A través de historias reales de pacientes, algunas de ellas surgidas espontáneamente en el marco de su trabajo hospitalario, el Dr. y terapeuta en terapia regresiva, Juan José López ha podido seguir la evolución del alma en el proceso de la muerte, del suicidio, en el vientre maternos, en abortos y en contacto con otras almas.
¿Sigue Ud. como médico de Urgencias?
No; hace dos años y medio que estoy en otro departamento del mismo hospital; en el servicio de documentación. Ahora no veo pacientes.
Supongo que no le apartaron por sus actividades con la terapia regresiva…
En absoluto; el motivo fue que el estrés de Urgencias se convirtió para mí en algo insoportable. Creo que el universo es el que me ha dado este tiempo de relax, y ahora me gustaría abordar otro tema, médicamente hablando, que es la atención a los enfermos terminales.
»Creo que la terapia regresiva me está dando mucho conocimiento para poder hacer un planteamiento debidamente adecuado para la atención al enfermo terminal. Lamentablemente, cuando la medicina coloca el diagnóstico de ‘enfermo terminal’ de alguna manera ya no presta tanta atención a ese paciente. Cree que no puede hacer nada por la persona excepto mantenerla con cuidados paliativos, pero yo estoy firmemente convencido de que se puede hacer mucho más.
»La Organización Mundial de la Salud afirma que hay que atender al enfermo terminal en tres campos: el físico, el emocional y el espiritual. Creo que ha llegado el momento, en España, de hacer cosas que en otros países (como Inglaterra, los Países Bajos o EE. UU.) se llevan a cabo desde hace mucho tiempo.
¿Qué tipo de cosas?
Por ejemplo hay hospitales en España donde desde hace tres o cuatro años se está viendo cómo los enfermos terminales se enfrentan a la muerte de forma diferente mientras les están aplicando reiki, el cual es beneficioso tanto a nivel físico como emocional y espiritual.
»De todas formas, si los profesionales que atienden al enfermo estuvieran entrenados también en terapia regresiva, ello constituiría una ayuda muy importante para esos enfermos. Eso no quiere decir que al paciente en fase terminal se le deba hacer una regresión. El estado regresivo es un estado en el que el ser humano entra de manera espontánea, en base al uso que hace de su capacidad natural de estar en estado expandido de consciencia. Y cuando estamos cercanos a la muerte estamos, frecuentemente, en estado expandido de conciencia.
»En ese estado podemos estar viendo con los ojos del alma y no con los ojos físicos el mundo que nos rodea. Un ejemplo muy llamativo de esta visión aparece en el historial de Elisabeth Kübler-Ross cuando trabajaba con los enfermos terminales. Se trataba de un ciego de nacimiento que, al preguntarle la doctora cómo se encontraba, respondió que estaba muy bien y que además la doctora estaba muy guapa con el jersey de ese color que llevaba, y con esos pendientes…
Ud. afirma que lo interesante es iniciar un diálogo con el moribundo…
Sí. A los seres humanos no nos gusta que nos tomen por locos ni por tontos, que nos digan que padecemos alucinaciones. Por eso, en el caso de las experiencias cercanas a la muerte se detecta muchísimo el secretismo, el hermetismo con que se maneja el paciente a la hora de contar su experiencia. Aun así son muchísimos los casos registrados de experiencias cercanas a la muerte, según se exponen en el libro del cardiólogo holandés Van Lommel titulado Consciencia más allá de la vida. Es un estudio científico muy serio en que se han registrado, en los últimos cincuenta años, veinticinco millones de casos de pacientes que han tenido experiencias cercanas a la muerte. Aunque la cantidad sea impresionante hay que tener en cuenta que el Dr. Van Lommel descartó un gran número de casos que, según sus filtros, no eran válidos. Además hay que tener en cuenta todo el número de casos en que el paciente guarda silencio.
»También al moribundo le cuesta comunicar su experiencia. Si está contactando con lo que denominamos el más allá, con esa luz que identifican todos, con esos seres de luz que identifican y a veces reconocen como familiares que han fallecido antes que ellos, sólo lo contará si percibe que su testimonio no se va a tomar como alucinaciones. Es una cuestión de dignidad.
Athanor
Libro: "La Respuesta está en el Alma".
Editorial: Isthar Luna-Sol
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