12 de junio de 2015

ARTE EN LA ARENA. ANDRÉS AMADOR.

Andrés Amador es un artista de San Francisco que trabaja en la playa desde 2004.
Sus obras de arte nunca duran mucho, minutos después de terminarlas o incluso mientras las realiza, la marea empieza a transformar su lienzo.
Es una oportunidad de reflexionar sobre la naturaleza de lo efímero, recordándonos que el acto de la creación es la propia recompensa.
Su trabajo es algo sin lo que no puede vivir. ‘No sabría como no explorar el mundo que me rodea y relacionarme con el mismo con curiosidad y asombro. Mi arte nació de ese enfoque de la vida,’ afirma.

Aunque estoy seguro de que podría seguir haciendo este tipo de obras durante el resto de mi vida y siempre tendría algo que descubrir, no me siento obligado a trabajar solo en las playas. Lo que me alegra es poder expresar mis exploraciones.’
¿Cómo comienzas tus creaciones? ¿Utilizas siempre el mismo proceso?
Cada obra de arte tiene su propio camino y requiere un enfoque propio. Si no hay prisa por la marea alta, suelo comenzar con unas cuantas inspiraciones qi gong profundas y agradeciéndole a la playa que esté disponible y me acoja. Lo considero importante no solo para relajarme y centrarme, sino también para ser consciente del lugar.
¿Qué emociones te inspiran la creación de tu obra?
Es interesante que el mero hecho de estar en la playa ya sea reconfortante, incluso en una playa de una ciudad grande como San Francisco. Al acercarme al agua, se desvanecen los sonidos de la ciudad y trabajo en silencio. Con los pies descalzos en la arena, respirando aire fresco del océano, la mente se despeja y desaparecen todas las preocupaciones externas. Cuando empiezo, estoy totalmente concentrado. Desde mi perspectiva, para que todo funcione como un conjunto en una escala tan grande, debo ser consciente de todo lo que sucede y poder imaginarme en todo momento el panorama general. Ver la obra desde arriba tras unas dos horas de trabajo siempre es un momento feliz, me siento pleno y orgulloso.
¿Cómo te afecta el trabajar en silencio a ti y a las personas que te ayudan?
Me hace ser consciente de lo que hago. Me centra. Si no prestas toda tu atención, es fácil cometer fallos.
¿Cómo influyen las estaciones en tu trabajo? ¿Trabajas igual en verano que en invierno?
No cambio mi enfoque, pero lo que suele cambiar es la propia playa. Las tormentas de invierno se llevan la arena, alisando las playas y, a menudo, ampliándolas, por lo que tengo más espacio para trabajar. Mis obras más grandes se realizan en invierno. En verano, las playas se recuperan, por lo que la marea ya no moja tanta arena. Por eso, planifico mis proyectos más ambiciosos para el invierno. Por otro lado, como suelo trabajar en California, dispongo de playa todo el año.
¿Qué más te apasiona?
Me encanta estudiar la propia naturaleza. No me dejan de fascinar los pequeños detalles que veo a mi alrededor. También me gusta examinar las nuevas formas de cultura y arte. Me fascina mucho la danza Contact improvisación. También me encanta la buena comida y la buena vida, estar en lugares que alimentan mi espíritu y me dan energía. Me gusta descubrir sitios nuevos, sobre todo donde las montañas llegan hasta la costa o donde el agua fluye entre valles profundos.
¿Algo más que te gustaría contarnos acerca de tu trabajo?
Actualmente dedico mis obras de arte a algo, normalmente a la armonía y la realización. Me recuerda que todo lo que hacemos es una oportunidad de emitir otras intenciones, de trabajar para algo más allá de lo que está directamente delante nuestro. Mientras que es fácil considerar un ritual como un acto especifico, nuestras vidas son como un largo ritual, lleno de intención y significado. Un ritual también puede parecer rígido y formal, pero yo lo considero un acto de afirmación de una intención mayor, como un acto de vivir, una celebración de la vida. ¡Amén!
Rituals.


Entrevista a Andrés Amador por Semillas Solares


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