29 de mayo de 2011

LUZ, AGUA, INFORMACIÓN Y CHAKRAS.


 La Dra. Esther del Río, que ha basado parte de sus investigaciones en demostrar que el agua del cuerpo humano está compuesta de «clatratos» que permiten que la luz, es decir, la información, se transmita de forma casi inmediata por todo el cuerpo formando moléculas de cristal líquido que se relacionan con una red magnética distribuida por todo el cuerpo.

El hecho de que todo organismo esté formado por protoplasma, nos hizo pensar que el líquido que lo conforma pudiera tener otra estructura molecular.  El agua es el mejor solvente del mundo. Tiene además otras características idóneas para resguardar la vida. Pero en lo que se refiere a su conductividad no es del mismo orden que el protoplasma.
Así que decidimos iniciar la búsqueda en la estructura molecular del agua y del mecanismo que permite que esa respuesta se produzca en millonésimas de segundo.
La propuesta de nuestro proyecto es que el agua de nuestros tejidos es en su mayor parte cristal líquido en forma de clatrato (H2O)37; es decir, un estado intermedio de la materia y que, por ser cristal líquido, conserva las propiedades de los líquidos más las propiedades de los cristales ópticos; y lo más importante: es capaz de guardar memoria.
Parece que estamos a un paso de confirmar la estructura energética de los Chakras.
Por eso mismo al incorporar este concepto confirmamos que somos el mejor ordenador del mundo y que toda célula se comunica a través de una pantalla de cristal liquido capturando y mandando hologramas que pueden ser codificados.
Es decir, la luz recorre nuestro organismo llevando información.
La propuesta del agua como cristal liquido dentro de los tejidos es la única que satisface la transmisión de la información -tanto eléctrica como electromagnética, interna o externa- de todo organismo vivo.
Esta posibilidad quedó confirmada cuando en la segunda investigación descubrimos una red ferroso-férrica conformada por macromoléculas de hierro ferroso-férricas en sus formas cristalinas que trabaja intermitentemente produciendo energía electromagnética.
Tanto los cristales líquidos como la red ferroso-férrica conforman un sistema de información en donde cada macromolécula de hierro funciona como un microcampo magnético rodeado de agua cristal líquido (H2O)37 y otros elementos. 
Cabe destacar que estas macromoléculas de hierro oxidadas y reducidas se encuentran más densas en el centro del cuerpo conformando un eje que corre enfrente de la columna vertebral donde se destaca la presencia de esferas compuestas de macromoléculas reducidas y oxidadas con una velocidad de intermitencia más fuerte por el rebote de las energías producidas las cuales tienen movimientos helicoidales hacia arriba y debajo de este eje.
Estas esferas magnéticas nos recuerdan a los chacras o centros de energía que fueron expresados en un principio en libros muy antiguos y después retomados por los vedas.
Esa red compuesta de microcampos magnéticos ha sido vista a través de aparatos de rayos X modificados pudiéndose observar el cuerpo lleno de luces fluorescentes e intermitentes con densidades de magnetitas abundantes en donde se encuentran las glándulas mas importantes del cuerpo coincidentes con los sitios en donde se han mencionado la existencia de chacras.
En conclusión, cada chacra está conformado por miles de magnetitas ferroso-férricas formando verdaderas esferas. Y es importante mencionar que estas esferas se encuentran en los lugares donde están las glándulas más importantes del cuerpo así como también son coincidentes con lo expresado en estos libros.
Tales centros de energía son 7 y se localizan en los órganos sexuales, en las suprarrenales, entre el hígado y el páncreas, en el timo, en la tiroides, en la pineal y en la hipófisis. De ahí podemos deducir que este orden magnético protege al orden bioquímico a través de los cristales líquidos de los chacras y las glándulas.
Rev. Discovery Salud.

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