10 de septiembre de 2013

SOMOS LOS SACERDOTES DE NUESTRO TEMPLO.


Se sigue etiquetando a la materia como algo inferior.
Esta dimensión, este plano en el que estamos viviendo y nos acoge, es un plano material aunque, poco a poco se está volviendo más sutil y nosotros con él, pero sigue siendo físico.
La primera cuestión es que, si estamos aquí es porque necesitamos experimentar lo que aquí hay, experimentar el mundo físico y también el emocional.
Hasta que no nos reconciliemos con la materia, seguiremos atascados en ella.
La materia no es algo sucio, ni menos espiritual, la materia también está compuesta de Luz, es Luz compactada, más comprimida, sólo eso.
Siempre estamos diciendo que Somos Luz y es verdad, pero para que esa Luz que somos pueda experimentar aquí, ahora y en este plano, necesita un vehículo que le de soporte y esa es la función, entre otras, de nuestro cuerpo físico.
¿Tenemos algo más material que nuestro cuerpo físico?
Nuestro cuerpo físico es el primer contacto que tenemos con la materia.  Sin él, nuestra Alma y nuestro Ser no pueden completar sus experiencias aquí.
Si se rechaza la materia, también se está rechazando una parte de nosotros, otra cosa es que nos identifiquemos con el mundo físico.
Se nos olvida con facilidad que, si estamos aquí es por decisión propia, en algún momento, desde "allí arriba" tomamos la decisión de regresar para completar nuestro aprendizaje, podemos recordarlo o no, pero es casi seguro que en estos tiempos que vivimos, muchos ya han oído hablar del ciclo de las reencarnaciones o tienen afinidad hacia este concepto.
Nuestro cuerpo es nuestro Templo y nosotros somos los sacerdotes de nuestro Templo.
Es el Templo que nuestra Alma necesita para experimentar aquí, en este plano y a su vez, invitar al Gran Ser que somos a que nos visite y permanezca en contacto con nosotros.
Nuestro cuerpo es el traje que nuestros cuerpos de Luz se ponen para presentarse ante este mundo.
Al nacer, adquirimos un traje hecho a medida, a medida de nuestras necesidades pero, cómo lo llevamos puesto, lo que hacemos con el traje y cómo lo tratamos, es nuestra responsabilidad.
Podemos llevar el traje sucio, hecho jirones, con parches, descuidado o podemos llevarlo limpio, cuidado, reluciente y luminoso, incluso podemos personalizarlo un poco más, haciendo resaltar alguna parte del traje, poniéndole algún adorno, eso sigue siendo nuestra decisión.
Somos mucho más que un cuerpo físico, tenemos un cuerpo emocional, mental, causal, Chakras, Nadis, circuitos energéticos pero, el cuerpo físico es la manifestación de todos ellos, es la parte más visible de otros aspectos más sutiles y lo que ahora es importante, es subliminar la materia, participar en el acto de iluminarla, acompañarla en el proceso de elevación.
¿Y cómo lo hacemos?
Dejando de despreciarla, amándola tal como es y por lo que es, agradeciéndole que sin este componente material, no hubiese sido posible volver para completar lo que necesitamos completar aquí. Hasta que no completemos este aprendizaje no podremos dejar atrás el mundo material.
La materia no es un impedimento, ni es un obstáculo, la materia sólo es otra herramienta más de aprendizaje, y forma parte de la Creación.
Recordar que todo lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos, repercute también en el plano físico, por lo tanto, también en nuestro cuerpo.
Es posible que la siguiente encarnación, ni siquiera se llame así...
Encarnación significa: "En carne", "En cuerpo", quizá la siguiente sea en otro cuerpo más luminoso, más etéreo y sutil, ¿Quién sabe?
De momento, vamos a centrarnos en el que tenemos, a ser responsables de nuestro Templo y a ser auténticos sacerdotes de una de las más maravillosas construcciones que es el cuerpo humano.
Semillas Solares.
Así me lo han dicho.



2 comentarios:

  1. Me gustó muuuucho! Siempre hacés que veamos las cosas de otra forma y eso nos ayuda, nos ayuda mucho. Gracias Semillas. Ana y Francisco

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  2. De eso se trata, abrir la mente a otra perspectiva y comprensión. Gracias por vuestro comentario. Abrazos

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