No soy partidaria de generalizar. Cada ser es único y particular y siempre, hay excepciones.
"El hábito no hace al monje" aunque, en este caso, parece que sí.
Sor Lucía Caram es un torbellino de energía con un objetivo: ayudar a
personas necesitadas. Y no para: ha promovido la Fundación Rosa Oriol (en favor
de un banco de alimentos), el Grupo de Diálogo Interreligioso de Manresa, el
Projecte Mosaic de salud mental... Tiene un programa en Ràdio 4 y publica la autobiografía Mi claustro es el mundo, su
visión del mundo entre jugosas anécdotas (como esa noche de oración en el
convento en que, para resistir, se tomó una infusión de hoja de coca, café y
mate que la mantuvo despierta..., pero en el retrete). Sor Lucía pasa sobre
formulismos religiosos para ir a la esencia: ¡servir!
Poco
contemplativa la veo.
No puedo
estar quieta, es verdad, pero contemplo la historia desde el corazón de Dios.
Y se escapa
de la clausura.
Mi claustro
es el mundo.
¿Qué hace?
Me levanto a
las cinco de la mañana y rezo, voy a misa, leo La Vanguardia (el periódico)... Y,
a las nueve y media acudo a la Plataforma de los Alimentos y escucho a la
gente.
¿Qué es esa
plataforma?
Somos cinco
monjitas en mi convento, en Manresa, (Cataluña, España) que empezamos repartiendo bocadillos... y
hoy, gracias a 250 voluntarios, ¡damos alimentos a 950 familias necesitadas!
¿Y eso de
escuchar?
¡Dar no es
sólo repartir bolsas de comida, es escuchar!
¿Qué le
cuentan?
Hoy ha
venido otra persona a punto de ser desahuciada de su piso...
¿Y de verdad
puede solucionar algo?
Hemos
conseguido en siete meses tres pisos para tres familias. Antes yo pedía sólo a
Dios, ¡ahora pido a todo el mundo!
¿Aceptaría
dinero de cualquiera?
No del dueño
de Zara: un voluntario hondureño me cuenta cómo le explotaban de niño
trabajando en sus talleres allí.
¿Por qué se
hizo monja?
Conocí a
unas monjitas que trabajaban con los más pobres, ¡y las veía felices! A los 18
años estudiaba Teología, ayudaba en hospitales, trabajaba en los
barrios...
¿Y contenta?
Acabé
sintiéndome exiliada de mí misma. Y me recluí cinco años en la oración. Fue
duro..., ¡pero aprendí que soy libre por dentro!
Y ha
desplegado su libertad.
Les he
complicado la vida a mis hermanas: ¡no para de sonar el timbre del convento!
¿Qué dicen
sus superiores?
Me riñeron
por acercarme a los musulmanes de Manresa, pues lo interpretaron como
claudicación. Apoyé la mezquita, y hoy es la única mezquita de puertas
abiertas.
Bien está lo
que bien acaba.
Y la Iglesia
debería aceptar el uso anticonceptivo del preservativo: ¡ayuda a la paternidad
responsable! Y no imponer el celibato.
¿No le
gusta?
¡Yo lo elegí
libremente! Y me ayuda a servir a todos. Abrir los brazos es amar, y cerrarlos
sobre una sola persona no me basta: los dejo abiertos. Lo aprendí de Pedro
Meca.
¿Quién?
Un cura que
convive con los "sin techo" de París que me dijo: "La Iglesia es una casa de
putas donde he aprendido a hacer el amor".
¡Hala!
La Iglesia
es diversidad, y amar es servir: si no sirves a otros, no sirves para nada.
¿Y sirve la
Iglesia?
Jesús iba a
morir y lavó los pies a sus comensales, y partió, repartió y compartió el pan.
Pero hoy la Iglesia acumula bienes...
¿Los
repartiría?
Hay
patrimonio artístico que mimar, ¡pero tantos solares y edificios, pisos
cerrados y donaciones...! ¡Que vuelvan a la gente!
¿Predica con
el ejemplo?
Hemos dado
la mitad del convento para un centro de salud mental y club social. ¡Dios no
tiene manos, pero tiene nuestras manos!
¿De qué
viven usted y sus hermanas?
Vivimos al
día, con lo que nos llega, y damos lo que tenemos, no lo que nos sobra: dando
todo ¡recibes bendiciones totales! Creo que si acumulo bienes, algo malo me
pasará.
¿Es
supersticiosa?
Confío en la
Providencia. Un día le dije a sor Neus: "Rece a la Virgen para que nos
lleguen cien litros de leche o perderé la fe ¡o la ordeñaré a usted!". ¡Y
llegaron!
¡Milagro!
¿Rezó mucho sor Neus?
¡Sí! Ya ha
muerto, pero sigo hablando con ella. Tenía 90 años, no podía caminar... ¡y
siempre estaba contenta! La admiro, ha sido uno de los mejores regalos en mi
vida.
¿Le pide
cosas?
Sí, hasta
que gane el Barça. Y funciona. ¡El Barça es casi divino! Un chiste: "Dios
me ha enviado para que el mundo vea jugar bien al fútbol", dice
Cristiano Ronaldo. Y Messi dice: "¡No recuerdo haber enviado a
nadie!".
¿No es
irreverente?
El sentido
del humor es sentido del amor. Seguro que Jesús se reiría en misa.
¿Qué ha sido
lo más duro de su vida?
Ver a niños
muriendo de hambre en Tucumán, Argentina, cuando el corralito. ¡Odié a los políticos, por
tanto robar y robar!
¿Qué hizo
con ese odio?
Convertirlo
en amor a los niños: fundé SOS Tucumán, para darles formación, y hoy hemos
acabado con el analfabetismo.
¿Para qué
estamos aquí, sor Lucía?
Para ser
felices y hacer felices a los demás.
Pida algo
desde aquí.
Si todos los
jóvenes que salieron a las calles a recibir al Papa se hicieran voluntarios,
¡solucionaríamos casi todas las necesidades!
¿Qué espera
de la otra vida?
Si la otra
vida es eterna, ¡la otra vida ya ha empezado, ya estamos ahora en ella!
¿Tiene miedo
a algo?
¡No! Porque
no tengo nada que perder.
Y si la
expulsaran de la Iglesia, ¿qué?
¿Cómo
echarme de mí misma? No puede ser: seguiría sirviendo.
Victor M.
Amela.
En este tipo de monjas si creo y para ayudar no es necesario ni hacerte monja ni cura, me parece que el tema de las religiones será algo que irá desapareciendo, llegará el día en que seamos todos espirituales.
ResponderEliminarBesos y gracias.