Conectar con uno mismo es fuente de muchos beneficios.
Muchos de nosotros acabaremos viviendo solos en algún momento de nuestra vida, ya que cada día nos casamos más tarde y vivimos más años.
Son muchos los que están convencidos de que vivir solo significa, disfrutar de relaciones de más calidad.
Incluso hay estudios que aseguran que la soledad, facilita el desarrollo de la empatía.
Son muchos los que están convencidos de que vivir solo significa, disfrutar de relaciones de más calidad.
Incluso hay estudios que aseguran que la soledad, facilita el desarrollo de la empatía.
La base de la creatividad y de la innovación
Las personas somos seres sociales, pero tras pasarnos el día rodeados de gente, de reunión en reunión, atentos a las redes sociales y al móvil, hiperactivos e hiperconectados, la soledad ofrece un espacio de reposo sanador. Una de las conclusiones más sorprendentes es que la soledad, resulta básica para la creatividad y la innovación. Un estudio comprobó que los adolescentes que no soportan la soledad, son incapaces de desarrollar el talento creativo.
Susan Cain, defiende a ultranza la riqueza creativa que surge de la soledad y reivindica, por el bien de todos, la práctica de la introversión. “Siempre me habían dicho que debía mostrarme más abierta, aunque yo sentía que ser introvertida no era algo malo. Así que durante años fui a bares abarrotados, muchos introvertidos lo hacen y no me sirvió para nada".
"Tenemos la creencia de que toda creatividad proviene de un lugar extrañamente sociable. Sin embargo, la soledad es el ingrediente crucial de la creatividad. Steve Wozniak inventó la primera computadora Apple encerrado en su cubículo donde trabajaba entonces".
Cain recuerda que cuando estamos rodeados de gente nos limitamos a seguir las creencias de los demás para no romper con la dinámica de grupo. La soledad, en cambio, significa abrirse al pensamiento propio y original. Las sociedades occidentales han privilegiado más a la persona activa que a la contemplativa. “Detengan la locura del trabajo constante. Vayan al desierto para tener sus propias revelaciones”.
La conquista de la libertad
“Cuando estoy sola me siento completamente libre. Me reencuentro conmigo misma y eso me resulta agradable y reparador. Es cierto que, por inercia, cuanto menos solo estás, más te cuesta estarlo. No obstante, en una sociedad que te incita a estar pendiente del afuera, los espacios de soledad representan la única posibilidad de contactar otra vez con uno mismo. Es un movimiento de contracción necesario para recuperar el equilibrio”.
La necesidad de recuperar nuestra capacidad contemplativa para compensar nuestra hiperactividad destructora es fundamental. Sólo experimentando el aburrimiento y el vacío seremos capaces de desarrollar algo nuevo y de desintoxicarnos de un mundo lleno de estímulos y de sobrecarga informativa. “Nos olvidamos de que nunca está nadie más activo que cuando no hace nada, nunca está menos solo que cuando está consigo mismo”.
Conciencia de sí y auditoría interior
Es un espacio para llevar a cabo una auditoría existencial e indagar qué es esencial para nosotros más allá de las exigencias del entorno social.
En soledad dejamos ese espacio en blanco para escuchar sin interferencias lo que sentimos y necesitamos. “La soledad nos da miedo porque con ella caen todas las máscaras. Estamos viviendo siempre de cara a la galería en busca de reconocimiento, pero raramente nos tomamos tiempo para mirar hacia dentro”.
Las 5 claves para disfrutar de la soledad
1. Eres tu mejor compañía. La premisa básica es cambiar la creencia de que uno, acompañado, estará mejor.
2. Una oportunidad para conocerse mejor y descubrir nuestro rico mundo interior.
3. En lugar de enfadarse, hay que aprovechar la soledad para leer, pintar o hacer deporte, hacer aquello que nos llena de alegría.
4. Escribir un diario. Ayudará a expresar sentimientos y a contemplarse uno mismo con más conocimiento y cariño.
5. Con la soledad recuperamos “el gusto por el silencio y por el dominio del tiempo”.
Efectivamente, la soledad despierta temor porque suele asociarse al vacío y la tristeza. Conviene enfrentarse a ese momento teniendo en cuenta que la tristeza es el resultado de aflojarse después de tanta tensión y de haber hecho un esfuerzo por aparentar fortaleza y aguantar la presión. “No se puede olvidar que para ser realmente autónomo has de aprender a transitar la soledad. El amor no es lo contrario de la soledad sino la soledad compartida”.
En nuestra sociedad, la inactividad se teme y despierta la culpa. Nos han preparado para la acción y para realizar muchas cosas al mismo tiempo, pero es cuando estamos solos cuando podemos reflexionar sobre lo que hacemos y cómo lo hacemos.
El escritor Irvin Yalom, confesaba que desde que tenía conciencia se había sentido “asustado por los espacios vacíos” de su yo interior. “Y mi soledad no tiene nada que ver con la presencia o ausencia de otras personas”.
“Aunque estemos rodeados de gente y de formas de comunicación existe un alto grado de aislamiento. No hay peor sensación de soledad que aquella que se experimenta al estar en pareja o con gente”.
Silvia Díez.
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