23 de enero de 2013

JOHN UNGER Y EL AMOR POR SU PERRO.

John Unger camina despacio, tanto como su compañero y amigo Schoep -un pastor aleman de 19 años afectado de artritis y displasia de cadera- hasta que llegan al lago Superior, en Bayfield.
Allí, ya en la orilla, Unger carga a Schoep en brazos y se sumerge con él en el agua. 
Liberado el animal del peso de su cuerpo, siente cómo el dolor que desde hace semanas no le deja ni dormir desaparece, se esfuma en las aguas del lago y le permite cerrar los ojos, acomodar su cabeza en el pecho de su dueño, sentirse seguro entre sus brazos y conciliar el sueño.
Adoptó a Schoep cuando era un cachorro de ocho meses y que había sido maltratado por sus dueños, al verlo no dudó en adoptarlo. Le puso el nombre de Schoep, un popular helado de Wisconsin (EEUU), y ahora que está mayor y enfermo, Unger hace todo lo que puede para hacerle feliz o, al menos, para aliviar su dolor. Por eso le lleva todas las tardes a Lake Superior, porque ha descubierto que el agua templada del lago, relaja a su compañero y así logra dormirse.
Los dos, perro y humano, pasan en el lago horas y horas cada día. Es la única forma que ha encontrado Unger para aliviar a su compañero, dice él, que le ha salvado la vida. Juntos, desde hace casi dos décadas, Schoep y John han vivido momentos duros. "Gracias a él, a Schoep, estoy vivo. Impidió que me quitara la vida".
Cuenta John que la ruptura con su prometida -cuando Schoep llevaba unos meses en casa- le sumió en una depresión tan profunda que le llevó a pensar en el suicidio, pero la presencia de su amigo de cuatro patas lo impidió. "Creo que no estaría aquí si no hubiera tenido a Schoep esa noche. Me sacó de eso. No sé cómo explicarlo. Solo me sacó de eso... Quiero hacer lo que sea por este perro porque me salvó la vida y lo amo profundamente".
Consciente de que a su amigo puede no quedarle mucho tiempo de vida, John pasa las horas en el lago y esa unión, es la imagen que ha elegido para recordar a su mascota, a su amigo, cuando ya no esté.
Para ello pidió a la fotógrafa Hanna Hudson una serie de fotografias que ella hizo y después colgó en   Facebook.
En menos de 24 horas la imagen de John y Schoep en el agua se había convertido en un fenómeno social.
Una historia de amor entre un perro y su dueño que ha conmovido, incluso, al Bay Area Animal Hospital, un centro médico que ha ofrecido a John sesiones de terapia con láser que parecen estar relajando al animal y aliviándole los dolores.
Gracias a las donaciones que miles de internautas han hecho a la pareja de amigos, es posible pagar la terapia que está dando muy buenos resultados.
Semillas Solares.

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