28 de septiembre de 2015

LA SANACIÓN APARECE CUANDO TÚ DEJAS DE INTERPONERTE

Deja que cada quien pase por lo que tiene que pasar en cada momento. Todo el mundo está agotado y desean descansar. 
Están cansados de fingir y de mentir, de tener que sostener, mantener y buscar. Grandes energías tienen que ser liberadas a través del cuerpo. 
Mantente presente con ellos, acompáñalos. 
Olas de tristeza, miedo o culpa están emergiendo en este momento. 
Permite que todas esas energías salgan a la luz, deja que todo su cuerpo vibre, tiemble y se agite si es que así debe ser, deja que lloren, griten, rujan, rían, que se encuentren a sí mismos, si así es como tiene que ser. 

No les ofrezcas nada, excepto el regalo más grande de todos: tu apacible presencia. 
Quédate a su lado en cada respiración, en cada movimiento, momento a momento. Toma su mano, pero no hagas el intento de cambiarlos, de que dejen de experimentar lo que están experimentando, ni tampoco les ofrezcas respuestas rápidas o prematuras. 
Si comienzas a sentirte incómodo, o como si quisieras apresurarte a ‘sanarlos’ o 'salvarlos’, o evitar que se sigan sintiendo como se sienten, o hacer que todo les parezca 'bien’, acéptalo: "Es tu necesidad, tu incomodidad, tu temor, y no el de ellos". 
No los trates como víctimas o como inválidos. 
No los confundas con aquello que tú crees que es o que son. 
Honra el poder que se mueve dentro de ellos; valida su experiencia, absolutamente. 
Confía en la impredecible inteligencia de la sanación y que sus 'síntomas’ podrían acentuarse justo antes de empezar a soltar y mejorar; que la energía podría intensificarse antes de apagarse. 
Lo que ahora aparece como caos y desintegración podría, de hecho, ser una liberación necesaria y reorganización inteligente de un sistema bloqueado. 
A veces, nuestros corazones necesitan liberarse para poder abarcar más vida, para poder aceptar un amor mucho más limpio y poderoso. 
Permite que tu cálida presencia le recuerde a su propia cálida presencia, que puede recobrar la estabilidad, volverse apacible, libre y profundamente arraigada en este mismo suelo, aquí y ahora. 
Recuerda que lo que realmente son, jamás podrá ser descompuesto, ni siquiera por la más intensa de las energías, y que tampoco pueden ser cambiados, que la vida jamás comete errores, aunque de pronto parezca que todo ha sido un error. 
El amor es todo lo que importa. 
La lluvia cae, las estrellas explotan silenciosamente en la inmensidad del espacio y aquí, en este diminuto planeta llamado Tierra, algunas veces, nos encontramos y nos regalamos un abrazo. 
Jeff Foster

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