Para cambiar hay que tomar la firme decisión de querer hacerlo, ponerse en marcha y mantener los cambios que vamos realizando.
" El camino más largo, siempre comienza con un solo paso“, y cada día es el día perfecto para empezar, si tu quieres, claro.
Una especie de "cuaderno de ruta", que puede ayudarte a dar los primeros pasos hacia el cambio, encontrar motivación y salir de tu zona de confort.
Si los pones en práctica, en un mes comprobarás que no era tan difícil aligerar tu vida.
SEMANA 1: CUERPO Y HÁBITOS
- Levantarse temprano, Ventajas: silencio y tranquilidad. La pereza y la falta de deseo de levantarte temprano no son un indicador de cansancio, en realidad podrían interpretarse como un indicador de que no quieres vivir tu vida. Si el primer pensamiento es ”¡Qué bien, un nuevo día para sentirme bien!". Si te cuesta levantarte porque no duermes bien, acuéstate más temprano, puedes hacerlo.
- Alimentación ligera. Lo más probable es la energía que tienes en este momento, sea baja y tu organismo la use para darle vueltas a la cabeza, digerir una mala alimentación o salir adelante con la carga de estrés...Lo cierto es que el alcohol, los refrescos dulces, los embutidos y la comida chatarra no aparecen en ninguna guía nutricional sana, por eso lo mejor es eliminarlos. Poco a poco elimina aquello que no es saludable, hazlo a tu ritmo y siempre escucha lo que tu cuerpo te va diciendo. Lo importante es no ponerte metas muy rígidas, tan solo con alimentarte de comidas menos procesadas ya tendrás más energía y te mejor.
- Deporte. Tener un cuerpo sano es una condición necesaria para disfrutar de una mente sana. El movimiento es vida por eso para despertar la vida que hay en ese cuerpo y mente cansados ¡hay que moverse!. No importa cómo elijas hacerlo, lo importante es que sea a conciencia. Practicar yoga, camina, baila, son opciones. Olvídate del ascensor, sube escaleras.
SEMANA 2: LIMPIEZA DE ESPACIOS
- Limpiar tu espacio. Todo lo que no sirve, que tampoco estorbe. Guardar lo que no usas, no tiene sentido. Límpia y ordena los armarios, cajones, trastero... Cada cosa que hay en tu casa no solo ocupa un espacio, sino que además estanca la energía y la bloquea. Deja sólo lo que usas, las cosas que te alegren, que te inspiren y que te generen bienestar. Verás que será más fácil respirar y habrá más orden, no sólo en la casa, sino en tu mente y en tu vida.
- Limpieza de otros asuntos. ¿Hace cuántos años quieres aprender algo nuevo? ¿hace cuánto que tienes planeado conocer un lugar nuevo? ¿Cuántas promesas te has hecho y sigues igual? Pues, decide qué hacer con ellas, hay dos opciones: (1) lo haces o....(2) lo tachas de la lista. Haz lo que quieres hacer en vez de seguir soñando indefinidamente.
- Limpieza del entorno. Basta de relaciones que ya no funcionan ni aportan nada bueno. Basta de victimas, chantajes emocionales, verdugos o manipulaciones. Date permiso para decir no, de no seguir diciendo lo que otros quieren escuchar, se coherente entre lo que piensa, sientes y dices. ¡Siempre con respeto!
SEMANA 3: PLANES Y OBJETIVOS
- Escribir y nombrarlos. La semana pasada ya has tenido que hacer una lista, Mírala. ¿Qué te parece? ¿Despierta en ti alegría, entusiasmo, deseos de ponerte en marcha? Si no es así, es posible que necesites revisarla. Escribe también lo que te hace vibrar, lo que te apasiona; aquello que te conecta con la alegría. Lo importante es definir fechas y pasos concretos para hacerlo. Deja de buscar excusas y que no vuelva a caer en el olvido. Planifica unas horas, un día a la semana, pero no lo dejes para "después".
- Revisa cada día. Dedica un momento para comprobar los pasos que has dado hasta ahora, cuánto has avanzado, cómo te sientes, qué necesitas. Pregúntate: ¿Estoy yendo hacia donde quiero? ¿Cómo lo estoy haciendo? ¿Sigo avanzando o me he estancado?
SEMANA 4: EXTENDER LAS FRONTERAS
- Vivir de otra manera. No hay necesidad de hacer cambios grandiosos; puedes ir al trabajo por otro camino, entrar a un restaurante al que nunca habías entrado o subirte a un autobús diferente al de siempre. Prueba a hacer algo diferente o, haz las cosas cotidianas pero de otra manera. La rutina acaba con la alegría y la motivación.
- Salir de la zona de confort. Por supuesto que todo lo anterior ya te habrá hecho salir de tu zona de confort, pero te invito a ir más lejos, mirar a la cara a tus miedos, y no sólo verlos, sino transformarlos. ¿Tienes miedo de conocer gente nueva? entonces ve a una fiesta donde no conozcas a casi nadie, o a nadie. No sigas escapando de aquellas situaciones que la vida te ofrece para superarte. Cuando lo hagas, verás que no era tan tremendo como tu pensabas.
- Descansar. Descansar no solo es dormir, es desconectar de internet, apagar el teléfono, pasear por la naturaleza, tener momentos para estar solos. Reflexiona: ¿Qué ha pasado? ¿Que ha cambiado? ¿Me siento mejor?
Llevando a cabo estos sencillos pasos, cada día, a tu ritmo y dándoles cabida en tu vida, te sentirás en armonía, serás más consciente de ti y de lo que puedes conseguir.
Sin prisas, pero sin pausas. Todo es comenzar.
Svetlana Pokrevskaya Twittear
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