20 de septiembre de 2012
ANNE GIVAUDAN. LAS PRÁCTICAS ESENIAS. (PRIMERA PARTE)
¿Por qué ha elegido hablar de las prácticas esenias?
Porque hoy tenemos la impresión de no saber muy bien por dónde vamos y que hemos perdido nuestros puntos de referencia en este final de era.
Muchas personas se hacen preguntas, se sienten desestabilizadas y que no saben muy bien lo que deben hacer. Buscan puntos de anclaje.
A medida que me lo pedían, he ido dando unas prácticas que utilizábamos hace 2.000 años, con los Esenios e incluso mucho antes.
Hay que saber que los esenios eran reconocidos por su equilibrio y armonia en todas las cosas.
Esta manera de ser, les permitía no enfermar y vivir mucho tiempo saludables.
Esto no era producto de la casualidad, era sí porque tenían un sentido de comunión con el Universo, el Cosmos, las Estrellas, los Planetas, los animales y todos los seres vivos. Siempre estaban centrados en la vida y eran constantemente un puente entre el Cielo y la Tierra. Su eje era sólido.
¿No es paradójico poner hoy en día a los Esenios como ejemplo?
Nuestras condiciones de vida son bien diferentes a las suyas, tenemos un medio ambiente contaminado, alimentos desnaturalizados, estrés...?
No me refiero en absoluto a los Esenios desde una perspectiva histórica. Lo que interesa es que, su modo de vivir, hace 2.000 años, puede enseñarnos a vivir mejor hoy.
Es interesante comprender que su bienestar exterior estaba determinado por su actitud interior. No quiero regresar sobre rituales antiguos y repetirlos sin cesar. Deseo dar a un máximo de personas todos los elementos que les permitan reconectarse con la vida, con la "verdadera vida".
Hoy estamos conectados con nuestros ordenadores y teléfonos, me refiero a reencontrar la verdadera conexión interior que será la generadora de bienestar.
¿Puede recordarnos algunos de los grandes principios puestos en práctica por los Esenios que hoy nos serían de utilidad?
La ventaja de las enseñanzas esenias es que no estaban dedicadas a una religión en particular, ni destinadas a una época en concreto. Los principios eran subyacentes a un modo de vida, a toda forma de vida y a cualquier época. Eso es lo extraordinario.
Pongamos por ejemplo la frugalidad. Era recomendable no acabar una comida completamente saciado, esto sigue siendo válido hoy en día. El hecho de no mezclar ciertos tipos de alimentos o de dar preferencia a los productos locales, ¡Todavía sigue siendo válido!
También estaba su amor por todas las formas de vida, sin excepción. Y también el hecho de meditar. Me dirán que hace falta tiempo para meditar. Esas prácticas meditativas no les hacía perder tiempo, muy al contrario. Cada acto realizado después de una meditación, lo era con más eficacia.
Practicaban dos veces al día, por la tarde, la práctica los preparaba para su vida nocturna y por la mañana, los preparaba para la jornada y para poder llevar una mirada más serena sobre los eventos que irían surgiendo.
Siempre estaban alegres y eran más eficaces en las tareas porque su mental no estaba preocupado.
Hay prácticas que ayudan a unirse con el ser interior, para comunicarse con otras personas, para celebrar momentos felices o para acompañar en momentos tristes. Otras se harán en los cambios de estación, para celebrar una boda o un nacimiento.
Podemos sentir ganas de celebrar un evento fuera de toda religión, deseando sin embargo, introducir en nuestra vida, una dimensión espiritual o sagrada. Eso es algo que los Esenios sabían hacer muy bien.
¿No tenían los Esenios una reputación de ser "ascetas" que vivían con unas normas estrictas?
Usted habla de celebrar la vida con alegría ¿Cómo vivían ellos la alegría?
Por lo general, se ha hecho una idea falsa de los Esenios.
Ante todo eran equilibrados, no tenían problema alguno con los festejos, celebraban en alegría. Evitaban el alcohol y otras sustancias porque para ellos, eso no era necesario. Estaban lo suficientemente anclados en la Tierra, con la cabeza en las Estrellas y así poder celebrar con alegría, un evento en toda su belleza.
También había ascetas, pero ellos estaban en los monasterios, exactamente como es hoy en día.
Los Esenios no vivían en la pobreza como se suele imaginar. Velaban por guardar un equilibrio entre riqueza y pobreza. Todo aquello que era exagerado lo encontraban desequilibrador. La extrema pobreza así como la extrema riqueza no era algo deseado por ellos.
Entre ellos también había gente desahogada económicamente, como José de Arimatea que poseía barcos, era comerciante y viajaba. No tenía ningún problema finaciero. La mayoría de los Esenios poseían una casa aunque para algunos, esta fuera pequeña y simple.
La simpleza hacía parte de sus vidas, no la pobreza.
¿Es casi un desafío para nosotros volver a encontrar esos valores en una sociedad donde parece que reina el desequilibrio en muchos ámbitos?
Sí, esto es evidente en una sociedad de consumo que se encuentra caracterizada por la exageración en todo. Codiciamos aquello que no tenemos, siempre queremos más. Un Esenio siempre tenía aquello que necesitaba. Esto parecerá extravagante en una época en la que trabajamos para acumular bienes inútiles.
Muchas transacciones estaban basadas en el intercambio. ¿No podríamos retomar esa práctica hoy en día?
Su modelo es interesante porque generaba equilibrio.
En el caso de los niños por ejemplo, si los padres fallecían, los niños eran adoptados por otros miembros de la comunidad. No había rencillas, no había guerras entre ellos. Así mismo, disfrutaban de una gran longevidad. Había pocas enfermedades.
Formaban parte de los mejores terapeutas de su época. Eran conocidos y reconocidos por ello.
Una gran parte de entre ellos conocía muy bien la anatomía física, pero también la anatomía sutil. Era importante para ellos que todos los planos estuvieran en armonía. No diría que siempre lo alcanzaban, pero tendían a ello. Era su objetivo porque, en cuanto había desarmonía, la enfermedad podía entrar.
¿Piensa que en el siglo XXI, toda persona puede sacar provecho de esas prácticas en su vida cotidiana?
Si, realmente lo pienso porque pueden ayudar primero a volver a ponerse en el flujo de la vida, en la rueda de la vida. En un bautismo o en una boda por ejemplo, los rituales, las palabras y los gestos, no son anodinos. Se apelan a los 4 elementos -Agua, Tierra, Fuego y Aire- por ejemplo, buscan ponerse en armonía y en comunión con ellos. Buscan incluirse en un Todo con el Universo. Es importante no seguir separados.
Si el planeta está cambiando, es el momento ahora, para ser parte de ese cambio, para estar incluidos en ese movimiento. Es importante reconocer nuestro lugar en el cosmos y honrarlo. Hay una multitud de seres que viven alrededor de nosotros, que no vemos pero contribuyen a proteger el planeta. Es importante reconocer y celebrar su presencia.
En los cambios de estación, por ejemplo, hay seres de la naturaleza que llevan a cabo cierto trabajo, lo mismo ocurre con el Pueblo Animal.
¿Tenían los Esenios contactos con entidades que hoy calificaríamos como extraterrestres?
Sí, pero no habitualmente... algunos tenían experiencias místicas o extrasensoriales. Esto no era algo que se negara ni era considerado como imposible. ¿No ocurre de la misma forma hoy en día en la Tierra?
Es el momento de volver a encontrar alegremente nuestro lugar en el universo, de colaborar con todos los reinos y de pedirles su ayuda o de transmitirles nuestra alegría cuando celebramos.
Es el momento de pedirles un acompañamiento, de ponernos en comunión con ellos, con el fin de que podamos preservar un equilibrio.
El objetivo es que, pase lo que pase sobre el planeta, siempre estaremos en el centro de aquello que es importante.
CONTINUARÁ.
Sacree Planete.
Traducción: Elisa.
Semillas Solares.
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