La herencia genética es importante pero también lo es, la herencia del linaje familiar y ambas se heredan saltando una generación, de abuelos-abuelas a nietos-nietas.
Cuando los abuelos vivieron experiencias que no han conseguido superar, sus hijos serán portadores de la experiencia y los nietos, las somatizarán física o emocionalmente.
Esto no es inevitable o para siempre, cada miembro de la familia desempeña un rol a la vez que siguen evolucionando individual y colectivamente.
Hay circunstancias que se repiten a través de varias generaciones, personalidades y roles idénticos y también las mismas enfermedades.
¿Hasta cuándo?
Hasta que alguno de los miembros toma consciencia de lo que ocurre y consigue transmutarlo, liberándose él y al linaje familiar.
Interesarnos por la vida de nuestros abuelos, sus gustos, su profesión, sus experiencias, su infancia, nos dará muchas pistas que ayudarán a conocernos aún más.
Interesarnos por la vida de nuestros abuelos, sus gustos, su profesión, sus experiencias, su infancia, nos dará muchas pistas que ayudarán a conocernos aún más.
- No es raro ver a un niño llevar la cólera de sus abuelos, lo cual puede traducirse en problemas hepáticos, alergias inexplicables, incluso una diabetes (conflicto entre dos abuelas).
- Las esclerosis en placas pueden corresponder a una “lucha a muerte” dentro del linaje de los hombres.
- Algunas anorexias coinciden con muertes que pueden remontarse a las épocas de guerras.
- Las esterilidades pueden ser reacciones de "frenar la vida" proveniente de un riesgo durante la gestación o a la hora del nacimiento en generaciones anteriores.
Se dice que heredamos en función de la posición que ocupamos en la familia y para esto, hay que considerar todos los embarazos (abortos espontáneos, abortos inducidos, embarazos extrauterinos), todos ellos tienen un lugar en la familia.
El primer hijo o hija: Se inscribe dentro del linaje del padre. La pérdida del primer hijo o hija es una herida para el padre, para el linaje masculino.
Simbólicamente el primer hijo o hija representa los cimientos de la casa. El primer hijo o hija, se identifica más con los abuelos que con los padres.
El segundo hijo o hija: Se inscribe dentro del linaje de la madre. Simbólicamente el segundo hijo o hija representa los muros de la casa y se identifica más con los padres. Suele ser el descendiente que más sufre si los padres se separan.
Y así, comienzan a repetirse los patrones:
El hijo 1 es lo mismo que el hijo 4, 7, 10 o 13.
El hijo 2 es lo mismo que el hijo 5, 8, 11 o 14.
El hijo 3 es lo mismo que el hijo 6, 9, 12 o 15.
Este esquema debe ser considerado únicamente como un mapa de lectura que muestra posibilidades y no representa un método para encasillar a las personas.
Memoria Emocional
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