LAS NINFAS Y LOS NIÑOS DIAMANTINOS

El mundo elemental de los elfos, las hadas y los duendes es más antiguo que nuestro mundo humano. 

Sirvieron y se manifestaron en tiempos de la primacía de la diosa y continuaron relacionándose con los humanos en el continente de Mu y aún en la Atlántida. 

Son seres que no han roto su contacto con el espíritu y que están al servicio de quien los necesite, si es capaz de sintonizarse en su frecuencia, para compartir tanto su magia como sus ideas. 

Ahora se encuentran en medio de las fuertes aguas del cambio, pero siguen manteniéndose despiertos en medio de la corriente.

Su luz interna se manifiesta incluso aunque ellos intenten retenerla. No es posible servir a la diosa sin conectar con ellos y con su mundo, porque allá donde se encuentran (a veces en el corazón de muchos humanos especiales) la grieta entre los mundos se hace más ligera y el contacto con el misterio es más fácil. 

Son los verdaderos hijos de este planeta y éste nunca fue más feliz que cuando ellos campaban con respeto en medio de los bosques, los ríos, las cuevas y las montañas. Pero si no los convocas en tu vida, no pueden intervenir, como sucede con los ángeles.

 Nos dejan libres para que avancemos de manera colectiva en el viaje hacia lo divino y ellos reconocen que éste es el tiempo de los seres humanos. Estos seres sutiles no saben mentir y manifiestan la verdad de forma desnuda y descarnada, de tal manera que los que están dándole la espalda a lo real, cuando contactan con ellos, acaban lastimados en su ego.

Sólo a través del amor podemos relacionarnos con los niños cristal. 

Ése es el desafío que ellos han dejado caer sobre la tierra. Cuando se acercan a nosotros sólo hay dos maneras de actuar: o despertamos nuestro amor interno, o despertamos el miedo a lo nuevo que ya está aquí.

En el primer caso, el amor crecerá abrumadoramente en nuestra vida, porque la presencia de un niño cristal es capaz de catalizarlo para nosotros. En el segundo caso, tendremos muchos problemas con la ligereza y la fluidez necesarias para sobrevivir a la banda de fotones. 

Nos enseñarán que el amor es todo lo que hay, y que debemos actuar desde el amor, ser amor, y compartir este amor con los demás.

Emilio Fiel.