LA VIDA SECRETA DE JESÚS

Cada vez hay más indicios, documentación y relatos sobre la vida de Jesús, exactamente en relación a más de 18 años de los que no figura absolutamente nada en la Biblia.

¿Cómo es posible que no sepamos prácticamente nada acerca de una de las personas más carismáticas, amorosa, sabia e influyente de nuestras vidas?

Una persona cuya energía continúa viva desde hace más de dos mil años.
¿Dónde o de quién aprendió todo lo que sabía?
La mayor parte de su vida, continúa oculta.

Casi nada se sabe, de forma oficial, dónde y con quién estuvo durante 18 años, antes de reaparecer a la edad de 31 años.
¡Son muchos años para que no haya hecho nada significativo como para haberlo tenido en cuenta!

Entre las muchas teorías que circulan, hay una que está documentada y es la que más seguidores tiene, dándola como la más certera.

Uno de los pioneros en poner en "cuarentena" la versión oficial fue un ruso llamado Nicolás Notovich,  que en el año 1887,viajó a través de Afganistán, India y Tíbet.
En uno de sus trayectos, mientras visitaba Leh, la capital de la región de Ladakh, sufrió un accidente y se fracturó una pierna, lo que le obligó a permanecer más tiempo en el monasterio budista de Hemis. 

El Abad del Monasterio le confirmó que existían antiguos escritos traducidos al tibetano que narraban los años que Jesús vivió en esas regiones. 

Según Notovich los monjes le habían enseñado dos volúmenes conteniendo la “vida de Issa” (Issa era el nombre con el cual era conocido en esas tierras y, curiosamente, es así como le siguen llamando en Irlanda actualmente). 
Con la ayuda de su traductor, pidió que le leyeran los escritos que estaban en tibetano y el traductor, se los narraba en francés mientras que Nicolás Notovich, iba escribiendo todo en su cuaderno de viaje.

Para su asombro, el texto hacía referencia a la llegada de Jesús-Issa con tan sólo 13 años y su estancia en tierras de la India, Nepal y Tíbet.
Anotó cuidadosamente el contenido de los dos volúmenes que se custodiaban en ese Monasterio desde hacía milenios ya que, fueron escritos en el año 10 de nuestra era en lengua Pali (la originaria en esa época y posteriormente traducidos al tibetano).

Los escritos relatan el gran respeto y admiración que despertó la figura de Jesús en oriente, algunas de las enseñanzas que recibió de los Maestros iniciados en los Vedas y el Budismo y también, algunos desacuerdos que tubo en cuanto a que no compartía el separar por castas a las personas o, que adoraran a tantos dioses cuando sólo existía un único Dios, aunque no era lo más importante el nombre que le dieran.
Pasado unos años, cuando Nicolás Notovich regresó a Occidente, dió a conocer este descubrimiento escribiendo un libro titulado La vida secreta de Jesús.

Como muchos otros que se atreven a cuestionar lo que la Biblia dice, fue acusado de mentiroso, loco, cuentista, aprovechado... 

Pero uno de sus mayores detractores de la época, Swami Abhedananda, decidió viajar al Monasterio de Hemis y descubrir si lo que contaba, era verdad.
Comprobó que no mentía, los monjes le permitieron ver los documentos que Notovich mencionaba y quedó convencido de la exactitud de todo lo que contaba en el libro. 

Años más tarde, el filósofo y científico ruso Nicolás Roerich también comprobó la existencia de los textos, dejando constancia de ello en numerosas pinturas y escritos que forman parte de su legado. 

Muchas son las pinturas que aún hoy, pueden verse en su museo, dando constancia gráfica sobre Issa-Jesús, ya sea predicando en varias ciudades antiguas de la India, Nepal y Tíbet y también como discípulo de Maestros hindúes y budistas.

Actualmente, en Cachemira, la India, existe un lugar en el que dicen que es ahí donde está enterrado Jesús-Issa y muchos son los que siguen acudiendo para honrar sus enseñanzas y su paso por esas tierras.

¿Por qué dicen que es ahí donde está su tumba?

Porque también son muchos los que cuestionan la muerte de Jesús luego de su crucifixión.

No son pocos los que creen que no fue ese el fin de su existencia en la Tierra sino que, luego de sanar sus heridas y teniendo en cuenta que ya no estaba imbuido por el Christos, regresó a la India para terminar allí sus días, no sin antes pasar varias decenas de años.

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