5 de agosto de 2014

SOY UN HUMANO ORDINARIO, NO UN SER SOBRENATURAL. GYALWANG DRUKPA.




Gyalwang Drukpa Cabeza del linaje Drukpa del budismo tibetano.

Nací en la India hace 51 años. Soy la duodécima reencarnación del fundador del linaje Drupka (Dragón) Tsangpa Gyare (1161-1211).



¿Estoy ante un ser sobrenatural? 
No, soy un ser humano. [Risas] Solo un ser humano ordinario que trabaja para los demás y está muy interesado por el medio ambiente, por salvar la naturaleza para los seres humanos.
Pero no a todas las personas les dicen, a los tres años, que es la reencarnación de un santo que vivió hace un milenio. ¿Eso no lo hace excepcional?
No. Todos somos una reencarnación, no hay nada especial. La única diferencia es que yo puedo recordar. Pero soy un ser humano, no un ser sobrenatural o anormal. ¡Espero que no!
Sus maestros, entre los 5 y 13 años, le enseñaron verdades universales. ¿Logró saber para qué estamos aquí?
Estamos aquí por nuestra propia creación. Nosotros hicimos algo para venir acá. Tú hiciste algo para que estés acá en el Perú y yo hice algo para venir acá. Entonces, mi vida y tu vida están hechas individualmente. Por eso estamos felices, porque nadie decidió por nosotros.  
Me refería a la pregunta universal: ¿para qué estamos los humanos aquí?
La verdad universal significa que no hay una única verdad de la que podamos hablar. Nuestro cuerpo es una verdad universal. Tú eres tu verdad y yo soy mi verdad. Todo tiene su verdad, según su naturaleza. (Señala una lámpara) Por ejemplo, presionas un botón y se enciende la luz. Es la verdad universal.
En occidente, las religiones inciden en rituales de adoración a un ser superior. ¿Es eso importante?   
Puede ser muy importante para algunos, pero para gente como yo no lo es, porque la práctica ritual hace que pierdas mucho tiempo. Se tiene que ayudar a la gente. Eso es mucho más efectivo que los ritos. Pero los ritos a veces ayudan a algunos: les dan paz, calma, más felicidad.  Pero yo no necesito eso: necesito acción.
¿Pero usted cree en un Dios?
No. Este es Dios (señala la lámpara). Enciendes la luz y es bueno. Eso es Dios.
Usted suele hablar sobre el amor. ¿Cuál es su definición del amor?
En nuestro caso, el amor es la acción de ayudar. Tú puedes no necesitar mi ayuda, pero yo estoy listo para ayudarte en cualquier caso. Cuando me pides que te ayude, haré lo posible para ayudarte. Eso es amor: acción es amor.  
Usted ha empoderado a la mujer en su movimiento, mientras las religiones no lo hacen. ¿Se considera un revolucionario?
Sí, mucho. Esa era una de las razones por las que no me siento muy cómodo con la religión. Cualquier tipo de religión somete a la mujer y eso no es correcto. Así que soy revolucionario, muy revolucionario. Incluso en mi sociedad piensan que soy muy extraño. 
Usted dice que hay que limpiar la  impureza del medio ambiente y también las del alma. ¿Cómo se limpian  eso?
No creemos en el alma, en realidad. Creemos en la mente y el espíritu. Y no se tiene que limpiar: no hay algo que puedas lavar y limpiar con jabón. Pero “lavar” otras cosas, como la naturaleza, te ayuda a limpiarlo. Si no logras limpiar el medio ambiente, el agua, el aire, la tierra, incluso si haces cosas religiosas para “limpiar tu alma”, nunca vas a estar limpio, porque nunca te vas a sentir cómodo, creerás que sigues estando "sucio".  
Hay quienes confían en que cuando este planeta no sirva habrá otros...
Hasta entonces, necesitamos este planeta. Hasta entonces.
¿Usted cree que hay otros planetas con inteligencia?
No uno: ¡millones de planetas!
Usted es un líder espiritual muy extraño. ¡Cree en los alliens! 
¡Sí, sí! .
En el budismo no hay cielo ni infierno. ¿No hay castigo a los malos actos?
No hay ningún tipo de castigo.
Entonces, ¿qué son los destinos funestos si no un castigo? 
Eso no es castigo. Es tu creación. Tú creaste algo en tu vida pasada, entonces ahora eres un peruano. Yo creé algo para ahora ser indio. Nadie te castigó: tú lo hiciste. Y puedo hacerme un perro o un burro, y puedo estar pasándola bien, o mal, pero es mi decisión. 
Usted es el 12° Gyalwang Drukpa. ¿Qué aconsejaría al futuro 13° Gyalwang Drukpa cuando llegue?
No tengo que decirle nada. Él es yo.  Cuando esté cansado de mi cuerpo, dejaré mi cuerpo y asumiré otro cuerpo, joven y bello. No tengo que darle consejo, porque siempre me doy consejo a mí mismo. Continuamente me digo cómo ser comprensivo, amable… Y puede que el próximo Gyalwang Drukpa sea hombre o… ¡mujer!
¿Alguna vez ha sido una mujer?
Nunca. Pero ahora que yo he traído la revolución, quién sabe, tal vez la próxima vez vuelva como una mujer...

Me siento un poco como Kung Fu Panda al preguntarle esto: ¿cuál es la clave a la felicidad?
La llave para la felicidad es el entendimiento. Si yo te entiendo, estoy muy feliz. Si no te entiendo muy bien, estoy más o menos feliz. Si no te entiendo para nada, mi vida se hace difícil. Por eso debo desarrollar mi entendimiento: para ser feliz.
Después de estos tantos años a la cabeza de su linaje, ¿qué queda en usted del hijo de Mayula (su madre)?
Mi madre piensa que sigo siendo un bebé. Siempre me llama “bebé”, nunca recuerda mi verdadero nombre.  Ella sigue conmigo, y es lindo. Y yo también me siento así frente a ella: como un bebé pequeño que toma su leche. [Risas]
Maritza Espinoza.

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