Vivir con lo mínimo o necesario, es la apuesta que están haciendo muchos japoneses. Una sociedad de las más consumistas en el mundo y con grandes excesos y sin embargo, el desprenderse de todo lo superfluo, les ha devuelto una libertad abrumadora.
En una
sociedad como la japonesa en la que, el consumismo es casi un deporte nacional,
cada vez más personas optan por desprenderse de lo material y llevar una vida
minimalista que les permite disfrutar de una gran libertad.
Veinte
prendas de ropa es todo lo que guarda en su armario Fumio Sasaki, un japonés al
que el minimalismo sedujo hace apenas dos años. En su piso de 20 metros
cuadrados cuenta con lavadora, una aspiradora y un cepillo de dientes
eléctrico, pero no hay ni rastro de otros elementos cotidianos como sillas, escritorio o una cama.
No los
necesita, tiene “lo indispensable”.
Se dio
cuenta de ello cuando empezó a practicar esta filosofía de vida que invita a
deshacerse de lo material para enriquecerse a través de las experiencias, una
forma de vida que cada vez atrae a más personas.
Los
libros y la ropa que antes se amontonaban en los muebles han desaparecido. A
sus 36 años ya no se preocupa por tener que organizar un montón de cosas, no se
compara con otras personas por tener más o menos, ni se angustia por lo que dicen "está de moda"
“Me
impactó la abrumadora libertad que te ofrece este tipo de vida”, reflexiona
este empleado de Tokio, una de las ciudades más
frenéticas del mundo.
“Existe
también un movimiento que propone meter simplemente 15 cosas en una mochila”,
explica.
El
referente de esta tendencia es el estadounidense Andrew Hyde, cuyo “minimalismo
extremo” ha dado la vuelta al mundo. En un momento de su vida, decidió vender todo lo que tenía (salvo 15 objetos) para embarcarse en un viaje
por 42 países.
Atraído
por este concepto, Fumio también cuenta con su propia mochila en la que lleva un MacBook Air, un wi-fi móvil, un lector de libros electrónicos, un
libro y un cargador de batería, además de calcetines y algo de ropa interior.
“Con
tan sólo esto, puedo trabajar en cualquier lugar, tengo entretenimiento
suficiente y puedo salir de viaje cuando quiera”, explica.
Aunque
el camino por el que ha optado Fumio es uno de los más austeros, este
minimalista asegura que cada uno tiene su propia conciencia de minimalismo, y
que “no se trata de tener pocas cosas en casa, sino de sentir que lo que tienes
es maravilloso para ti”.
Lo
mismo opina Elisa Sasaki, una japonesa de 37 años que considera el minimalismo como “una herramienta para centrarse en lo importante”.
En su
caso el detonante fue un viaje de estudios al extranjero viviendo durante un mes, sólo con lo que había dentro de su maleta de mano.
Ese fue
el punto de inflexión en su estilo de vida. Aunque desde que tenía 20 años había
optado por llevar “una vida simple” después de una niñez opulenta, el año
pasado su fondo de armario se redujo drásticamente (20 prendas y 6 pares de
zapatos) y su habitación se convirtió en un espacio diáfano.
“Poseer
cosas acarrea desorden mental, por eso es importante
seleccionar cuidadosamente tus pertenencias",opina Elisa.
El
reducido tamaño de las viviendas en las ciudades japonesas, que llega al
extremo en la ciudad de Tokio donde las residencias de los solteros rondan los 20 metros
cuadrados, es uno de los factores que está motivando el auge de esta tendencia.
"Para nosotros lo material ya no es imprescindible".
María Roldán.
el futuro proximoooooo muy proximo
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