29 de octubre de 2012

ES TIEMPO DE DESHACER.


Todavía me acompaña cierto cansancio después del Congreso "Más Allá del 2012".
Los sentimientos se van sosegando y acomodando dentro de mí.
Mi mental necesita terminar de decantar la información que ha recibido y dejar partir aquello que no resuena en mi en estos momentos.
En medio de esta dulce embriaguéz, descubro cierta inquietud.
Es como estar en un río, gastando energía por querer nadar contracorriente o por querer mantenerme aferrada a la orilla cuando, sería mejor, soltarme y fluir con la corriente.
Si lo hago no hay esfuerzo.
Mi cuerpo entero está pidiendo un descanso sin embargo, continúo. ¿Por qué lo hago? Porque todavía está activo un viejo patrón. Aunque va perdiendo fuerza, todavía envía cada tanto el mensaje: "Hay que hacer..."
De pronto me descubro contestándole: ¡No! ¡No hay que hacer, hay que DESHACER!
Dejar de hacer aquello que no nos produce placer, que nos crea tensión, que nos incomoda, dejar de hacer las cosas por costumbre, simplemente porque siempre las hemos hecho de ese modo.
Justamente dejando de hacer, es cuando nos encontramos.
No hay nadie a mi alrededor que me esté diciendo: ¡Tienes que hacer esto...! ¡Tienes que hacer aquello...!
Y aún así...
No siempre es posible parar, pero si podemos ir más despacio.
Podemos dejar de hacer en muchos momentos del día, sólo es necesario ser concientes de que nada ni nadie nos lo impide, somos nosotros mismos que no nos damos la oportunidad, nos boicoteamos con excusas varias y continuamos reaccionando a viejos patrones que ya no tienen cabida, que se están extinguiendo, si no lo han hecho ya.
Cada vez que hagamos algo, sólo necesitamos unos minutos para sentir concientemente, que provoca en nosotros lo que estamos haciendo.
Es un gesto sencillo pero vital. Cada uno descubrirá su código personal, su contraseña particular que será la respuesta del Alma.
Es aceptar lo que la vida nos propone en cada momento, que no hay nada que demostrar cuando cada uno sabe quién es, que es necesario deshacer la madeja que se ha ido formando con viejos patrones a través de la cultura, la religión, la sociedad.
Ir a favor de la corriente es ser natural, es acompañar a las energías del momento y saber que, si el río fluye, es seguro que llegaremos al océano, a algo más grande que nos está esperando.
Es necesario y muy saludable, deshacernos de algunas capas que todavía llevamos puestas, deshacernos de algunas reacciones que aparecen de forma automática, deshacernos de conductas heredadas que no nos pertenecen pero que, en algún momento de esta  vida o de otras, hemos aceptado llevar con nosotros y que ahora, somos más concientes y sabemos que ya no son necesarias.
Si nos mantenemos aferrados a la orilla, no avanzamos, si nos soltamos y no ponemos resistencia, todo irá más fluido, llegaremos más lejos y descubriremos que cada vez somos más los que hemos decidido soltar y DEJAR DE HACER PARA COMENZAR A SER.
Semillas Solares.
Así me lo han dicho.

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