3 de octubre de 2013

LAS CUATRO SENDAS DEL CHAMÁN. ¿TE RECONOCES EN ALGUNA DE ELLAS?


Las sociedades chamánicas basan el poder de su medicina en la energía de cuatro arquetipos universales:
El Guerrero, el Sanador, el Vidente y el Maestro
Cada uno de nosotros puede identificarse  sentirse más afín con uno o dos de estos arquetipos. Pero lo idóneo es que integremos las cualidades positivas de los cuatro para alcanzar la totalidad de nuestra esencia como seres humanos.
A través del guerrero obtenemos los recursos del poder, la comunicación; mediante el sanador nos vemos capaces de prestar atención a lo que está relacionado con el corazón; el vidente nos ayuda a percibir y decir la verdad en todo momento  y, por último, el maestro nos enseña a desapegarnos, con sentido del humor, flexibilidad y objetividad, de situaciones, personas o cosas que ya no necesitamos.

EL GUERRERO: coraje y poder

El guerrero es un mago, un explorador y aventurero, protector que invoca la fuerza interior para estar presente ante cualquier dificultad y actuar como guía.
Cuando no se han desarrollado estas cualidades, se acostumbra a llamar la atención haciéndonos caer en discusiones, conflictos y actitudes rebeldes frente a representantes de la autoridad, padres, jefes, el director del banco, el conductor del autobús, etc. O utiliza sus dotes de mando de forma abusiva y en beneficio personal. En el polo opuesto puede inhibirse, y entonces la persona prefiere ocultar sus talentos  para no asumir la responsabilidad, pero proyecta su necesidad de liderazgo en otros individuos a los que idealiza primero para luego, cuando no actúan como él espera, criticarles, juzgarles y competir con ellos. 
Pasos para recorrer la Senda del Guerrero
** Desarrollar la capacidad de honrar y respetar las propias habilidades así como las de los demás, y las de todas las cosas creadas, sin hacer comparaciones y desde diferentes perspectivas.
** Comunicarse de forma equilibrada: decir sinceramente lo que se piensa y hacer lo que se dice. Cumplir los acuerdos y palabras dadas. Y aprender a dar un «sí» o un «no» cuando sea apropiado. 
** Demostrar responsabilidad por cada acto. Por lo que se hace o por lo que se deja de hacer. Y encarar la vida con un ritmo de disciplina constante y a la vez flexible.
Actos para dar luz al Guerrero Interior
Meditación: quince minutos al día. Hay que concentrarse en la sensación de estar arraigados en la tierra y en que ello posibilita el valernos por nosotros mismos, así como establecer límites y movernos en la vida desde el amor y el respeto por nuestros propios recursos.
Danzar es el acto de poder que más desarrolla este arquetipo y por ello ha sido utilizado por todas las culturas aborígenes. Según el tipo de ritmo elegido –fluido, entrecortado, lírico, sereno, caótico– el danzante adquiere gracia, refinamiento, alegría, paz o una vía para dar rienda suelta a su creatividad.
Animales de poder: conectar a diario con la naturaleza del águila o los pájaros dota al al guerrero del valor necesario para el día a día.

EL SANADOR: gratitud y corazón

El sanador abre sus brazos al amor y a la gratitud. También muestra aceptación de las habilidades propias y ajenas. Y siempre tiene palabras amables, de aliento y de reconocimiento para el talento, carácter o apariencia externa de los otros.
El modo en que este arquetipo reclama atención es a través del descuido de la salud y bienestar personal. Cuando no escuchamos al sanador interno caemos en hábitos contrarios a la vitalidad y la salud.
Existen cuatro adicciones básicas que engloban todas las demás. Adicción a la intensidad, que fomenta hábitos destructivos para sustituir la sensación de aburrimiento por la de estar vivos. Adicción a la perfección, que vuelve a las personas rígidas e intolerantes con los errores propios y ajenos. Adicción a la necesidad de saber y controlar todo compulsivamente, que convierte al individuo en alguien desconfiado y arrogante. Y adicción a lo que no funciona, que se muestra en una tendencia a exagerar las experiencias negativas y aferrarse a ellas.
Pasos para recorrer la senda del sanador
** Poner el corazón en los quehaceres cotidianos. Una fórmula para saber si lo estamos consiguiendo es preguntarse: ¿cómo tengo el corazón, pleno, abierto, luminoso,  fuerte?, o ¿a medias, cerrado, confuso y débil? Si no nos sentimos con fuerza es porque nos falta coraje para ser auténticos.
** Experimentar los seis tipos de amor universal: entre compañeros y pareja; entre padres e hijos; entre colegas y amigos; entre maestro y estudiante; terapeuta y paciente; amor a uno mismo y amor universal. 
** Visión equilibrada: sentir estas formas de amor prepara a la persona para comprender que la sanación requiere actitudes como recordar lo que hemos olvidado sobre la conexión de las cosas vivientes y no vivientes; abrazar lo que más tememos; abrir lo que está cerrado y ablandar lo duro; experimentar lo divino; creatividad, pasión y amor; aprender a confiar en la vida y mantener un equilibrio entre el dar y el recibir.
Actos de poder para dar luz al sanador Interior
Practicar los ocho principios sanadores universales: llevar una dieta equilibrada; realizar ejercicio físico; reservar tiempo para divertirse; escuchar música; recitar cantos y contar historias que transmitan valores éticos; sentir amor y contacto físico con otras personas; desarrollo de intereses, aficiones y proyectos creativos; pasar tiempo en la naturaleza; y cultivar la fe en lo sobrenatural.
Animales de poder: los sanadores están vinculados en general a los cuadrúpedos, renos, ciervos, caballos, vacas… Pero además han de estar en íntima conexión con la naturaleza y los árboles. Por ejemplo, cada primavera, algunos pueblos aborígenes ofrecen sus cicatrices y heridas, físicas o del alma, a un árbol para que las sane. Y hacen la promesa de no volver a hablar de ellas.

EL VIDENTE: sinceridad y libertad

El vidente es el que dice la verdad. Su vía nos invita a ser quienes somos continuamente, por lo que nos recuerda de mil modos el sueño que deseamos realizar en esta vida.
Cuando no le prestamos atención, su forma de reclamar luz y cuidados es sobre todo inventar un falso yo sólo para cubrir las expectativas ajenas. La persona abandona entonces su auténtico yo y suele hacerlo por tres motivos: por amor a otra persona; obtener la aprobación de alguien; o mantener la paz que cree haber conseguido. Cae así en una trampa que en realidad le vuelve débil de corazón e incapaz de decir la verdad.
Los espejos y cristales, que lucen cosidos a los trajes los chamanes en algunas ceremonias, recuerdan este artificio de la mente por el que proyectamos en otras personas partes de nosotros que pueden ser positivas o no. Cualidades que nos gustaría tener y envidiamos pero creemos no poder alcanzar, o los defectos que más detestamos y tememos reconocer en nosotros mismos. Sólo cuando la proyección se cae y conseguimos ver a la persona tal y como es en realidad, podemos darnos cuenta de esas partes ocultas de nuestro ser y traerlas de nuevo a casa. Entonces suele despertarse en nosotros una compasión sanadora que nos permite colocarnos en el lugar del otro y ser objetivos.
Pasos para recorrer la sensa del vidente
** Desenmascarar las proyecciones: sólo así nos sentiremos libres para expresarnos tal y como somos, incluso para recuperar nuestros sueños y hacerlos realidad.
** Evitar la negación y la indulgencia: negamos a las personas y situaciones cuando no somos capaces de aceptarlas como son. Y nos volvemos indulgentes cuando, llevados por el miedo, no enfrentamos los conflictos si ello significa alterar nuestra paz.
** Liberar la creatividad: cuando estamos en conexión con nuestra autenticidad y dejamos a un lado ideas preconcebidas sobre lo que está bien y lo que está mal, el campo de la creatividad ilimitada siempre está disponible para que hagamos uso de él.
** Decir la verdad: «hablar con la lengua del espíritu», como dicen algunos indios americanos, significa ser capaz de expresar lo que se siente sin culpabilidad.
** Lograr las cuatro formas universales de visión: intuición para entender las voces interiores; visión externa que analiza con objetividad la realidad; visión interna que proporciona información a través del sueño e imágenes en estado de conciencia, y la visión holística que nos aporta un conocimiento completo de cada situación.
Actos de poder para dar luz al vidente interior
Cantar las canciones que nos hicieron felices en la infancia, o recitar mantras con vibraciones que atraen la fuerza vital, como el Om budista, e incluso entonar sonidos inarticulados, posibilita al vidente recordar su proyecto existencial.
Llevar un diario de sueños potencia la capacidad de tener premoniciones o resolver problemas de forma intuitiva.
Animales de poder: serpientes, lagartijas, salamandras y, en general, los animales que se arrastran, pues la soledad y el silencio de los lugares desérticos donde habitan son muy propicios para despertar la visión interior.

EL MAESTRO: claridad y fe

El maestro enseña a confiar y comprender la necesidad del desapego, y está abierto a cualquier resultado de sus acciones sin inquietarse ante un posible éxito o fracaso.
Su forma de reclamar la atención a través de manifestar pautas de censura y control que llevan a la persona a mantener comportamientos rígidos, y juicios basados en el miedo y anclados en la falta de confianza. También se muestra mediante la confusión e ignorancia. Ambas son el lado oscuro de la claridad. Cuando estamos atrapados en ellas actuamos y opinamos bruscamente de manera inapropiada e inconscientes del contexto en el que lo hacemos. Otra fórmula a través de la cual el maestro expresa su necesidad de desarrollo son los apegos exagerados. Al aferrarnos demasiado a situaciones, relaciones o cosas, tendemos a controlar más que a confiar y perdemos objetividad. La sabiduría consiste en adaptarse a cada circunstancia con ligereza.
Pasos para recorrer la senda del Maestro
** Practicar la confianza: aprender a sentirse cómodos en la incertidumbre y la ignorancia de qué ocurrirá en el futuro o mañana mismo. Con el fin de integrar esta enseñanza los maestros utilizan pruebas para sorprender a sus discípulos en situaciones inesperadas que les despiertan de sus rutinas y les permiten ver sus apegos.
** No aferrarnos: hay que ser capaz de no engancharse en una situación conflictiva y mantener el sentido del humor. Cuando no nos vemos arrastrados y podemos mantener nuestra objetividad y capacidad de reírnos, eso demuestra que las cosas no son tan graves. Hay que recordar también que cualquier perdida, material o afectiva, nos hace más humildes y nos enseña algo más sobre la aceptación y el desapego.
** Celebrar rituales: hacer ceremonias presididas por una intención sagrada honra los cambios de la vida y ayuda, en momentos de transición, a liberarnos del apego o del sentimiento de pérdida; de paso facilita el que todo vuelva a encajar en su sitio.
Actos de poder para dar luz al Maestro Interior
Honrar a los antepasados: las tradiciones chamánicas creen que las almas de nuestros ancestros nos acompañan y que podemos solicitar su ayuda mediante la danza o el sonido del tambor.
Guardar silencio: las experiencias transpersonales se presentan con más facilidad en momentos de silencio y soledad, y a ser posible en medio de la naturaleza.
Animales de poder: las criaturas que viven en océanos y ríos son propias del maestro. No en vano el agua es venerada por los chamanes como agente de purificación y modelo de flexibilidad.
Angeles Arrien

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