24 de septiembre de 2015

ALIMENTAR LA CONSCIENCIA CADA DÍA

Caminar descalzos sobre la tierra, pararte a observar el vuelo de un pájaro, tomarte media hora para no pensar en nada, bendecir la comida, comer despacio, ser consciente de lo que haces, parar.
¿Cuánto tiempo hace que no haces nada de esto? 
El ritmo trepidante de nuestro estilo de vida (sálvese quien pueda) ha hecho que cosas tan importantes como la comida diaria, se conviertan en un acto mecánico y carente absolutamente de las cualidades que tradicionalmente ha tenido. 


Comer ha sido siempre un punto de encuentro de relaciones humanas, un momento para parar el ajetreo diario y compartir experiencias. 
Para algunas civilizaciones es incluso un acto sagrado. 
En Ayurveda, por ejemplo, no se come si se está enojado, deprimido o alterado emocionalmente. 
Suelen lavarse la cara, manos y pies antes de empezar a comer, comen solos o con personas conocidas, cuidando cada detalle para que todos los sentidos queden bien alimentados y se aseguran de que la persona que cocina, lo hace con amor (no van mucho a restaurantes, dicen que una pequeña cantidad de comida hecha con cariño alimenta el alma, mientras que mucha comida hecha de forma rápida  y mecánica,llena temporalmente la barriga, pero deja insatisfechos mente y espíritu) y por supuesto, dan gracias a la naturaleza por los alimentos antes de empezar a comer.
Este “ritual”, es prácticamente imposible de seguir desde nuestra vida occidental sujeta a horarios y esclava del consumo pero, sí hay algo que podemos hacer para que aquello que entre por nuestra boca nos eleve y nos nutra cuerpo, alma y espíritu.
Comparto con vosotras unos consejos que personalmente he comprobado que funcionan:
1- En la medida de lo posible tómate tu tiempo para comer, y si tienes solo media hora, no importa, come consciente de lo que comes, no comas como un robot. Y agradece lo que comes.
2- Consume todos los alimentos crudos que puedas. Llevarte unas piezas de fruta al trabajo, puede ser buena idea.
3- Introduce en tu dieta las semillas y los germinados. No necesitan ser cocinados y mantienen intacta la energía vital de la naturaleza, energía que absorverán tu cuerpo y tu mente. Si tienes que estar en la calle son fáciles de llevar contigo.
4- Date el gustazo de comer de vez en cuando esas cosas que sueles prohibirte, sin abusar, claro!, y SIN CULPA. Los pensamientos pueden ser más tóxicos que aquello que  estás comiendo.
5- Come acompañada, siempre que puedas, de alguien a quien aprecies y te motive.
6- Una dieta libre de grasas animales, de productos refinados, rica en frutas, semillas y cereales no procesados, mantendrá tu mente más despejada para el trabajo intelectual, y tu cuerpo más ligero.
Gansosmag

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