Tsultrim Allione vive en Colorado, tiene 3 hijos y luego de estudiar budismo en India y Tibet, fue la primera americana en volver a Occidente convertida en Lama.
Pasado el tiempo, dejó los hábitos y se casó con un aspirante a monje, se saparó y se volvió a casar.
Con la muerte de su hija, decidió atender a su dolor y escribió "Mujeres de Sabiduría" y "Alimentando tus demonios"
Dice: "Un demonio es una emoción persistente que nos impide ser felices" y que "Cada crisis es una oportunidad para crecer".
¿Qué la llevó al budismo?
Un libro que me regaló mi abuela,
filósofa, cuando tenia 15 años. Lo leía por la noche subida al tejado, y en una
ocasión oí cómo caía la pinaza (agujas de los pinos).
Pues tiene buen oído. ...
Por primera vez fui
consciente de lo que significa estar despierto al despertar.
Experiencia germinal.
Si. Cuatro años después, a los
19, me fui a India a estudiar, luego al primer monasterio budista de Occidente,
en Escocia, y después a Nepal, donde estudié con el XVI Karma- Pa que acabó
ordenándome monja. Viví retirada tres años en el Himalaya.
¿Cuándo nacieron sus hijas?
Volví a Occidente con 25 años.
Era la única monja budista en América, una rara y soñaba con un bebé. Se lo
dije a mi maestro, que se puso a reír a carcajadas: "Todas las monjas
deberían tener hijos".
Y se casó.
...Y ya no tenia tiempo para
meditar. Hoy sé que meditar y tener una actitud compasiva es fácil cuando vives
sola y ningún bebé te hace pasar las noches en blanco.
Sí, y dejé de meditar. Sentía que
había perdido una oportunidad. Pero hubo un punto de inflexión: mi hija murió
súbitamente a los dos meses. Las historias de los grandes maestros budistas
estaban protagonizadas por hombres y hasta entonces pensaba que en ellas podía
hallar inspiración.
¿Ya no?
Sentía que el dolor de la muerte
de un hijo se vivía distinto desde lo femenino y tuve la necesidad de
encontrarme con maestras, con mujeres. No hallé consuelo, pero me di cuenta de que la
experiencia espiritual de una mujer es diferente de la de un hombre, y que
todas las religiones del mundo fueron creadas por hombres para los hombres.
¿Somos diferentes espiritualmente?
La mujer está más conectada con lo
emocional. Somos muy conscientes de la interconectividad, en especial con los
hijos,y más compasivas. Nos involucramos mucho en las relaciones, queremos
mejorarlas.
Somos mayoría en cualquier centro de estudios de espiritualidad,
pero siempre hay un hombre dirigiendo y diciendo a las mujeres lo que tienen
que hacer.
¿Qué aprendió del matrimonio?
Tiene el potencial de llevarte por
un camino muy profundo, ves tu parte oscura reflejada en el otro: una gran
oportunidad para crecer. Y la sexualidad, entendida como esa unión profunda,
tiene un potencial para el camino espiritual muy poderoso.
También crea mucha frustración.
Porque la base debe ser una relación muy íntima, y no suele haberla. Para que
el sexo sea satisfactorio debe existir una conexión de corazón y profundidad,
entonces en el microcosmos encuentras el macrocosmos.
¿Cuándo se enfrentó por primera
vez a sus demonios?
Peleándome con mi segundo marido
por la custodia de mi hijo. Vivíamos en Italia y yo quería volver a EE.UU. La
noche antes del juicio realicé la práctica del chod.
Alimentó su demonio. ¿Cómo se
hace?
Los demonios son problemas: un dolor físico o emocional, aquello que nos
está absorbiendo la energía. Lo habitual es que luchemos contra él, que
intentemos controlarlo.
¿Mejor invitarle a pasar?
Pues si. Debes personificarlo,
darle una forma física, e intentar averiguar qué es lo que necesita.
Transformarte en ese demonio, sentir y pensar como él para asi poder darle el
néctar de cómo se sentirá si obtuviera lo que necesita.
Póngase como ejemplo.
Temía perder a mi hijo. Imaginé
ese miedo como un ser y lo alimenté con seguridad y ternura, y también
visualicé a mi marido obteniendo lo que necesitaba: el amor y la presencia de
su hijo. Al día siguiente todo cambió: "Estoy seguro de que vas a
facilitarme la relación con mi hijo”, me dijo, y así fue.
Un cambio milagroso.
Impactante, tanto, que me dediqué
a estudiar esta práctica creada por una maestra espiritual tibetana del siglo
XI.
Pero si uno siente ira y la
alimenta, ¿no se vuelve un monstruo?
Se trata de buscar qué hay debajo
de esa ira, cuál es la necesidad real, y eso es lo que tú alimentas. Hay que
preguntarle: “¿Qué es lo que realmente necesitas?".
Tiene sentido.
En nuestra sociedad solemos
reprimir cualquier cosa que surja que sea problemática, pero no se trata de
luchar contra, sino de comprender.
Una budista que ha trabajado la
armonía... ¿se ha divorciado dos veces?
Del primero me quedé embarazada,
éramos muy jóvenes. Duró unos tres años. El segundo, un director de cine
italiano, resultó ser adicto a la heroína y a otras mujeres.
¡Ha sufrido usted!
Todos tenemos miedo, somos
celosos, codiciosos, rabiosos..., ignorarlo no es la solución, tenemos que ser
compasivos con nuestro lado más oscuro, comprenderlo, acompañarlo, dialogar con
él como una madre y dejarlo ir.
IMA
SANCHÍS
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