29 de octubre de 2013

HAY TANTAS MÁSCARAS COMO PERSONAS.


“Podemos detectar cambios sutiles en nuestra forma de hablar, nuestra actitud y comportamiento, dependiendo de la persona a quien tengamos delante. Al principio, puede ser más fácil observar estos aspectos en otras personas, pero también podremos detectarlos en nosotros mismos.
La forma como nos dirigimos al presidente de una compañía puede ser muy diferente a como hablamos con un vecino. También hablamos de manera diferente con un adulto que con un niño.
¿Por qué? Porque representamos distintos personajes. No somos nosotros mismos cuando nos dirigimos al presidente, al vecino o al niño.” …
“Cuando entramos en un negocio para comprar algo, cuando estamos en un restaurante, vamos al banco, representamos unos estereotipos sociales predeterminados. Nos convertimos en clientes, y hablamos y actuamos como tales. 
Recibimos un trato de clientes por parte del vendedor o del camarero, quien también estará representando su personaje. Hay una serie de patrones de comportamiento condicionados que entran en juego entre dos seres humanos y determinan la naturaleza de su interacción. 

En lugar de que la comunicación transcurra entre dos personas, ocurre entre dos personajes. Mientras más identificadas estén las personas con sus personajes, más falsa es su relación”.
En mayor o menor medida, todos los que vivimos y hemos sido educados en sociedades occidentales, actuamos conforme mejor nos convenga en cada momento y según la educación recibida, es decir, representamos distintos personajes continuamente.
Pero como se suele decir; “Para toda regla existe una excepción“. Creo que la excepción es cuando interactuamos o dialogamos con familiares y amigos… En este caso, si que nos mostramos tal como somos.
Nos desprendemos de máscaras y armaduras, las cuales mayormente, nos ponemos al salir de casa.
En estos tiempos que estamos viviendo y buscándole el lado positivo, se están desprendiendo muchas “máscaras y armaduras“, que han permanecido ancladas tanto tiempo, que algunos creíamos que eran parte innata e intrínseca de nosotros.
Es el momento de poder mostrar nuestro lado más humano que creíamos perdido, olvidado e incluso destrozado… Pero siempre ha estado aquí, en nuestro interior, debajo de tan pesada “armadura“ que ahora nos toca quitarnos de encima a cada uno.
Eckhart Tolle.

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