27 de junio de 2013

PIERRE ENOFF. DEFENSOR DE LOS CABALLOS.

  • "Herrar a los caballos los perjudica y les acorta la vida"

Equi-libre.fr
Enoff acumula demandas y tiene prohibido conferenciar en las facultades de Veterinaria de Francia: lo que explica acerca de los caballos se considera allí un tabú. Por eso Enoff tiene confianza en ser más escuchado aquí en España.
¿Qué tienen sus caballos que no tengan otros?
Salud, libertad, felicidad.
¿Los demás son infelices, insanos y esclavos?
Sí.
¿Por qué?
Porque están herrados.
¡Siempre se ha herrado a los caballos!
No: Gengis Khan conquistó medio mundo con caballos sin herrar, los nativos norteamericanos montaron caballos sin herrar...
¿Y qué hay de malo en herrarlos?
¡Todo! La herradura enferma al caballo y acorta drásticamente su vida.
Nunca había oído eso.
Es científicamente demostrable: mis caballos sin herrar viven hasta los 50 años, mientras que un caballo herrado enferma y es sacrificado a los nueve años.
¿Tan joven?
Apenas alcanzada la edad adulta, sí. Los mismos que los torturan con herraduras les dan mala vida y los sacrifican... ¡dicen que aman a los caballos!
¿Por qué es tan dañina la herradura?
Entre el casco y la herradura se instalan microbios que acaban internándose en el organismo del caballo y daña pulmones y otros órganos. Pero eso no es lo peor...
¿Qué es lo peor?
Además de su corazón central, ¡cada casco del caballo es como un pequeño corazón! Y la herradura paraliza esos corazones...
¿Cuatro corazones? ¿Cómo es eso?
En el núcleo de cada casco hay una almohadilla que, a cada pisada, se comprime y presiona la arteria que la traspasa... ¡y eso bombea la sangre pierna arriba!
Entiendo el mecanismo.
Pero sólo funciona con el casco desnudo, sin herrar: herrado, no hay presión sobre la almohadilla, que se atrofia, y ya no bombea.
¿Con qué consecuencias?
Peor circulación sanguínea y mayor esfuerzo por parte del corazón: ¡un sobreesfuerzo que acorta la vida del caballo!
Alguna ventaja tendrá herrarlos...
¡Ninguna! Dicen que la herradura facilita al caballo circular sobre todas las superficies: ¡falso! Con el casco desnudo, mediante las fibras de la uña y el sonido, el caballo identifica cada superficie y camina más seguro. Con herradura sólo siente y oye hierro.
Pero si le toca caminar sobre asfalto...
¡Peor herrarlo! Con herradura resbala, pero el casco desnudo actúa como freno ABS, tanto sobre asfalto como sobre hielo.
Pues los de la Guardia Urbana...
¡Me ofrezco para asesorarlos!
¿Algún otro argumento para desterrar las herraduras?
Evita accidentes.
¿Por qué?
La herradura obliga al caballo a caminar sobre la punta de la uña: eso transmite contracciones musculares al lomo. ¡Todos los caballos herrados tienen dolor de espalda!
Y sin quejarse.
Por eso a veces se encabritan cuando se los ensilla o se montan, y tiran al jinete, lo que provoca graves accidentes. ¡Hay siete veces menos caídas en caballos sin herrar!
¿Cuándo empezaron a ser herrados?
Después de la Primera Cruzada, en la edad media, al conformarse los ejércitos. Eso obligó a estabular a los caballos, que pisaban sus heces: por eso se pensó que la herradura protegería el casco. Y aún se sigue creyendo lo mismo, sin fundamento alguno
¿Saben esto hípicas y veterinarios?
Les cuesta aceptarlo. En Francia me han demandado... ¡y me alegro!: eso obligará a enjuiciar el asunto. No tiene sentido seguir maltratando a los caballos a conciencia.
¿Qué más podríamos evitarles?
El caballo es por naturaleza gregario, claustrofóbico y noctámbulo. Por lo tanto, mantener a un caballo aislado, encerrado y quieto durante la noche ¡es una tortura!
Vaya. Lo hacemos todo mal.
No, yo tengo a los míos sueltos por el campo y sin herrar, ¡y son felices! Se dejan montar, son seguros y sanos. No necesitan veterinario. Un caballo precisa recorrer veinte kilómetros diarios para estar bien.
¿Y alguna dieta en particular?
El caballo come hierba del campo, es su naturaleza. ¿Por qué en las hípicas y establos les alimentan como si fuesen pollos? ¡Con grano! Eso debilita sus tendones.
¿Cómo se metió usted en el mundo de los caballos?
Yo era ingeniero, pero decidí cambiar de vida. Y elegí la tierra de mis mayores, la Cerdanya. Y allí me topé con los caballos.
¿Y qué hizo?
Me dediqué a observarlos con mirada de ingeniero, y así comprendí sus mecanismos. Por eso respeto su imperativo biológico, defiendo su bienestar. Y tengo presente la frase de Gandhi: "La calidad de una cultura se mide por su trato a los animales".
¿Es usted de los que susurran a los caballos?
No se crea usted nada de eso. Con un caballo puedes establecer una relación de confianza y respeto, ¡pero nadie sabrá nunca cómo piensa un caballo!
¿Qué podemos aprender de los caballos?
¡Todo! Los caballos no juzgan: viven en el presente. Y te enseñan cómo conducirte en tus relaciones personales.
¿Sí? ¿Cómo lo hacen ellos?
Comparten el momento con el otro, sin proyectarle suposiciones, prejuicios, intenciones. Los caballos son nuestros maestros.
Víctor M. Amela.

2 comentarios:

  1. Qué chiquito y soberbio es el ego, aún necesita convencernos de que la Naturaleza es imperfecta.
    Gracias por estos artículos que nos hablan de respeto hacia todos los animales. El que también nos debemos a nosotros mismos.

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  2. En las carreras de caballos, estos corren en una desesperada huida hacia adelante, aterrorizados por la exigencia humana.
    Debemos, serenos, reflexionar y aceptar que el Dios que es Todo, la Totalidad, fue, fuimos Creados Libres.
    Con respeto hacia Todo y Todos.

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