23 de enero de 2014

NUESTRO VÍNCULO CON LOS ANIMALES.


Según la Real Academia Española, sería correcto llamar “animales” a las personas de comportamiento instintivo, ignorante y grosero. Lo cual es un insulto para los animales, que se merecen otros adjetivos.
Y es que los animales han enriquecido la vida de las personas desde el principio de los tiempos. 
Para empezar, son uno de los manantiales ancestrales donde nace nuestra sabiduría. Observándolos aprendimos qué se podía comer y qué era mejor evitar, dónde lo podíamos encontrar y cuál era la forma más eficaz de conseguirlo. Los hemos apreciado también como amigos, compañeros de trabajo, antepasados y espíritus protectores, cuando no dioses en sí mismos. 

Por todo ello, los animales han sido honrados y agradecidos en celebraciones muy antiguas que, no obstante, siguen totalmente vigentes. 
En la India, por ejemplo, la vaca es el animal más sagrado, y la veneran tanto que le dedican una de las jornadas de la fiesta de Pongal. Ese día las reúnen junto a los toros, los bueyes y los búfalos que trabajan en el campo y los bañan a todos con agua con flores, raíces y sándalo. 
Los bereberes, en cambio, consideran a los caballos el tercer regalo de Dios, junto al desierto y el viento del sur. En la cultura de esta región se los percibe como seres mágicos que pueden volar aunque no tienen alas, y su rapidez es admirada en una de las fiestas más famosas de Marruecos, la que se celebra en la pequeña localidad de Tissa. 
Pero mi tradición preferida para apreciar y mostrar amor a los animales la encuentro, curiosamente, muy cerca de casa. Me refiero a la fiesta de Sant Antoni (Els Tres Tombs), que en mi pueblo hemos celebrado esta mañana.
San Antón es el patrón de los animales domésticos y de granja, y su fiesta me encanta porque me permite recordar la importancia de cuidar a los animales de nuestro entorno y reflexionar en lo fundamentales que son para nuestra vida, una vez al año como mínimo. 
Lo que más me fascina es ver a un montón de personas haciendo cola con sus perros, gatos, conejos, hurones, canarios, jilgueros, tortugas y demás mascotas para que sean salpicados con el agua bendecida por el párroco. Muchos van porque tienen fe en San Antonio y quieren que el santo dé salud a su animal de compañía, pero son más todavía los que acuden sin ser creyentes: les parece que es una bonita excusa para demostrar amor a sus mascotas.
La fiesta de los animales se celebra en muchos lugares de España y Latinoamérica, así que quien quiera vivir una celebración verdaderamente emocionante, que investigue un poco y se plante en la del pueblo que quede más cerca de su casa. O, si no, que aproveche la ocasión para hacer actividades que permitan aprender nuevas cosas de los animales y disfrutar con más intensidad de su presencia. Nosotros tenemos previsto visitar un centro de recuperación de águilas si hace buen tiempo y un acuario si llueve, pero ir a un bosque a escuchar los cánticos de los pájaros o dedicar la tarde a leer libros de animales son planes igualmente apetecibles.
Hagas lo que hagas, aprovecha para renovar el vínculo ancestral que une a animales y humanos.
Lola Mayenco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Quieres comentar sobre el Blog?