24 de octubre de 2013

LA DIVINIDAD QUE SOY. EMILIO FIEL.


Cualquier lugar es adecuado para estar en él, sin que nos afecte su frecuencia vibratoria. Aunque se trate de un lugar de gran oscuridad no necesitamos defensas ni escudos, somos brillantes por nacimiento e irradiamos luz incluso en las tinieblas más profundas. 
Basta con descansar en el instante, conscientes de la presencia, y no hay necesidad de estar a la defensiva, aunque nos encontremos en un estadio de fútbol.
Nada nos afecta si no tenemos miedo, todo nos atraviesa sin dejar huella. Somos transparentes, fluidos y simplemente hemos de aprender a estar en continuo cambio.
La dualidad no nos molesta, las batallas no necesitan encontrarnos en medio. Hemos de descansar en la paz de nuestro corazón, pero no rezar por la paz, porque en algunas zonas la conciencia humana sigue aún eligiendo aprender por medio de la guerra. Un día descubriremos que la clonación es un buen camino y se utiliza en la mayor parte de los mundos de la federación galáctica. Simplemente estamos clonando la biología, y el espíritu que somos entra en ella para no tener que pasar por el olvido del nacimiento. 
Somos divinos ya y nadie va a bajar del cielo para salvarnos. Ya no más guías ni maestros, ni alineaciones planetarias, ni canalizaciones salvadoras. Asumamos cada uno nuestro papel y hagamos el trabajo pendiente. Podremos seguir en contacto con los maestros ascendidos, pero ellos no pueden hacer el trabajo por nosotros, sólo darnos fuerza y claridad para que realicemos nuestra tarea. ¿Quiénes somos?
Ángeles y dioses que hemos pasado por muchas dificultades para llegar hasta aquí, y que podemos confiar en que lo nuevo está llegando a nuestras vidas y al planeta de la forma adecuada. Si hay momentos difíciles, si hay miedo, dejad de llamar a esos maestros y llamaos a vosotros mismos. Hay que dejar de preocuparse por la abundancia, la salud, la seguridad de nuestros hijos, el amor o la felicidad, porque la preocupación simplemente aleja aquello que perseguimos.
Si nos pasamos todo el día dándole vuelta a estas cosas en vez de vivir íntegramente el presente, simplemente no lo lograremos jamás. Hay que abandonar las viejas maneras de resolver problemas y dejar que la divinidad que somos nos cuide y se encargue de todo. Ya no valen los guías externos para tomar decisiones cruciales en nuestra vida. Nosotros hemos de ser nuestros propios guías. Aprender de los que van un paso por delante sigue siendo necesario, pero poner nuestra vida en manos de santos o maestros sutiles, seres canalizados o madres divinas, es una locura que nos impide ser divinos a nosotros mismos. 
Dejemos que el ser se encargue de todas nuestras necesidades, sea la salud o la prosperidad, y lograremos sentirnos plenos y completos.
 Hoy lo que me llega de todas partes es bueno
y me otorga paz, confianza y prosperidad.
Hoy todo lo que emprendo se realiza
para el mayor bien de todos los implicados.
Hoy el universo me regala un sinfín de dones
que agradezco con cada aliento.
Hoy comprendo la necesidad de compartir y distribuir.
Pago todo lo debido con alegría y lo recibo multiplicado.
Hoy veo nuevos caminos prácticos y atractivos
para realizar mi destino con abundancia.
No digo ni permito que se diga nada
contra la perfecta salud, felicidad y prosperidad.
Hoy soy feliz y todo lo que pasa en mi vida es para bien
y me trae una lección esencial.
Nada puede alterarme, no hay tiempo para la crítica
y cada ser humano es valioso para mi.
Emilio Fiel.

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