas.
El nombre Pléyades significa según algunas derivaciones “parvada de palomas” (las muchas, las que navegan). Arquetipos de la belleza y la sensibilidad y energía femenina.
Por otro lado las Pléyades han tenido un papel central en la comsogonía de diversas civilizaciones, incluyendo la Hindú, la Maya y la Azteca, figurando en un lugar destacado en sus calendarios y su mitología. Quizás por esto, se considera que las Pléyades, junto con Sirio, son uno de los puntos centrales de nuestra galaxia, supuesto hogar de una civilización amorosa de seres luminosos.
El nombre Pléyades significa según algunas derivaciones “parvada de palomas” (las muchas, las que navegan). Arquetipos de la belleza y la sensibilidad y energía femenina.
Por otro lado las Pléyades han tenido un papel central en la comsogonía de diversas civilizaciones, incluyendo la Hindú, la Maya y la Azteca, figurando en un lugar destacado en sus calendarios y su mitología. Quizás por esto, se considera que las Pléyades, junto con Sirio, son uno de los puntos centrales de nuestra galaxia, supuesto hogar de una civilización amorosa de seres luminosos.
Incluso la ciencia ha colocado a Alcione como el centro de nuestra galaxia. Más allá de estas creencias, existe un seductor misterio en esta constelación y en su conexión simbólica con Venus y la energía femenina.
Foto: Tavi Greiner.
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