13 de agosto de 2014

LA MAESTRA OSCURIDAD.




Toda nuestra vida se vuelve absurda porque la energía que necesitamos para hacerla consciente está invertida en traumas infantiles, abandonos, dolores, separaciones y muertes, que agotan toda nuestra fuerza vital y nuestro poder personal.

Nuestra misión terrestre como seres humanos, coincide con la clave que permite entrar conscientemente en la quinta dimensión de la conciencia.
Se trata de mantener el equilibrio y la serenidad en el corazón, tanto en presencia de la luz como de la oscuridad.
Se aprenden grandes lecciones de la oscuridad y existen grandes excesos fanáticos en la luz, sobre todo relacionados con el orgullo espiritual y la dualidad bueno-malo.
Sólo cuenta el ahora, claro o sombrío, y da lo mismo que este instante trate de las lecciones del sol o de la noche, ambos senderos son sagrados y ambos relativos.
Uno porque está basado en el miedo y convierte a los demás en el enemigo, mostrando la baraja de la angustia, la cólera, los celos, la culpa o la locura.

Se basa en la manipulación, en la crueldad y en perseguir con ansia el beneficio personal. Cuando estas emociones negativas se presentan, primero las afrontamos con gritos y llantos y más tarde, con la experiencia, nos mantenemos serenos ante ellas y somos capaces de devolver la energía al sujeto implicado, recuperando así nuestra propia integridad.
El otro tiene sus cimientos en el amor o la compasión que acepta, a nivel celular, que ni la luz es tan buena ni la oscuridad tan mala.
No elige ni juzga lo que viene, tan sólo lo acepta y lo vive conscientemente como una experiencia sagrada.
Eres esclavo de lo que rechazas y eres libre de lo que apruebas con amor, que puedes utilizar según tus criterios para el mayor bien de todos los seres.
En esta tierra no podemos vivir ni evolucionar sin sombra, así que la clave es hacerla plenamente consciente en vez de destruirla.
El amor y la compasión han olvidado los conceptos de bueno y malo, de bondad y de maldad, y de manera simple y ligera, asumen que todo tiene su sentido en la universidad de la vida.
Hay veces en que seguimos caminos de luz y avanzamos en armonía con las leyes de la naturaleza espiritual y hay veces, que seguimos los caminos de oscuridad luchando contra estas mismas leyes.
Pero cada cosa es escogida por nosotros y en ambos casos obtenemos una cierta sabiduría que necesitamos para crecer.
Cada uno es un dios o diosa y tiene razón en todo lo que hace, porque posee la libertad para hacer sus propias elecciones y avanzar por las sendas de la vida, sea por los caminos iluminados por el sol o por aquellos que están oscurecidos por la sombra.

La oscuridad resalta el brillo de la luz y ambas son hijas legítimas del cuerpo emocional, capaz de crear tanto paraísos como infiernos.
Con emociones personales nunca existirá la paz, pero sin ellas ni siquiera crearemos un cuerpo espiritual digno de ese nombre.
Hemos de amar desde la luz, dejando a un lado la barrera del miedo que es el único enemigo del amor.
Pero nunca olvidemos que aquellos que se encuentran en la oscuridad rechazan toda limosna hipócrita y sólo son transformados por el amor incondicional que les reconoce como guerreros poderosos en una dura batalla por atravesar el sufrimiento.
Es hora de asumir el libre albedrío de cada ser humano (del dios-diosa que somos) para manifestar de manera personal, creativa y única.
Emilio Fiel.

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