21 de marzo de 2014

REFORZAR LA SALUD EN 10 MINUTOS.


Todo lo que una persona pueda conseguir, depende de su capacidad imaginativa y de su creatividad para superar obstáculos. De forma equivalente, la imaginación y la creatividad constituyen una herramienta poderosa para sanarnos o mantenernos saludables.
Aunque parezca increíble, la visualización de determinadas imágenes hace que el cerebro dé inmediatamente las órdenes químicas adecuadas al sistema inmunitario para que comience a sanar la enfermedad.
El cerebro no distingue entre lo que ves y lo que imaginas, para él es exactamente lo mismo, reacciona y pone en marcha todo el mecanismo necesario para llevar a cabo aquello que tú le has mostrado.
Se cierran los ojos y se visualizan cientos de diminutas luces que tililan. Al concentrarse en las luces sus contornos se hacen más y más definidos, y se convierten en estrellas más grandes y rutilantes. Las estrellas se juntan hasta que forman una sola y esplendorosa luz. Esta luz es una fuerza curativa y hace que aflore un sentimiento de alegría.

Visualización para mantenernos saludables.
• Cierra los ojos e imagina que desde lo alto de tu cabeza aparece un hilo de seda que une todas las partes de tu cuerpo, de forma que cada órgano, músculos, huesos, líquidos y células están conectados. Todo está conectado por los hilos de seda luminosos.
• Observa cómo recorre todo tu cuerpo. Es como un inmenso masaje luminoso.
• Imagina que estás hablando con tu Ser, pregúntale dónde puedes colocar tus manos para favorecer la sanación.
• Deja que tu Ser te responda y te oriente. Visualiza tus manos como si despidieran un resplandor curativo, mientras las desplazas por las diferentes zonas de tu cuerpo. Capta dónde han de tocar con su poder curativo. 
• Concéntrate en la luz curativa y rodea con ella cada una de las zonas que la necesitan, hasta que percibas que la energía ha penetrado y ha sido absorbida por tu cuerpo. Después de un rato, es posible que sientas un leve hormigueo en tus manos.
Si lo haces de forma regular, podrás observar que las zonas a las que tus manos se dirigen, va cambiando, no será siempre en el mismo lugar aunque, si tienes una dolencia crónica, posiblemente necesiten colocarse sobre la zona afectada. Muchas dolencias no tienen su origen en el órgano afectado sino en otros lugares del cuerpo que, aunque parezca que no tiene sentido, recuerda que todo está conectado.
Natalia de la Torre.


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