24 de junio de 2014

UN AÑO SIN AZÚCAR. TESTIMONIO DE UNA FAMILIA.



Érase una vez, que estábamos sanos... al menos yo pensaba que lo estábamos.
Claro, me faltaba la energía suficiente para el día a día, pero con todos los anuncios en la televisión promocionando bebidas energéticas, para una población cansada, siempre asumí que yo no era la única. 
Y, por supuesto, en mi familia temíamos la próxima temporada de resfriados y gripe, pero de nuevo pensé: " todas las personas desarrollan algún grado de resfriados y malestar, no estamos tan mal".
Al menos, eso es lo que pensaba hasta que escuché una información sobre los efectos del azúcar. 
Según varios expertos, el azúcar es lo que está haciendo que muchos enfermen. Cuanto más pensaba en ello, más tenía sentido para mí.
Uno de cada siete estadounidenses tiene  síndrome metabólico . Uno de cada tres es obeso. La tasa de diabetes se ha disparado y las enfermedades cardiovasculares son el detonante de muchas muertes.
Quería comprobar qué sería de nuestra familia,  mi marido y nuestros dos hijos (de 6 y 11) y yo, pasar  un año entero  comiendo alimentos que no contuvieran azúcar añadido.

Nos quitamos de todo aquello que tuviera azúcar o dulce añadido, ya sea azúcar de mesa, miel, melaza, jarabe de maple, agave o zumos de frutas. 
A menos que el dulzor sea de su fuente original (por ejemplo, una pieza de fruta, zanahorias), no nos lo comemos.
Una vez que empezamos a buscar, encontramos azúcar en los lugares más increíbles: tortillas, salchichas, caldo de pollo, ensaladas, fiambres, galletas, mayonesa, tocino, pan, e incluso alimentos para bebés. ¿Por qué añadir toda esta azúcar? Para hacer estos artículos más aceptables, que tengan más vida útil, y hacer que la producción de alimentos envasados sea ​​cada vez más baratos.
Llámame loca, pero evitar azúcares añadidos durante un año, me pareció una gran aventura. 
Tenía curiosidad en cuanto a lo que sucedería. 
¿Cómo iba a cambiar mi forma de cocinar y hacer la compra?. Después de continuar mi investigación, estaba convencida de que eliminar el azúcar, nos haría más saludables. Lo que no esperaba descubrir, fue cómo no comer azúcar, nos haría  sentir mucho mejor de una manera muy real y tangible .
Un año sin azúcar.
Era sutil, pero perceptible; cuanto más tiempo pasaba, mejor y con más energía nos sentíamos.
Durante nuestro año sin azúcar, una de las reglas era que, como familia, podríamos tener un postre con contenido de azúcar por mes; si fuera tu cumpleaños, tienes que elegir el postre. En el mes de septiembre, notamos que nuestros paladares empezaban a cambiar, y poco a poco, empezamos a disfrutar de nuestras comidas más saludables.
Pero cuando comimos el decadente pastel de crema de plátanos de varias capas que mi marido había solicitado para la celebración de su cumpleaños, yo sabía que algo nuevo estaba ocurriendo. 
No sólo no me gustaba el pastel, ni siquiera lo pude terminar. Tenía un sabor metálico en mi paladar ahora sensible. En realidad, hizo que me dolieran los dientes.  Mi cabeza comenzó a dolerme con fuerza y ​​mi corazón comenzó a  galopar. Me sentía muy mal.
Estuve una hora tumbada en el sofá antes de empezar a recuperarme. "Caray", pensé, "tiene la misma cantidad de azúcar que siempre hemos comido pero ahora me sienta muy mal".
Cuando terminó nuestro año sin azúcar, conté las ausencias que mis hijos tenían en la escuela y las comparé con las de años anteriores. La diferencia fue increíble.. Mi hija mayor, Greta, pasó de faltar 15 días en el año anterior a faltar sólo dos.
Ahora nuestra forma de alimentarnos es muy diferente.
Apreciamos el sabor dulce natural de algunos alimentos y guardamos el postre para ocasiones verdaderamente especiales. 
Mi cuerpo está dándome las gracias por ello. No me preocupo por quedarse sin energía, al contrario, cada día tengo más. Y cuando la temporada de gripe y resfriados vuelve, ya no siento la necesidad de escondernos con mis hijos debajo de la cama, ya no nos ponemos malos pero si ocurre, nuestros cuerpos están mejor equipados para reducir los síntomas de forma natural. Nos enfermamos menos y mejoramos más rápidamente. 
Para mi sorpresa, después de nuestro año sin azúcar, todos nos sentimos más sanos y fuertes. Y eso no es nada despreciable.
Ya no hay dolores de cabeza, falta de energía, nuestra mente está más despejada, parece que la alegría ha vuelto a nuestra familia y los niños rinden mucho más en el colegio.
Todo ventajas.
Offgridquest. Traducción: Semillas Solares.

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