21 de septiembre de 2012

ANNE GIVAUDAN. LAS PRÁCTICAS ESENIAS. (SEGUNDA PARTE)


Propone dos tipos de prácticas, algunas reservadas para ocasiones particulares y otras para hacer a diario. ¿Puede hablarnos de ello?
Estas prácticas estaban relacionadas con los conocimientos que los Esenios tenían de antiguos escritos, por una parte, pero venían asimismo de sus propias enseñanzas.

Para ellos, las jornadas estaban ligadas a los astros, a los números y a las letras. El tipo de meditación propuesto ponía en comunión con las energías sutiles de la jornada. Es aún válido, porque es un método eterno y universal.
Cada día está destinado a descubrir una forma diferente de paz. Los Esenios sabían que si conseguíamos estar en paz en el interior, lo estaríamos en el exterior.
Hay una progresión en las prácticas de cada día, se empieza por el cuerpo, luego el alma y el espíritu... hay una elevación en el plano vibratorio y un resplandor que se expande a lo largo de la semana.
¿Es indispensable practicar diariamente?
Todo depende de su vida y del tiempo del que disponga. Para la mayoría de las personas que no han elegido la vida monástica, es posible practicar respetando unos períodos de 40 días. Los Esenios tenían períodos similares a los nuestros (Cuaresma, Ramadán...), durante los cuales ponían el cuerpo en reposo a nivel del alimento, y en los que uno se activaba un poco más a nivel del Espíritu.
Estos tiempos no estaban elegidos al azar. No solo se trataba de limpiarse físicamente. Estos periodos estaban destinados a hacer una pausa en todos los planos de nuestro ser para reconectarnos con nuestra esencia. El objetivo era volver a contactar con ciertas partes de nosotros con el fin de recordarnos que no estamos únicamente constituidos por un cuerpo físico.
 Hay tantas potencialidades y capacidades en nosotros que es importante volver a encontrar. ¡Somos una chispa de vida, en realidad, una chispa de luz!
No se trata de perder de vista que somos seres importantes en la superficie de la tierra. Cada uno tiene su lugar y con su resplandor puede ayudar a que el planeta pueda mutar con el fin de que otro planeta se instale donde reinará el equilibrio y la armonía.
Hay prácticas para hacer regularmente pero también otras para hacer puntualmente. A veces, el hecho de leer algunas frases en un libro, permite volver a ponerse en cierta energía, subir nuestra tasa vibratoria, estar un poco más apacible o más alegre.
¿Cuales son los valores esenciales que nos enseñan los Esenios?
Buscaban la simpleza, la alegría y el equilibrio, todos valores que son importantes que volvamos a encontrar. Siempre pensamos que más adelante, en un futuro, iremos mejor, cuando hayamos encontrado un trabajo o recuperado la salud o cuando nos hayamos jubilado... Es un poco un desafío para nosotros, porque ya no somos capaces de ver lo que ocurre en el instante presente.
Siempre queremos ver más allá, el futuro nos da miedo, el pasado no nos satisface del todo. Los Esenios sabían vivir en el presente.
No vivían necesariamente unos tiempos más fáciles que nosotros. Claro está, no estaba la televisión y su procesión de informaciones negativas, pero tenían sus preocupaciones. Estaban sometidos a la ley judía, estaban invadidos por los Romanos y vivían en una gran inseguridad. Eran tolerados, pero no necesariamente reconocidos. Se acudía a ellos cuando se les necesitaba pero también se desconfiaba de ellos. Las rutas no eran seguras.
Tenemos tendencia a creer que los tiempos antiguos eran mejores pero no es cierto. Efectivamente, no tenían nuestra tecnología pero no era necesariamente mejor. Tenían informaciones por los viajeros y porque habían desarrollado sus sentidos sutiles, la capacidad de telepatía por ejemplo. Sus vidas no eran necesariamente más simples que las nuestras pero tenían por costumbre estar en paz.
El hecho de estar en paz con ellos mismos y de aceptar integralmente aquello que su alma les proponía, hacía que no estuvieran en rebelión... incluso si había algunos rebeldes entre ellos. Cultivaban un equilibrio interior que se reflejaba en el exterior. Se puede decir que su sociedad estaba en equilibrio sobre unas bases simples que podemos volver a encontrar hoy, si aceptamos vivir el presente con aquello que nos propone la vida.
De hecho, no crean que esta recopilación de prácticas concierne a un pasado que ya cumplió su misión. Son para nuestros tiempos. No hay que considerarlas como unas prácticas apremiantes. Pueden ser simples y agradables. No hay obligación alguna.
Esto permite volver a encontrar momentos alegres, volver a encontrar un poco de serenidad. Podemos ponernos en paz con el pasado, con las escrituras, con las otras religiones. Es además lo que hacían los Esenios. Reconocían las demás enseñanzas. Sabían que las enseñanzas de base eran siempre de muy altos niveles. Lo que cambiaba eran las interpretaciones humanas y esto es lo que podía crear las disensiones, por tanto, estaban en paz con los escritos antiguos.
Trataban de estar en paz con todo. Y esta cualidad de paz puede alcanzar a todas las células de nuestro cuerpo. Tenían prioridades y el momento ha llegado para nosotros de hacerlo de la misma forma, de preguntarnos lo que es esencial para nosotros. 

Estas prácticas se caracterizan por su simpleza. No hay vocabulario ni gestos complicados. Están adaptadas a nuestra época. Pero al mismo tiempo, esto es distinto de los cultos que conocemos en la cristiandad. No hay necesidad alguna de llevar un vestido blanco para ser esenio hoy. Es simplemente una actitud que hay que cultivar.
¿Se puede decir que uno se conecta a un egregor cuando se hacen estas prácticas?
Sí, nos conectamos a un egregor de paz, a un egregor de equilibrio y al mismo tiempo contribuimos a verterlo sobre otros, y sobre el planeta, en gran cantidad. Somos, en ese momento, actores de lo que ocurre en el mundo y ya no espectadores pasivos.
Sacree Planete.
Traducción: Elisa
Semillas Solares.

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